Este jueves 15 de diciembre, el presidente Evo Morales arribará a la Santa Sede, en el Vaticano, para hablar con el Papa Francisco sobre las “posibles salidas” para el diálogo marítimo, un posible escenario que se definirá con el fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya.
En Palacio Quemado hay certeza de que la sentencia en el caso de la demanda marítima será favorable, premisa que motivó a las autoridades bolivianas a instruir a las reparticiones estatales recopilar información sobre asuntos geográficos, comerciales y de transporte marítimo, todo para la eventual instalación del diálogo y la concreción de la negociación de una salida soberana al Pacífico.
Así lo anunció el vicepresidente Álvaro García, quien dictó una conferencia de prensa este martes en su condición de presidente en ejercicio en ausencia de Morales, quien realiza un periplo por cuatro naciones de Europa.
“Otra reunión importante que tiene el presidente Evo es una reunión con el Papa para hablar específicamente del tema del diálogo que tenemos en La Haya y para hablar de cuál es la posición de Bolivia en torno a las posibles salidas. Previamente, el presidente tendrá una reunión con nuestros encargados de la parte jurídica, de la parte técnica, se reunirán allá y luego se irán a la reunión con el Papa”, anunció García.
No se conoce con exactitud cuándo los magistrados internacionales emitirán el fallo, empero se lo espera para fines del próximo año. La demanda boliviana inscrita en ese tribunal en 2013 exige que se obligue a Santiago a cumplir con los compromisos hechos a lo largo de la historia de negociar una salida soberana al mar, que arrebató tras una invasión y posterior guerra en 1879.
Según García, la contundencia de los argumentos expuestos da certeza de un fallo favorable a los intereses nacionales, lo “que nos obliga a que negociemos, a que nos sentemos Chile y Bolivia para dialogar, negociar temas concretos”.
El Sumo Pontífice ya se mostró en favor del diálogo para dar fin a la controversia durante su visita a Bolivia en 2015.
Justamente esa postura causa preocupación en esferas políticas chilenas que ya cerraron filas al pedir, en primera instancia, a la Santa Sede que el líder católico no trate el asunto durante su visita a Chile en enero de 2018, aunque luego matizaron que es “libre” de opinar sobre lo que considere “conveniente”. A La Paz, la primera posición le pareció “desatinada”. (12/12/2017)