Atípica, pero muy tranquila fue la jornada electoral en la capital, Sucre. Procesiones religiosas y templos colmados de feligreses que participaron de los actos litúrgicos del Domingo de Ramos marcaron la diferencia en los comicios subnacionales. Luego, los ciudadanos se trasladaron hasta sus recintos para cumplir con su derecho de elegir a sus autoridades municipales y departamentales.
Pese a las restricciones establecidas por el Auto de Buen Gobierno emitido por la Gobernación de Chuquisaca, las autoridades electorales permitieron la realización de procesiones y misas en la mayoría de los templos católicos de la ciudad. Es así que desde las 07.00, los católicos primero fueron a misa y luego a sufragar.
En la iglesia Santo Domingo se observó gran cantidad de gente. El candidato a la Alcaldía de Sucre por el MAS, Iván Arciénega, asistió junto a sus hijas a la misa. En la iglesia de La Merced, antes de iniciar la eucaristía, los feligreses participaron de una procesión por varias calles de la ciudad.
La presidenta del Tribunal Departamental Electoral (TDE), Elizabeth Quispe, reconoció que al inicio del proceso electoral se generaron largas filas y molestia de los electores, toda vez que la gente que fue a la misa muy temprano llegó en gran cantidad a los recintos electorales para sufragar.
Pese a ello, Quispe, calificó de normal la jornada. Dijo que conocieron de tropiezos comunes en procesos electorales como la tardanza en la apertura de ciertas mesas por la ausencia de jurados electorales, denuncias en sentido de que en algún recinto se hacía campaña o la ruptura de una papeleta electoral de manera accidental, que luego fue repuesta.
Por su parte, la Policía detuvo a varias personas en estado de ebriedad que quebrantaron la norma, se hallaban en la Terminal de Buses e incluso en plena plaza 25 de Mayo, además, se capturó a conductores que no poseían la autorización de circulación emitida por el Tribunal Departamental Electoral. (TDE). Como ya es habitual, cerca de los recintos electorales se armaron verdaderas ferias de expendio de alimentos y las calles se convirtieron en campos deportivos donde se observó, principalmente, a niños disfrutando de una jornada con poca circulación vial.