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En 36 años, la ONU registra 48 casos de desapariciones forzadas o involuntarias en Bolivia

En 36 años, entre 1980 y mayo de este año, la Organización de Naciones Unidas (ONU) registró 48 casos de desapariciones forzadas o involuntarias en Bolivia. Del total, fueron esclarecidos 20 y están pendientes 28, prevé el informe del Grupo de Trabajo sobre las Desapariciones Forzadas o Involuntarias del Consejo de derechos Humanos la ONU.

La desaparición forzada, según el organismo, se usa a menudo como estrategia para infundir el terror en los ciudadanos. La sensación de inseguridad que esa práctica genera no se limita a los parientes próximos del desaparecido, sino que afecta a su comunidad y al conjunto de la sociedad.

El reporte no registra, en el último año, ningún caso resuelto de los 28 pendientes en Bolivia. De los 20 casos esclarecidos, 19 fueron responsabilidad del Gobierno y una de otra entidad.

El organismo internacional recordó este martes el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas.

“Se ha convertido en un problema mundial que no afecta únicamente a una región concreta del mundo. Las desapariciones forzadas, que en su día fueron principalmente el producto de las dictaduras militares, pueden perpetrarse hoy día en situaciones complejas de conflicto interno, especialmente como método de represión política de los oponentes”, reseña el portal web de la institución.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, exhortó a los Estados miembros del organismo a sumar esfuerzos para neutralizar esta práctica.

El informe del Grupo establece que en el último año —de mayo de 2015 a mayo de 2016— se han producido 766 nuevos casos en 37 países. Para ese asunto “uso procedimiento de acción urgente” en 483 de los hechos.

“Todos los Estados tienen la obligación de investigar las desapariciones forzadas y de enjuiciar y castigar a sus autores. En cambio, las víctimas a menudo enfrentan la falta de atención o la hostilidad abierta de las autoridades a las que se dirigen. (…) Demostremos nuestra solidaridad con las víctimas y con sus familiares empeñados en hacer efectivo su derecho a la verdad y la justicia”, señaló Ban.