Tras el caso del peruano Martín Belaunde está una “red poderosa” de protección de corruptos y delincuentes que puede intentar vengarse del presidente Evo Morales y de todos quienes la están combatiendo con el armado de “acciones inconfesables, inimaginables”, afirmó el presidente en ejercicio Álvaro García.
“Me temo, y alerto a la población, que esa red tenebrosa de protección de la corrupción y del delito pueda intentar vengarse, pueda intentar hacer algún daño a las personas que nos hemos involucrado en persona contra esta temática, comenzado con el Presidente Evo”, advirtió en una conferencia de prensa.
Belaunde fue extraditado el 29 de mayo, tras ser capturado a cinco días de desaparecer del domicilio en el que guardaba detención domiciliaria. La Fiscalía inició una investigación que hasta el momento tiene como acusados a sus custodios, familiares, abogados, entre ellos Jorge Valda, y, en los últimos días, a dos vocales del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz.
Por la fuga de Belaunde hay al menos 19 procesadas, de ellos dos, Rodrigo Quispe y el abogado Freddy Vicovic de Santa Cruz, se sometieron a un proceso abreviado y obtuvieron una sentencia ejecutoriada de tres años de prisión, acusados por los delitos de favorecimiento a la evasión. Los vocales Ricardo Chumacero y Ramiro López fueron implicados, ya que se les habría destinado 100.000 dólares y un vehículo de lujo para favorecer al ciudadano peruano.
“La fuga ha revelado dos cosas complicadas: primero, una red de corrupción que involucra a bufetes de abogados, que involucra a algunos malos funcionarios del Estado, que involucra a algunos malos jueces, que involucra a unos malos policías. Alrededor del caso Belaunde se ha revelado que hay una red mafiosa de protección de corruptos y delincuentes con mucho dinero y muy influyente”, señaló García, quien ejerce la presidencia interina ante el viaje de Morales a Bruselas para participar de la cumbre Celac-UE.
El también exasesor del presidente Ollanta Humala no reveló quiénes están tras su fuga y la Fiscalía decidió enviar una comisión a Lima para interrogarlo. Tras su huida, fue removido de su cargo el ministro de Gobierno Hugo Moldiz y el comandante de la Policía, general Luis Cerruto.
“Esa red poderosa es capaz de muchas cosas, es capaz de inventarse, de tramar acciones inconfesables, inimaginables contra el propio presidente del Estado, contra algún ministro o contra algún funcionario de la Policía o el Comandante (Édgar Téllez)”, insistió García.