Bolivia y Chile medirán en la fase oral la solvencia de sus argumentos en el juicio por el mar
Bolivia reclama el cumplimiento de los numerosos compromisos chilenos de negociar una salida soberana al Pacífico, mientras que Santiago asegura que esos diálogos no generan derechos
Desde este lunes, Bolivia y Chile miden la solvencia de sus argumentos en los alegatos orales de la demanda marítima. La Paz enumera un sinnúmero de compromisos de negociación hechos en más de una centuria tras la invasión chilena de 1879 que cercenó su cualidad marítima, mientras que Santiago insiste en defender la vigencia del Tratado de 1904 que selló los límites entre ambos países.
El Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya definió que la última fase del litigio —instalado por Bolivia en 2013— se celebre entre el 19 y el 28 de marzo, periodo en el que también se hacen públicos los argumentos escritos del juicio que estaban en reserva: La memoria y la contramemoria.
Empero, las posturas de las partes en el proceso no es secreto puesto que su contenido fue esbozado, de forma preliminar, durante la resolución de objeción que planteó Santiago a la competencia de la corte para este caso y que fue rechazada tras audiencias orales en 2015. Esa fue para Bolivia su primera victoria en el juicio.
El litigio está inscrito en la corte justamente como “obligación de Chile de negociar con Bolivia de buena fe y de forma efectiva a fin de llegar a un acuerdo que otorgue a Bolivia un acceso pleno y soberano al océano Pacífico”.
Bolivia argumentó en el máximo tribunal de justicia del orbe que el demandado “se ha comprometido, más específicamente por medio de acuerdos, la práctica diplomática y una serie de declaraciones atribuibles a sus representantes de más alto nivel, a negociar el acceso soberano de Bolivia al mar”, según un informe de la CIJ de 2017.
Esos numerosos compromisos están consignados en El libro del Mar que recoge además los principales argumentos que impulsaron a La Paz a sentar en la CIJ a Santiago. Para Bolivia, “Chile no ha cumplido esa obligación y […] niega su existencia”, añade el documento.
Ése y no otro es el fin de la demanda planteada en ese tribunal a más de un siglo de febrero de 1879, cuando tropas chilenas tomaron por la fuerza el otrora puerto boliviano de Antofagasta y otros territorios costeros para cercenarle su cualidad marítima.
El presidente Evo Morales abogó por la resolución del diferendo. “El encierro que vive mi pueblo, es una herida que debemos cerrar para ver el futuro con esperanza. Tenemos una herida abierta en el continente, por más de un siglo, Chile ha reconocido tener temas pendientes con Bolivia, el mar es un derecho del mundo, también de mi pueblo”.
Recientemente, el nuevo ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Roberto Ampuero, puntualizó sobre la demanda por el mar: “No está en disputa ni la integridad territorial, ni la soberanía de Chile, ni tampoco la entrega o no entrega de territorio chileno. Ni un solo centímetro de territorio chileno está aquí en juego. Nadie nos puede obligar además a ceder territorio nuestro”.
A su turno, el excanciller chileno y ahora asesor de la causa Heraldo Muñoz sostuvo la semana pasada, a través de Twitter, que “la soberanía territorial no está en juego”.
Una afirmación que fue respaldada por el presidente, Sebastián Piñera, quien además reafirmó que su país “ no va a perder ni territorio, ni mar, ni integridad territorial, ni soberanía”.
Pero sobre todo La Moneda asegura que en relación al pedido boliviano de diálogo por el mar no hay asuntos pendientes de ningún tipo pues rige el Tratado de 1904 que fijó los límites entre ambas naciones. “Como país amante de la paz y respetuoso del derecho internacional, va a cumplir y va a hacer cumplir el Tratado de 1904”, sentenció el mandatario chileno.
Para Palacio Quemado, esa afirmación está lejos de la realidad pues existen documentos que demuestran que para Chile siempre hubo un asunto pendiente de resolución que fue expresado en varios documentos.
En tanto Chile asegura que esas conversaciones no son más que la “práctica diplomática de dialogar y buscar puntos comunes, en la confianza que, de no llegar a acuerdos, los países no estarán comprometidos jurídicamente con aquello que hubieren conversado o expuesto”, había remarcado el excanciller Muñoz. (16/03/2018)