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Thursday 25 Apr 2024 | Actualizado a 21:26 PM

‘El Caballito’ es identificado como centro de venta de droga al raleo

Tras una denuncia, este diario constató que el bar de remate no solo expende bebidas alcohólicas, sino también droga. El Gobierno indica que es difícil controlar este ilícito.

Por La Razón

/ 10 de mayo de 2015 / 04:00

Pese a ser clausurado 8 veces, el bar clandestino de remate “El Caballito” sigue abierto. Ahora es denunciado no solo por la venta de bebidas alcohólicas, sino también por ser un centro de comercialización de droga al raleo en La Paz. El Gobierno dice que es difícil controlar el microtráfico.

Este diario recibió la denuncia y constató la atención en este centro que está abierto a partir de las 04.00 durante los fines de semana. La venta de alcohol y droga es un secreto a voces para los vecinos de la calle teniente coronel Saavedra, en Villa Fátima, quienes están atemorizados por los actos que se realizan en esa cantina desde hace más de seis años.

La Razón comprobó que el bar abre normalmente los jueves, viernes, sábados y domingos. También  pudo constatar la comercialización en pequeñas cantidades de cocaína y marihuana, al margen de las bebidas alcohólicas y de la práctica de la prostitución. Las sustancias ilícitas son vendidas dentro de la cantina por jóvenes que primero hablan en clave y luego ofrecen la droga. Después indican el precio de los estupefacientes como la cocaína, que oscila entre Bs 40 y 50, y marihuana, entre Bs 12 y 22.

Evidencia. Una persona que frecuenta “El Caballito”, que pidió no ser identificada por seguridad, contó a este diario que la comercialización de la droga se hizo más frecuente en el lugar por la demanda que hay de parte de los jóvenes. Esta situación “hizo que se llene más el boliche de proveedores”, indicó sonriendo. Agregó que la afluencia de más personas aumenta las ganancias a los administradores.

Esa misma persona reveló que con frecuencia se ve a policías, vestidos de civil, compartiendo en el lugar. Indicó que generalmente son éstos los que más problemas causan, a veces por las “chicas del lugar”.

Este medio intentó hablar con los dueños del bar, pero sin éxito, ya que nadie salió a atender la puerta cuando se visitó el lugar durante la semana.

El ministro de Gobierno, Hugo Moldiz, explicó que el microtráfico, la venta al menudeo de drogas ilegales, logra eludir, en muchos casos, los mecanismos de control de vigilancia y de Inteligencia de los efectivos de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN).

“Hablando en particular del lugar (“El Caballito”), por supuesto que se convirtió en una especie de centro de distribución y entonces ahí habrá que tomar medidas, pero que rebasan digamos solamente a lo que pueda hacer la fuerza antidrogas y la Policía Boliviana, sino que también tendrá que abarcar la responsabilidad del municipio”, señaló Moldiz.

Agregó que según informes de Inteligencia, en la ciudad de La Paz existen diferentes sitios clandestinos donde se da curso al microtráfico, en lugares que muchas veces fueron clausurados, pero que después son reabiertos con distintos nombres.

Ilegalidad. Efectivos de la Policía Boliviana precintan el bar de remate ‘El Caballito’ en 2013.

Respecto a los efectivos policiales que frecuentan el lugar clandestino, Moldiz aseguró que cuando hayan elementos contundentes para desarrollar una investigación se lo hará, por lo que ahí el papel de los medios de comunicación será importante, ya que podrán aportar compendios para tomar nota y realizar una investigación.

“No dudo de que existan algunos malos policías que hagan eso (ir a la cantina) y por eso, por los hechos como me confirma, hay la necesidad de avanzar hacia la revolución de la Policía Boliviana. No dudo de lo que me dice, pero no hay que generalizar”, manifestó Moldiz.

El 1 de julio de 2012, el subteniente de la Policía Daniel Ch. mató con su arma reglamentaria a Roy Campusano (24) en el baño de este local. El hecho es una muestra de los conflictos que se suscitaron en esa cantina. El autor del crimen está detenido preventivamente en la cárcel de San Pedro.

Una vecina de la zona denunció que existe mucha inseguridad en el barrio, debido a la cantidad de borrachos que salen del bar y también porque algunos jóvenes son evacuados narcotizados o inconscientes. “Los despachan en taxis o también los dejan en la calle frente a la plaza Villarroel”, dijo.

Un comerciante del lugar corroboró que los fines de semana, entre las 12.00 y las 17.00, salen jóvenes en total estado de ebriedad, a veces directo a pelear o dormir en las vías.

Moldiz: Falta labor conjunta para el control de bares

La Razón

Según el Gobierno, falta coordinación con la Alcaldía de La Paz para realizar un control a las cantinas clandestinas que funcionan en la urbe paceña, como “El Caballito”, con el fin de evitar que se conviertan en centros donde se cometan actos ilícitos.

Este diario verificó que el citado bar trabaja con normalidad los fines de semana, pese a que fue clausurado por la comuna paceña al menos ocho veces. En este lugar se registra la venta ilegal de alcohol y drogas, y la práctica de la prostitución.

“Esto pone al descubierto, digamos, la fragilidad en la que no existe una coordinación interinstitucional, en este caso, entre la Alcaldía de La Paz y la Fuerza

Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN)”, dijo el ministro de Gobierno, Hugo Moldiz.

La autoridad sostuvo que el ilícito del microtráfico de drogas ilegales puede ser controlado, pero con el trabajo coordinado en todas las instancias pertinentes, pese a que es difícil detectar este tipo de actividad.

El viceministro de Seguridad Ciudadana, Gonzalo Lazcano, reconoció que falta coordinación, pese a que  esta instancia gubernamental tiene la voluntad de apoyar en este tema y los que sean necesarios.

“Como Viceministerio de Seguridad Ciudadana activamos y apoyamos con el tema de la Policía Boliviana a quienes lo soliciten, entre ellos la Alcaldía”, señaló la autoridad.

Añadió que ante el problema que sale a luz con “El Caballito” se requiere la participación de otras instancias más, como la FELCN. Advirtió que de todas formas se tiene que intervenir la cantina porque si se necesita más ayuda, los guardias municipales y la Policía pueden apoyar.

El superintendente de la Alcaldía de La Paz, mayor Carlos Valencia, aseguró que primero se debe verificar el funcionamiento del local “El Caballito”, para luego coordinar el trabajo operacional.

“Durante el tiempo que trabajo en la Intendencia no se pudo clausurar el bar citado, ya que muchos vecinos denunciaron que funciona. Por ese motivo hicimos operativos, pero sin éxito”, informó Valencia.

Agregó que se trabaja en la investigación del caso con el fin de evidenciar las actividades que se realizan.

La cantina clandestina en cuestión está ubicada en la zona de Villa Fátima, en la calle teniente coronel Saavedra. De acuerdo con los funcionarios de la

Intendencia Municipal de 2013, funcionaba las 24 horas del día, acción que violaba la normativa edil que prohíbe la venta de alcohol y su consumo de 04.00 a 09.00. Esta norma aún está vigente en la urbe paceña.

Los vecinos de la zona expresaron su molestia y preocupación por la inseguridad que existe y la impunidad de los dueños del local, ya que funciona “en las narices” de las autoridades municipales y policiales. Por eso piden mayor control en el lugar.

La situación de “El Caballito” es considerada la más controversial, debido a que sigue en funcionamiento, pese a ser clausurado ocho veces.

Desde 2007, ‘El Caballito’ fue clausurado ocho veces

El conocido bar de remate “El Caballito” fue clausurado en ocho oportunidades por autoridades de la Intendencia de la Alcaldía de La Paz, desde 2007. No obstante, todavía funciona con normalidad en la zona de Villa Fátima (La Paz).

La cantina opera pese a que incluso la Fiscalía paceña ordenó su cierre definitivo, en 2012, porque ahí se cometió un crimen, pues un policía mató con su arma de fuego a un joven de 24 años, aparentemente por una discusión particular.

De este bar clandestino era dueño Ernesto Córdova, quien en su momento siempre negó que en el local se cometieran actos ilícitos. Este diario intentó hablar con esta persona para verificar si sigue administrando el lugar, pero sin éxito.

Para ingresar a la cantina se deben pasar por tres puertas controladas por al menos diez personas que hacen el trabajo de seguridad.  En el primer ingreso, que da a la calle, hay un hombre (campana) que informa qué tipo de persona llega al bar. Luego, en la segunda puerta, existen cuatro varones que cobran el derecho al ingreso (entrada). Por último, se entra a un callejón largo y oscuro para terminar en un pórtico, en donde cinco personas también se encargan de revisar. Esos son los pasos para ingresar al bar. El centro funciona pese a que la Intendencia de la Alcaldía, en 2013, le quitó todos los muebles. A la fecha funciona con mesas de ladrillos y sillas de cemento. Además de la venta de alcohol y drogas, se comercializa artículos robados.

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Un asunto oscuro

Según la presidenta ejecutiva de YLB, la acusación fue fruto de una investigación técnica realizada a lo largo de dos años

Por La Razón

/ 25 de abril de 2024 / 06:59

La todavía incipiente industria del litio en Bolivia no puede salir de las sombras. Al violento arresto del exministro de Minería y exresponsable de la planta en la región de Lípez en Potosí, Luis Alberto Echazú, se ha sumado, ayer, la muerte del exgerente ejecutivo de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB). El tema se ha politizado y, ahora, judicializado, pero del negocio no hay más que promesas.

Los contornos del caso, la actuación presuntamente arbitraria e irregular de la Fiscalía el lunes, según denuncia del abogado de Echazú, así como las declaraciones de jerarcas y portavoces del ala evista del MAS, hacen pensar en intereses políticos ligados a la sorda pelea por el poder en el partido gobernante antes que en aquellos ligados al efectivo despegue de la industria del litio en el país. El intercambio de acusaciones, con y sin fundamento, en nada ayuda a reactivar el proyecto.

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El tono y el contenido de una “carta abierta” firmada por el exgerente de YLB, Juan Carlos Montenegro, otro de los imputados, antes de morir (incluyendo una última línea en la que pide perdón a sus seres queridos por el “dolor” que les causará “esta mi decisión”), hace pensar en que detrás de la acusación hecha el jueves de la semana pasada por la actual gerente del proyecto y el procurador del Estado, además de la sorprendentemente rápida actuación del Ministerio Público, hay mucho más que la búsqueda de justicia o de castigo a la corrupción.

Según la presidenta ejecutiva de YLB, la acusación fue fruto de una investigación técnica realizada a lo largo de dos años, asunto del cual ni ella ni su antecesor habían dicho nada anteriormente. Al ser conducido a celdas policiales, el exministro, ahora en detención domiciliaria, afirmó que “el Gobierno quiere ocultar tres años y medio” de parálisis en el que debería ser el proyecto más importante del Estado Plurinacional en los últimos años.

Coincidiendo con la denuncia de YLB contra exfuncionarios de la institución, el mismo día, el Presidente del Estado acusó a “potencias mundiales” y un “país vecino” de pretender controlar los recursos naturales del país, especialmente el litio, bloqueando las exportaciones y excluyendo a Bolivia en procesos estratégicos de comunicación. A la luz de lo sucedido en los últimos años, es evidente que el principal obstáculo está en el Estado y no fuera de las fronteras.

Mientras Chile se abre a las inversiones de riesgo compartido y se propone recuperar el sitial de primer exportador de litio en el mundo en los próximos dos años, y el presidente de Argentina busca entregar las reservas de su país a las transnacionales del sector, Bolivia todavía no ha mostrado cuál es su estrategia de industrialización y comercialización del preciado mineral, al extremo que ni siquiera ha transparentado los acuerdos (no contratos) que tiene con empresas chinas y rusas. Así, es imposible tener optimismo en el futuro del litio.

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Ley ‘antihombres’

Los datos son innegables y terribles: la violencia contra las mujeres, lejos de disminuir, persiste e incluso aumenta.

Por La Razón

/ 21 de abril de 2024 / 00:27

La penosa declaración del presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, en sentido de que la Ley 348 es una ley “antihombres” (sic), puso en agenda la cuestión irresuelta de la violencia contra las mujeres. Rodríguez recibió fuertes críticas, pero también adhesiones. Lo preocupante es que fomenta a grupos antiderechos y pone en riesgo una norma que protege a las mujeres.

 La ley integral para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia (Ley 348) fue promulgada por el presidente Morales en marzo de 2013. Su objeto es establecer mecanismos, medidas y políticas integrales de prevención, atención, protección y reparación a las mujeres en situación de violencia, así como la persecución y sanción a los agresores. Se trata de una ley avanzada, resultado de muchos años de lucha de las mujeres por sus derechos en una sociedad patriarcal y machista como la boliviana.

En 11 años de vigencia, la Ley 348 permitió el registro de centenas de miles de denuncias de violencia contra mujeres en el país. Según datos del Observatorio de Género de la Coordinadora de la Mujer, el año pasado hubo casi 52.000 denuncias. Los casos de violencia familiar o doméstica, que son la mayoría, se incrementaron en 193% entre 2013 y 2023. Cada día, en promedio, hay 142 denuncias de violencia contra mujeres, 30 agresiones sexuales, 104 embarazos de niñas y adolescentes. En 2023 se registraron 81 feminicidios.

Los datos son innegables y terribles: la violencia contra las mujeres, lejos de disminuir, persiste e incluso aumenta. Por ello son deplorables afirmaciones tan ligeras como que la Ley 348 es una “ley antihombres” o, peor, que “la violencia no tiene género”. Si bien existen acusaciones falsas contra hombres, e incluso detenciones arbitrarias presumiendo culpabilidad, ello no atenúa ni menos niega la abrumadora evidencia de que las mujeres son las victimas sistemáticas de actos de violencia en todas sus formas.

En su capítulo de derechos fundamentales, la Constitución señala con claridad que “todas las personas, en particular las mujeres, tienen derecho a no sufrir violencia física, sexual y psicológica”. Y establece que el Estado tiene la obligación de adoptar las medidas necesarias para prevenir, eliminar y sancionar la violencia de género.

Con ese mandato constitucional, la Ley 348 define mecanismos para proteger a las mujeres. Y traza la ruta para la denuncia, persecución y sanción penal de los agresores.

Es evidente que se requiere una reforma normativa y hay valiosas propuestas para el efecto. Pero sobre todo fallan los operadores del sistema judicial. Claro que debe evitarse que haya hombres inocentes en prisión, pero sobre todo que los feminicidas y violentos estén libres. Las polémicas palabras del presidente del Senado tendrían que servir para debatir el tema, mejorar la ley, garantizar en serio para las mujeres una vida libre de violencia y frenar las muy peligrosas campañas antiderechos.

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Un vecino conflictivo

El gobierno de Milei podría estar buscando consolidar su base política mediante el nacionalismo y el anti-izquierdismo

Por La Razón

/ 18 de abril de 2024 / 07:06

Días atrás, la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, informó que había decidido reforzar la seguridad en la frontera con Bolivia debido a la supuesta presencia de cientos de militares iraníes en el país. La respuesta de la Cancillería boliviana fue tan rápida como mesurada, en evidente contraste con el tono que está adoptando el gobierno de Javier Milei.

Desde el inicio, la presidencia de Javier Milei ha sido notable no solo por sus políticas internas de shock, sino también por su manejo de las relaciones internacionales, especialmente con países latinoamericanos de gobiernos considerados izquierdistas. Sus controversiales interacciones con líderes regionales han generado un amplio debate sobre las estrategias diplomáticas y sus implicaciones tanto a nivel regional como doméstico.

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Primero, el intercambio de insultos con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, provocó una rápida escalada de tensiones que afortunadamente no pasaron a más. Milei respondió a las críticas de López Obrador, quien había tildado a Milei de “facho conservador”, con términos igualmente duros, exacerbando las fricciones bilaterales. Este tipo de diplomacia de confrontación no solo socava las relaciones tradicionalmente cordiales entre Argentina y México, sino que también plantea preguntas sobre la estabilidad regional.

Por otra parte, las relaciones con Colombia se tensaron significativamente después de que Milei llamara al presidente Gustavo Petro «comunista asesino». Esta declaración provocó una pronta respuesta diplomática de Colombia, incluyendo el llamado de su embajador en Buenos Aires, lo cual subraya la seriedad del conflicto y el impacto en las relaciones diplomáticas; por ahora las relaciones entre ambos países están normalizándose y los respectivos embajadores han regresado a sus funciones.

Asimismo, la afirmación de la ministra Bullrich sobre la presunta presencia de militares iraníes en Bolivia añadió más leña al fuego, mostrando una tendencia hacia declaraciones provocativas que pueden tener serias repercusiones diplomáticas y de seguridad. Algo similar había ocurrido poco antes, cuando el presidente Milei afirmó que el gobierno de Chile iba a llevar a ese país a la pobreza por adoptar políticas socialistas. En ambos casos la respuesta fue pronta, mesurada y contundente.

En el frente interno, estas controversias internacionales parecen servir como una cortina de humo para desviar la atención de los problemas económicos graves que enfrenta Argentina, como la inflación y el estancamiento económico. Al centrarse en conflictos externos, el gobierno de Milei podría estar buscando consolidar su base política mediante el nacionalismo y el anti-izquierdismo, mientras posterga o minimiza la discusión sobre la necesidad de reformas económicas internas profundas.

Es posible que las tácticas de confrontación de Milei tengan un atractivo político inmediato entre ciertos sectores en Argentina que le son afines, pero los riesgos asociados a alienar a países vecinos y potenciales socios comerciales son altos, especialmente en el mediano y largo plazos, cuando el polémico mandatario ya no esté en funciones.

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Los medios en cuestión

Por La Razón

/ 14 de abril de 2024 / 00:20

El reciente estudio Delphi de la Fundación Friedrich Ebert (FES-Bolivia), realizado con líderes de todo el país, revela datos delicados respecto a los medios de comunicación y su desempeño. Además de una baja confianza, se percibe a los medios como promotores del conflicto y como actores políticos que informan en función a su agenda e intereses. La evaluación es crítica.

Hubo un tiempo en que los medios de comunicación y periodistas, en general, estaban en la cima de la confianza ciudadana. Junto con la Iglesia Católica, tenían muy alta legitimidad. Hoy es diferente: en la Delphi de la FES, solo el 7% tiene una confianza alta o muy alta en los medios. Para el 39% es regular. Y un mayoritario 54% confía poco o nada. Estos datos debieran preocuparnos. Si bien estamos mejor que otras entidades, la confianza es un bien preciado que los medios debemos recuperar y preservar.

En un contexto en que los medios digitales y las redes sociales tienden a desplazar a los medios de comunicación tradicionales como principal fuente de información, es necesario hacer un examen acerca de nuestro desempeño. ¿Cómo nos evalúan los líderes? Más de dos tercios, nada menos, sostienen que los medios informan en función a su propia agenda e intereses. Si sumamos el 13,5% que nos perciben como manipuladores, el saldo es muy negativo. Solo un marginal 7% cree que los medios informan con veracidad.

La baja confianza en los medios y la percepción de que informan más pensando en ellos mismos que en la sociedad, quizás se explican, entre otros factores, porque varios operadores mediáticos están polarizados y alientan la polarización. Lo vimos como tragedia en la crisis de 2019, cuando algunos medios y periodistas avalaron y hasta justificaron las masacres. Ello se reafirma en la Delphi: 86% de los líderes consultados sostienen que los medios promueven enfrentamientos y conflictos en el país.

Por si fuera poco, en estas percepciones reveladoras de la situación del campo mediático en Bolivia, casi nueve de cada 10 participantes en el estudio de la FES están de acuerdo con la afirmación de que los medios actúan como si fuesen actores políticos. Es tremendo. Para los liderazgos, la esencia de los medios se está perdiendo. En su balance, varios medios y periodistas están más cerca de la acción política que de la labor informativa. Eso, por supuesto, va en desmedro del periodismo.

Los estudios de percepción cualitativa y de opinión pública expresan tendencias generales en momentos determinados. Son útiles para la reflexión y el análisis. Y contribuyen a la autocrítica. Pero hay diferencias. Más allá de las percepciones aquí descritas, es meritorio el trabajo de medios que persisten en el empeño de cuidar y cultivar cada día los derechos a la comunicación e información. Como diario nos situamos en ese camino reafirmando nuestro compromiso con el libre ejercicio del oficio periodístico.

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Un impasse inédito

El camino hacia la resolución de este conflicto debe estar pavimentado con el respeto a las leyes internacionales

Por La Razón

/ 11 de abril de 2024 / 06:33

Aunque se afirma que no es la primera vez que ocurre en la historia reciente, lo sucedido en Quito la noche del viernes al sábado, cuando la Policía irrumpió en la Embajada de México ante Ecuador, representa mucho más que un escándalo diplomático y ha puesto al país andino en un impasse del cual será muy difícil salir, mucho más debido a la hasta ahora arrogante posición de su gobierno.

El conflicto diplomático entre México y Ecuador, cuyo antecedente inmediato fue la declaración de persona no grata a la embajadora mexicana, que luego dio paso al secuestro y encarcelamiento del exvicepresidente Jorge Glas, que acababa de recibir el estatus de refugiado político (pese a haber sido condenado por delitos comunes años atrás), ha escalado hasta alcanzar los estrados de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), donde México ha presentado una demanda buscando justicia y el respeto a las normas internacionales.

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La decisión de México de acudir a la CIJ y la convocatoria a sesiones extraordinarias de la Organización de Estados Americanos (OEA) los días martes y miércoles reflejan la gravedad de la situación y la necesidad de un marco de acción que respete los principios fundamentales de la diplomacia y el derecho internacional. Estos foros ofrecen una oportunidad invaluable para abordar el conflicto de manera constructiva, poniendo en primer plano la necesidad de soluciones pacíficas y el diálogo basado en el respeto mutuo, razón por la cual la demanda ecuatoriana de revisar los tratados internacionales es poco prudente.

En estas circunstancias, la comunidad internacional, así como los organismos regionales y multilaterales, deben actuar como mediadores para facilitar una resolución que respete las normas internacionales y promueva la estabilidad regional. Según expertos en la materia, la mediación debe enfocarse en la reconciliación y buscar una solución que permita a ambas partes superar el impasse, manteniendo la integridad de los tratados internacionales como guía.

Este conflicto sirve para poner en relieve la importancia de adherirse a los principios del derecho internacional no solo como un fin en sí mismo, sino como un medio para asegurar la paz, la seguridad y el respeto entre las naciones. La resolución de este caso podría sentar un precedente importante para el manejo de futuras disputas diplomáticas y reafirmar el valor de las convenciones internacionales como pilares de las relaciones entre Estados.

El camino hacia la resolución de este conflicto debe estar pavimentado con el respeto a las leyes internacionales y el compromiso con el diálogo y la negociación. Es imperativo que México y Ecuador, con el apoyo de la comunidad internacional y organismos como la OEA, encuentren una salida basada en el entendimiento mutuo y el respeto a los tratados que han guiado las relaciones diplomáticas durante décadas. Este enfoque no solo resolverá el impasse actual de manera justa, sino que también fortalecerá el sistema internacional basado en reglas, crucial para la coexistencia pacífica entre naciones.

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