Los bolivianos deciden si Morales tendrá la opción de ser candidato
Posturas. La oposición considera que el oficialismo busca ‘confundir’ a los votantes
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) habilitó a 6,5 millones de votantes que aprobarán o rechazarán una nueva postulación del presidente Evo Morales en los comicios de 2019. En la campaña, el oficialismo promueve programas y un modelo de país.
“El 21 de febrero, pues, las y los bolivianos tendremos el primer referéndum de reforma parcial de la Constitución. No se trata, por tanto, y es bueno aclararlo, ni de un plebiscito en torno al actual binomio presidencial, ni menos de un referéndum ratificatorio o revocatorio del mismo”, explicó a La Razón el vocal José Luis Exeni, responsable del Servicio de Fortalecimiento Democrático (Sifde) que tiene a su cargo la campaña de información sobre el proceso.
Desde que se inició la campaña, en noviembre, el gobernante Movimiento Al Socialismo (MAS) y el propio presidente Evo Morales han vinculado la consulta de febrero con, por ejemplo, el cambio de modelo o sistema de gobierno. “Si votan por el No (…) están pidiendo que el modelo neoliberal vuelva a Bolivia”, aseguró el gobernante. Un criterio que el vicepresidente Álvaro García refuerza constantemente cuando describe la consulta en la entrega de obras del Gobierno: “Hermano ejecutivo (dirigente), su responsabilidad —cantón por cantón, central, subcentral— es explicar cómo éramos antes, cómo es hoy, cómo tenemos que ser mañana. Es muy importante. La gente joven no se acuerda (…), no sabe cómo era el sufrimiento antes”.
Exeni sostuvo que la propuesta de reforma, y por tanto la consulta en el referéndum, se refiere a si la ciudadanía acepta que el Presidente y el Vicepresidente, cuyo periodo de mandato no varía (cinco años), pueden ser reelectos por dos veces de manera continua.
Para el alcalde de La Paz y líder de la agrupación Soberanía y Libertad (Sol.bo), Luis Revilla, lo que el Gobierno hace es “tratar de plebiscitar el referéndum, tratar de que se califique al Gobierno”. El burgomaestre anticipó que en lo que queda de la campaña su frente saldrá a las calles para “clarificar mejor cuál es el objeto del referéndum” con el fin de que los votantes tengan un mejor discernimiento sobre el proceso electoral. “El cambio a la Constitución nos puede llevar a una presidencia indefinida”, apuntó. Un aspecto que no está consignado en la propuesta de reforma.
El oficialismo además promueve el Sí a través de un plan de gobierno y ofertas electorales. “Nosotros tenemos un programa, la oposición, no”, argumentó el diputado del MAS Franklin Flores. La opositora Jimena Costa de Unidad Demócrata (UD) señaló que es un contrasentido porque su frente “no tiene por qué tener un programa” porque “no es una elección presidencial. “Es una forma del MAS de confundir al elector”, lamentó. El TSE ha puesto en marcha un “Plan estratégico” para “motivar la participación informada” del electorado el 21 de febrero.
La primera consulta de ajuste a la Constitución
Nunca antes se había efectuado una consulta ciudadana con las características del referéndum constitucional del 21 de febrero. Las anteriores reformas a la Constitución Política del Estado (CPE) se validaron en el extinto Congreso Nacional, hoy Asamblea Legislativa Plurinacional, sin la participación directa de la ciudadanía.
“El referéndum de febrero tiene una importancia de primer orden por varias razones. Una de ellas es que por primera vez se le está consultando a la ciudadanía si aprueba o no una reforma parcial de la Constitución. En el pasado, las reformas constitucionales, como ocurrió en 1994 y 2004, se hacían directamente en el Congreso, sin ningún tipo de consulta ni participación ciudadana”, expuso a La Razón el vocal José Luis Exeni.
La autoridad electoral ponderó, además, que en febrero “la ciudadanía decide con su voto sin la mediación de organizaciones políticas ni de candidaturas”. Exeni explicó que este tipo de procesos “constituyen un mecanismo de la democracia directa y participativa” que “forma parte del reconocimiento y el horizonte del concepto de ‘demodiversidad’”.
Desde 2005, Evo ganó siete plebiscitos
Rubén Ariñez
El presidente Evo Morales y su partido, el gobernante Movimiento Al Socialismo (MAS), venció en al menos siete plebiscitos incluidas las elecciones de 2005, justas electorales en las que consiguió su primer mandato. “¡Imagínense nuestro proceso!, estaba equivocado, ayer estaba revisando en los 10 años entre elecciones y referéndums ya hemos ganado siete veces: tres veces con más del 50% y cuatro veces con más del 60%, eso nunca ha habido desde que se fundó la república”, indicó el Mandatario.
Morales buscó la presidencia por primera vez en 2002, cuando alcanzó 20,9% de los votos, 1,6% menos que el ganador: Gonzalo Sánchez de Lozada. Pero fue hasta el 18 de diciembre de 2005, cuando Morales se convirtió en el primer presidente de origen indígena del país tras alcanzar el 54,7% de la votación. Fue además la primera vez, desde que se recuperó la democracia en 1982, que un aspirante a la presidencia lograba la mayoría absoluta, pero no aún el control del Legislativo.
Fue una de las gestiones más conflictivas para el presidente Morales. Justamente en ese periodo el gobernante boliviano sometió su cargo a un inédito referéndum de revocatoria de mandato en medio de la construcción del nuevo Estado y las afrentas del bloque opositor denominado “media luna” que demandaba autonomía. La consulta se realizó el 10 de agosto de 2008 y fue el primer referente de la fortaleza del proyecto de Morales. Un 67,41% de los bolivianos aprobó la continuidad del Jefe del Estado ante un rechazo del 32,59%.
En 2009, el presidente Morales conseguiría su segundo mandato con el 64,22% y se haría del control legislativo. Cinco años después, el 12 de octubre de 2014, reafirmaría su hegemonía nacional con el 61,34% debido al crecimiento en regiones por esencia opositoras como Santa Cruz. Solo Beni no sucumbió ante el avance oficialista.
Son cuatro procesos electorales de carácter nacional en los que el oficialismo, bajo el amparo de la imagen del presidente Morales, se impuso con amplia mayoría. Los otros tres procesos a los que también hace referencia el gobernante son el referéndum por autonomías del 2 de julio de 2006 cuando la opción del No —que respaldó Morales— fue mayoritaria en cinco departamentos del país (57,6%); esa misma fecha se desarrollaron las elecciones de asambleístas constituyentes que se encargarían de redactar la nueva Carta Magna. El MAS obtuvo 137 de los 255 deliberantes nacionales (53,7%). Justamente, la redacción del nuevo documento constitucional devino en el referéndum para la aprobación o rechazo de éste. La consulta se efectuó en 2009, se aprobó el texto con el 61,43% frente a un rechazo del 38,57%.
Morales desea batir un nuevo récord el 21 de febrero y se planteó el 70% de votos en favor de la reforma constitucional que de aprobarse lo habilitaría para una postulación en 2019, no obstante, opositores consideran que el escenario es propicio para que el MAS asuma su primera derrota electoral. Aunque separados, los bloques opositores emprenden una campaña que propugna el “riesgo” en el que se interna la democracia, si se valida la reforma.