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Vicepresidente de Bolivia critica ecologismo ‘colonial’ de países del norte

El vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, criticó este domingo el «medioambientalismo colonial elitista» proveniente de las naciones del norte, afirmando que esa visión da un trato desigual a la problemática del medioambiente en el mundo y es «ciego» a la necesidad de desarrollo de las naciones pobres.

García Linera habló del tema en un discurso a propósito del 192 aniversario de la Independencia de Bolivia al inaugurar la sesión especial de la Asamblea Legislativa, que se celebra en la ciudad amazónica de Cobija, fronteriza con Brasil.

Defendió esa visión días después de que la Cámara de Diputados aprobara una ley que quita la «intangibilidad» al Territorio indígena y Parque Nacional Isiboto Sécure (Tipnis) para permitir la construcción de una carretera a través de la reserva, pese al rechazo y la resistencia de grupos indígenas y ecologistas.

El vicepresidente dijo que «los culpables del calentamiento global no sufren los efectos de la catástrofe ambiental», a diferencia de lo que ocurre con las naciones pobres que tienen menos responsabilidades, pero son las que más padecen por ese impacto.

Dijo que Bolivia contribuye con un 0,1 % de los gases de efecto invernadero, pero los árboles de su zona amazónica capturan y limpian el 2 % del dióxido de carbono mundial y, además, aportan con el 2 % del oxígeno del planeta.

«Y encima las oligarquías extranjeras contaminantes del planeta nos exigen sacrificios para cuidar el medioambiente que ellos destruyen», apuntó el vicepresidente y denunció la existencia de discursos ambientales que consideró «clasistas».

Afirmó que, al parecer, para ciertos empresarios y algunas organizaciones no gubernamentales del Norte, la naturaleza que debe protegerse no es toda, sino la que está en situación «salvaje», que excluye a los pobres, negros, campesinos, indios y latinos, dijo.

Agregó que se trata de una «idea oligárquica de la naturaleza» que plantea proteger «santuarios puros, donde ir a pasar vacaciones sin tener que soportar las demandas sociales de los pobres».

Explicó que el «ambientalismo colonizado» fomenta la «autoculpabilización ambiental» en las naciones pobres, apoya la financiación de la «degradación ambiental» para vender seguros sobre catástrofes naturales o «bonos de carbono» y, por último, respalda «el divorcio entre naturaleza y sociedad».

«No hay nada más intensamente político que la naturaleza y el debate sobre el medioambiente», sostuvo para revindicar la necesidad de un «ecologismo socialista» que, además de proteger la naturaleza, incorpore «también las necesidades» del ser humano.

Tras haber aprobado los diputados la norma sobre la intervención del parque nacional Tipnis, el tema será tratado el martes en el Senado, también controlado por el oficialismo.

Se trata de una reserva natural de 1,2 millones de hectáreas en el centro de Bolivia, donde viven 14.000 indígenas de las etnias trinitaria-moxeña, yuracaré y chimán, en 69 comunidades dispersas. (06/08/2017)