Vicecanciller afirma que fracaso del diálogo sobre el Silala lleva el caso a instancias internacionales
El vicencaciller Juan Carlos Alurralde afirmó que hubo avances importantes en las negociaciones sobre las aguas del Silala, pero fracasó porque Chile rechazó tratar la deuda histórica. Frente a esa situación se decidió recurrir a otras instancias internacionales, señaló y calificó de nacionalismo la posición asumida por el canciller Heraldo Muñoz, quien asegura que el recurso es parte de un río y no de un manantial.
Las negociaciones sobre los manantiales del Silala fracasaron porque Chile rechazó tratar la deuda histórica por el uso del recurso, que data de 1908, pese “a los grandes avances” alcanzados, por lo que se decidió acudir a instancias de justicia internacional, afirmó el vicecanciller Juan Carlos Alurralde. Calificó de “nacionalismo” la posición que asume el canciller Heraldo Muñoz.
“En este grupo (que trató el Silala) tuve la oportunidad de participar. Chile se rehusó a tocar este tema y no podía acompañar esta demanda legítima que se trate la deuda histórica. No se pudo llegar a un acuerdo y poder trabajar en este tema”, aseguró en relación a las negociaciones bilaterales enmarcadas en la agenda de 13 puntos, congelada en el gobierno de Sebastián Piñera.
El presidente Evo Morales encabezó una comisión que ayer visitó la zona de Quetena Chico, en Potosí, para demostrar que el recurso hídrico es desviado de forma artificial hacia Chile porque procede de ojos de agua y no de un río, como sostiene la administración de Michelle Bachelet. El uso sin compensación se originó en 1908.
Santiago congeló en 2010 el trabajo de las comisiones formadas en el marco de la agenda de 13 puntos, entre ellas las que trataba el diferendo por el Silala. “Hicimos grandes avances”, reconoció y aseguró que fracasó las conversaciones porque se negaron a tratar la compensación histórica o retroactiva de la deuda.
“Por eso nosotros tenemos que acudir a otras instancias para que se descongele el debate y la reparación que tiene que haber hacia Bolivia”, insistió en una entrevista con la estatal Patria Nueva, donde también llamó a Muñoz a “tratar de tender puentes en vez de construir murallas, y resolver esto de una manera adecuada y en base a la realidad”.
Ambos países alcanzaron un preacuerdo a través del que Santiago se comprometió a cancelar por el 50% del caudal, mientras que el saldo estaría sujeto a los resultados de un estudio que definiría la propiedad de la otra mitad del recurso.
Morales decidió llevar el diferendo a la corte de La Haya y ayer anunció la formación de un grupo especial para trabajar en los argumentos del caso, aunque ya se anunció que uno es el permiso solicitado en 1908 por una empresa chilena para usar el recurso. El presidente del Senado, Alberto Gonzáles, calculó que la deuda ascendería a más de $us 1.000 millones.
Muñoz anunció una contrademanda bajo el argumento de que las aguas son parte de un río internacional y consecuentemente de uso bilateral. “Seguramente si el canciller Muñoz fuera al Silala cambiaría de opinión”, señaló y reflexionó que “la realidad entra por la vista, no entra por discursos acalorados o por discurso nacionalista, que han sido emitidas por el canciller”.
Bolivia también radicó en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) la demanda marítima, orientada a que el demandado honre sus compromisos hechos a lo largo de la historia de negociar una salida soberana al Pacífico. Alurralde anunció que invitarán a organismos internacionales y especializados a visitar la zona de Quetena Chico para verificar las características del recurso hídrico.