Dina Chuquimia renuncia y el TSE se queda sin quórum para trabajar
Con la renuncia de Chuquimia quedan tres vocales en el Tribunal Supremo Electoral: Fanny Rivas, Irineo Zuna y Marco Ayala. La vocal aseguró que tomó la decisión para contribuir a que se solucione la crisis en la que se encuentra este organismo y descartó que hubiera recibido presiones.
La vocal Dina Chuquimia presentó esta mañana su renuncia al Tribunal Supremo Electoral (TSE), con lo que este organismo se quedó sin quórum para administrar procesos electorales. Ayer había renunciado Wilfredo Ovando y, entre el lunes y martes, lo hicieron Wilma Velaso y Ramiro Paredes.
Tras la cadena de renuncias quedan como vocales Fanny Rivas, Irineo Zuna y Marco Ayala, que ahora no tienen la posibilidad de instalar las sesiones de Sala Plena, donde se toman las decisiones para administrar procesos electorales.
La debacle en el Órgano electoral se produje a poco más de dos meses de que se realicen los referendos autonómicos y la Asamblea Legislativa Plurinacional ya anunció para esta semana una sesión donde analizará el futuro del TSE.
“Espero que con la decisión que estoy tomando pueda viabilizar, oxigenar el trabajo del Órgano Electoral, es decir la reestructuración de los miembros del Tribunal Supremo Electoral, como son los vocales elegidos en la Asamblea Legislativa”, anunció esta mañana a radio Erbol, mientras se dirigía a la Asamblea Legislativa para presentar su renuncia.
“Es una decisión que asumo después de haber vivido dos semanas de un show mediático al que nos ha sometido un colega vocal, Ramiro Paredes, que considero que no está a la altura de los miembros de un ente colegiado como9 es el TSE”, agregó.
Paredes renunció el martes, un día después de que lo hizo Velasco, la expresidenta del máximo organismo electoral, y un día antes de que lo hiciera Ovando, el exvicepresidente de ese organismo.
Chuquimia aclaró, sin embargo, que presentaba su renuncia por una decisión exclusivamente personal y no debido a una decisión institucional o presionada por otro poder del Estado. “Para nada”, afirmó.