Exdictador Luis García Meza sufre una grave crisis de salud
“Sí está delicado de salud, pero más allá de eso lo que se está haciendo es esperar un parte médico y que la familia se pronuncie a través de un comunicado”, afirmó otra fuente allegada al exdictador.
El exdictador Luis García Meza se descompensó ayer y tuvo que ser ingresado en terapia intensiva de la que, a pesar de ser reanimado, es difícil que salga, según supo La Razón de fuentes cercanas al paciente.
Internado hace varios años en el hospital de la Corporación del Seguro Social Militar (Cossmil), el sentenciado a 30 años de prisión por ocho delitos durante la dictadura de 1980-1981 era vigilado anoche por un equipo de médicos convocado de emergencia para su caso. “Está en su habitación, no hay nada por ahora”, dijo vía teléfono a este diario el hijo del militar, Luis García, consultado sobre información en sentido de que el hombre había sufrido tres paros cardíacos en la víspera.
“Sí está delicado de salud, pero más allá de eso lo que se está haciendo es esperar un parte médico y que la familia se pronuncie a través de un comunicado”, afirmó otra fuente allegada al exdictador.
“Está en terapia intensiva, su cuadro es muy delicado y estamos de turno por su caso. Depende de cómo pasa esta noche”, dijo un profesional a La Razón.
Veintitrés años recluido, García Meza pasó más de la mitad de ese tiempo hospitalizado, según un recuento que hizo La Razón. De acuerdo con denuncias de organizaciones de derechos humanos, el exdictador tiene privilegios en la atención en el nosocomio militar de la zona Miraflores de La Paz. En un parte médico de 2013 se estableció que el militar padece al menos 12 enfermedades, entre ellas hipertensión arterial sistemática esencial, prótesis valvular mecánica en posición aórtica normofuncionante, arritmia cardiaca tipo fibrilación auricular, anticoagulado, cardiopatía aterosclerosa e esquémica.
García Meza tomó el poder a través un golpe de Estado el 17 de julio de 1980 contra la presidenta constitucional Lidia Gueiler Tejada. Durante su dictadura fue asesinado uno de los íconos de la democracia, el líder socialista Marcelo Quiroga Santa Cruz, cuyos restos aún no fueron encontrados hasta la fecha.