El embajador en misión especial de Chile habló con dos medios bolivianos, pero en ningún caso sobre los argumentos de su país para enfrentar el litigio planteado por Bolivia. Aquí un extracto de la entrevista con al programa Posdata, emitido anoche por Cadena A.

— ¿Cuál es su misión en esta oportunidad, en Bolivia?

— Mi misión es súper sencilla: Mi Cancillería me ha enviado a trabajar con el Consulado General (de Chile en La Paz), con nuestro cónsul general. Eso da cuenta de que la disposición de Chile es la misma que se ha manifestado desde hace varios gobiernos atrás (…). Entendemos que nuestra política exterior es una política entre Estados, no es una política entre gobiernos.

— ¿Es posible hablar con doble cuerda como pasó con Perú? Usted, cuando era opositor, rechazó las cuerdas separadas.

— Son situaciones históricas distintas; en el caso anterior había un tratado vigente, sin embargo aquí (con Bolivia) no es el caso.

— ¿Buenas relaciones con Bolivia? Igual somos vecinos.

— Estamos en plena disposición, pero lo que hay que precisar es que el eje de la política exterior chilena es su relacionamiento con el mundo y es la oferta que le hicimos a todos los países. Nosotros queremos ser socios para el siglo XXI y en los casos que se den los mejores vecinos, pero lo que es complejo y lo que no vamos a hacer, por ejemplo, es hacer que toda nuestra política exterior esté basada en una relación bilateral.

— Lo que dice se contrapone con su presencia en Bolivia.

— Pase lo que pase, vamos a seguir siendo vecinos (…). En Sudamérica nos interesan tres objetivos: Ayudar en la paz en Colombia, apoyar a la convergencia de los proyectos de integración de la región (Alianza del Pacífico con Mercosur).

— ¿Si el signo es la integración, por qué no podemos pensar una salida al mar para Bolivia?

— Bolivia tiene una salida al Pacífico, principalmente por el puerto de Arica. Lo que Bolivia quiere es una salida con soberanía; quiere que Chile le ceda una parte de su territorio como condición previa para tener relaciones diplomáticas y ese no es un tema fácil.

— ¿No le parece frustrante que dos dictadores, Hugo Banzer y Augusto Pinochet, hayan podido avanzar más proactivamente en las negociaciones que la gente que cree en la democracia?

— No quisiera referirme a los temas propios de la demanda y cualquier opinión sobre este tema solo la puede asumir nuestro agente, José Miguel Insulza (…). Desgraciadamente la presentación de la demanda —en mi opinión contaminó la agenda— redujo al mínimo el respaldo de los sectores que buscaban un entendimiento. Y en Chile tenemos matices y diferencias, propias de una democracia, pero en este tema hay mayoría.

— ¿No le parece que hay mecanismos proactivos para resolver la demanda marítima?

— Por supuesto que tenemos que ser proactivos. Tenemos que retomar las relaciones que tuvimos alguna vez (…). Nosotros facilitamos al máximo el acceso de Bolivia al mar con gratuidad en el puerto y bodegaje de un año. Hay aduana boliviana y se puede mejorar. Bolivia ha crecido (…) antes pasaban 200 camiones por Chungará y hoy pasa a 600 camiones. Hay capacidad de infraestructura.

Abogado, experto en defensa

Nombre: Gabriel Gaspar Tapia

Nació: 24-04-1949

Profesión: Abogado

Cargo: Embajador en misión especial

Nació en Arica. Varios integrantes de su familia trabajaron en el Ferrocarril Arica-La Paz. Estudió Derecho en la Universidad de Chile y se especializó en México, donde también vivió como exiliado durante el periodo de dictadura de su país entre 1973 y 1989. Regresó a Chile en 1992. Autoidentificado con la nación aymara, Gaspar es un especialista en temas de defensa y como tal ocupó varios cargos en el Gobierno chileno. Hasta antes de jurar como embajador en misión especial fue subsecretario de Defensa.  Es parte del equipo de asesores del canciller Heraldo Muñoz para la demanda marítima.