El presidente Evo Morales ingresó a uno de los salones del Hotel Crowne, en el centro de la ciudad de La Haya, donde el domingo ofreció una comida a la delegación boliviana que asiste a la apertura de los alegatos orales en el juicio marítimo planteado a Chile en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) y saludó, de mano y abrazo, a todos los invitados, entre ellos los expresidentes Guido Vildoso (1982) y Jorge Quiroga (2001-2002) y los abogados nacionales e internacionales que defienden la causa marítima del país.

El presidente boliviano entregó un saludo respetuoso a Vildoso, el soldado que a los 45 años promovió la restauración de la democracia boliviana en 1982 tras 18 años de dictadura militar, y estrechó la diestra de Quiroga.

Ambos se abrazaron y, signo del espíritu de unidad boliviana más allá de la política y las ideologías, que campeó en el salón de nueve mesas y una testera, Morales le planteó una sesión de ejercicios aeróbicos, temprano el lunes, en una cinta para correr.

Quiroga y Morales habían jugado al fútbol a principios de la primera década del siglo, cuando uno diputado y el otro vicepresidente, y hasta escalaron el Huayna Potosí, emplazado en la puna andina, a 5.000 metros de altura sobre el nivel del mar, el concepto que este mediodía de domingo glacial en La Haya desapareció las diferencias de política criolla en Bolivia.

En medio, un sonriente Vildoso, que a los 80 años de edad conserva el garbo de sus años de oficial de Ejército y, más allá, alrededor de una mesa de manteles impolutos, los cancilleres bolivianos, Gustavo Fernández, Javier Murillo de la Rocha y Carlos Iturralde, también exultantes, atentos al pedido de quién rinda más en el trote en máquina, pues el frío nórdico que recorre Holanda, el país de la Revolución Gloriosa de Guillermo de Orange, corta el rostro e impide erguir la testa cuando uno se pone en la calle.

Morales, escoltado por el canciller boliviano Fernando Huanacuni, y el ministro de Justicia, Héctor Arce, obsequió saludos también a los abogados, la inglesa Emy Sander; la francesa Monique Chemillier, el también galo Mathías Forteau, el iraní Payam Akhavan, español Antonio Remiro Brotons y el inglés Vaughan Lawe.

Entregó saludos, mesa por mesa y luego se instaló en la testera, en medio de los presidentes de Diputados, Gabriela Montaño, del Senado, Alberto Gonzales, el expresidente y agente boliviano ante la CIJ, Eduardo Rodríguez, su coagente y plenipotenciario ante Naciones Unidas, Sacha Llorenti, Huanacuni y Arce.

“Vamos a hacer historia, con la verdad, con el derecho. Estamos convencidos de que vamos a alcanzar la justicia que corresponde a Bolivia», afirmó Morales en una corta alocución antes de invitar a servir «este pequeña almuerzo».

Quiroga alzó entonces su copa de agua y, representación simbólica, le aliñó un poco de sal, para convertirla en agua de mar, a horas de la apertura de los alegatos orales en la CIJ, donde el costero Chile, que adicionó a su soberanía, por la fuerza de los fusiles, el litoral boliviano de 400 km lineales en 1879, debe convencer que las promesas de Estado, una veintena durante el siglo XX y parte del que corre en este tiempo, no tiene obligación de sentarse a negociar la cesión de una salida al mar para Bolivia.

Comida elaborada con frutos de mar, desde la entrada hasta el plato de fondo y una copa de vino para brindar por el éxito de la empresa más importante de la historia de Bolivia en 193 años.

Detrás de la puerta de dos postigos que franquea el acceso al salón, un ejército de periodistas chilenos, a la espera de una declaración o una foto que describa el momento.

Hora del brindis, cuando se aceleran las pulsaciones y cierra la garganta en el «partido más importante» de la historia que librará la «verde», proclama Gonzales.

Por el «mar boliviano con soberanía», «¡Salud! y que ¡viva Bolivia con su litoral!».

Se quiebra la voz y humedecen los ojos cuando, a capela, a una sola voz y solo espíritu, resuena la Marcha Naval.

«…Que pronto tendrá Bolivia otra vez su mar, su mar. Antofagasta, tierra hermosa, Tocopilla, Mejillones junto al mar, con Cobija y Calama, otra vez a la Patria volverán…»

«Hasta mañana», dice Morales.

Los alegatos orales partirán, por parte de Bolivia, a las 09.00 holandesas (04.00 bolivianas del lunes o 08.00 GMT). (18/03/2018)