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Ha cumplido 104 y el último soldado nunca olvidó la paz

A sus 104 años, Benigno Garrado comenzó a prepararse, hace una semana, para el 80 aniversario del cese de hostilidades de la Guerra del Chaco. Es el último combatiente boliviano que vive en Villa Montes, la ciudad donde estuvo el principal centro de logística de las tropas del país.  

“Estuve en el Regimiento Castrillo y mi comandante fue el Comandante Flores”, repetía ayer ante los periodistas el soldado, quien pese a haber perdido los dientes por su avanzada edad, no olvidaba el aniversario del final de la guerra que enfrentó a bolivianos y paraguayos entre 1932 y 1935.

“Ayer (sábado) nomás me preguntó qué día era, porque se acordaba del 14 de junio”, añadió su hija Dionisia, la que acompañó al centenario soldado hasta la testera que preparó el Ministerio de Defensa y la Alcaldía de Villa Montes para celebrar las ocho décadas del alto el fuego.

El 12 de junio de 1935, luego de tres años de un enfrentamiento bélico que dejó al menos 90.000 muertos (40.000 paraguayos y 60.000 bolivianos), se firmó la declaración de paz en Buenos Aires, pero los combatientes aún no habían dejado las armas. A mediodía del 14 de junio, la orden de cese el fuego llegó al Chaco y con ella la paz definitiva a esa región.

Garrado vive con su hija en la zona Chañar que se encuentra a unos 20 minutos del centro de Villa Montes, la capital de la provincia tarijeña de Gran Chaco, ubicada a 127 kilómetros del límite fronterizo de Paraguay.  

Durante la semana, Garrado recibió a varios periodistas en su hogar, donde junto a su hija recordó lo vivido en la Guerra del Chaco. “Mi papá ya no puede comer, está un poquito delicado, le cuesta caminar, pero aún está firme”, indicó. Ayer, el centenario excombatiente entró al palco con la ayuda de dos oficiales del Ejército. Ahí fue declarado Hijo Predilecto por el Gobierno Municipal de Villa Montes y también recibió la condecoración al mérito Mariscal Andrés de Santa Cruz por parte del presidente Evo Morales, que llegó a la población desde Europa, donde la semana pasada cumplió una gira que lo llevó hasta Bruselas (Bélgica) y Milán (Italia).

Sobrevivientes. En Villa Montes, Benigno Garrado es el último benemérito. Hace unos diez años, los excombatientes que vivían en la provincia Gran Chaco no pasaban de 30. Según el ministro de Defensa, Reymi Ferreira, en el país sobreviven 23 excombatientes, que en casi todos los casos cumplieron 100 años de edad.

Durante el acto, Garrado compartió la testera con otros dos excombatientes, llegados de Sucre y Tarija

Casiano Rivera cumplió 100 años el 9 de abril. Nació en Azurduy (Chuquisaca), desde donde partió a Padilla y de ahí al Chaco en 1934. “Mi abuelo se fue a la guerra, detrás de su hermano mayor Lorenzo, quien falleció en la guerra”, contó ayer uno de sus nietos mientras acompañaba al héroe nacional. El soldado tenía apenas 17 años cuando marchó al frente de batalla. En Villa Montes, Rivera también recibió los honores por su sacrificio; recibió la Condecoración Mariscal Andrés de Santa Cruz.

Julio Gareca nació en Tarija. “Hace un año se quebró la pierna derecha, no camina mucho”, contó su hija Alcira Gareca Flores sobre el benemérito que también recibió la presea que lleva el nombre del Mariscal de Zepita.

Una vez más, los tres héroes aguantaron estoicamente ayer. Pese a su edad, observaron el desfile militar y los discursos previos del embajador de Paraguay en Bolivia, Julio César Vera, y del presidente Morales.

Bilateral. “Enterramos las banderas de la guerra y enarbolamos las banderas de la paz”, afirmó, en la ocasión, el representante diplomático de Asunción que representó al presidente paraguayo, Horacio Cartes, quien no logró llegar al evento por “problemas climáticos” que se produjeron en su nación. Morales lamentó la ausencia de su colega, pero anticipó que en breve visitará el país vecino para actualizar la agenda bilateral de integración.

En el almuerzo, que se realizó en La Trinchera, una dependencia de la 3ra. División del Ejército, fue también condecorada María Teresa Bilbao la Vieja, la nieta del Mariscal Bernardino Bilbao Rioja y Angélica Ordóñez, quien fue enfermera durante el conflicto.

Evo culpa a las petroleras por el conflicto

Luis Mealla – La Paz

El presidente Evo Morales afirmó ayer que la Guerra del Chaco (1932-1935) fue provocada por las empresas petroleras Shell (Inglaterra) y Standard Oil (EEUU), que pretendían explorar un área donde se suponía la existencia de grandes reservas hidrocarburíferas.

“Si hacemos una profunda evaluación, con seguridad no ha sido una guerra de los pueblos de Paraguay y Bolivia, la historia demuestra que el 31 de julio de 1932 entre el Ejército de Paraguay con Bolivia comenzaron esa guerra, pero a la cabeza y provocadas por las petroleras”, aseveró el Mandatario, en Villa Montes (Tarija), durante el acto en que se recordó los 80 años del cese de hostilidades.

El Mandatario estuvo acompañado del embajador de Paraguay, Julio César Vera, quien llegó en lugar del presidente de su país, Horacio Cartes, que no pudo arribar por “problemas climáticos”.

Evento. La delegación paraguaya estaba conformada también por un destacamento de la Academia Militar de Asunción que luego desfiló junto con los Colorados de Bolivia y otros regimientos del Ejército del país.

“¿Quienes han muerto? No eran empresarios ni diplomáticos, eran soldados de Bolivia y de Paraguay, generalmente indígenas y campesinos (…).  ¿Quiénes gobernaban nuestros países? En Paraguay una élite ligada a Inglaterra y en Bolivia tres familias de la rosca minera ligada a Estados Unidos”, insistió Morales, tras  anunciar una reunión bilateral con Cartes, aunque no dio la fecha.

La guerra provocó la muerte de al menos 90.000 soldados de ambos países y terminó el 14 de junio de 1935, tras firmar la paz.