Cambian personal en Chonchocoro y proyectan nuevos protocolos de seguridad
El viceministro de Régimen Interior y Policía, José Luis Quiroga, asegura que ese penal "sigue siendo un recinto de máxima seguridad". Hardy Gómez fue asesinado esta semana con la misma cantidad de puñaladas que Victor Hugo Escóbar tres meses después.

La muerte de Hardy Gómez, reo sindicado por el asesinato de Victor Hugo Escóbar, alias ‘Oti’, ha desatado una polémica en torno a la seguridad del penal de máxima seguridad de Chonchocoro, en La Paz. El Gobierno procedió al relevo de todo el personal de seguridad y anunció ajustes para mejorar los controles, mientras que la Organización de Naciones Unidas (ONU) urgió a reforzar los mecanismos y protocolos para garantizar la vida en el sistema penitenciario.
“Se están tomando medidas inmediatas”, anunció este viernes el viceministro de Régimen Interior y Policía, José Luis Quiroga, durante una entrevista con la red PAT.
“Ayer (por el jueves) la primera (medida) ha sido un cambio completo al personal de seguridad en Chonchocoro, vamos a pedir que se refuercen los niveles de seguridad, mucho más estrictos, vamos a pedir que se hagan requisas mucho más seguidas y esperamos que esas medias sean suficeintes para no lamentar nuevamente otro hecho de violencia”, afirmó.
El jueves, el representante de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés) en Bolivia, Thierry Rostan, sugirió reforzar la seguridad en los recintos penitenciarios del país y revisar los “protocolos” y “normas”, según informa La Razón este viernes en su edición impresa.
“Es una situación lamentable y nos preocupa que hayan muertos en los recintos carcelarios”, sostuvo el delegado.
Gómez y Escobar fueron amigos e inclusive “socios” en negocios ilícitos que administraban desde el penal cruceño de Palmasola, por lo cual fueron trasladados hasta el penal de máxima seguridad de La Paz, donde al final perdieron la vida.
La tarde del martes 19 de junio «Oti» fue encontrado muerto. Su cuerpo había recibido 20 puñaladas y la investigación policial determinó que Gómez lideró el grupo de reos que terminó con su vida.
Tres meses después, el 19 de septiembre, corrió la misma suerte. Gómez recibió el mismo número de puñaladas que Oti, pero además fue degollado y destrozaron su cráneo. «Shock hipovolémico con laceración completa de todas las arterias y venas», se lee en el parte forense sobre su deceso.
El Gobierno analiza varias hipótesis, pero la principal apunta a una vendetta por la muerte de Oti. “O lo matabamos o nos mataba”, contó uno de los tres reos implicados en el deceso de Gómez: el boliviano Martin Á. Ch. y los brasileños ´`Oscar Junior G. D. y Elías de A. R.
El jueves, forenses practicaron la autopsia a Gómez y paralelamente uno de los tres implicados, el boliviano, entregó su declaración sobre el caso.
Se espera el testimonio de los otros dos sindicados de origen brasileño, que está demorado porque pidieron la participación de un intérprete o traductor de portugués, su idioma natal. “Están haciendo las gestiones con la Embajada de Brasil para no vulnerar sus derechos”, informó Quiroga.
Aseguró que pese a ese tipo de hechos, “todavía tenemos el control de todos los recintos penitenciarios” en comparación con lo que sucede en la región, donde son frecuentes hechos de violencia y sangre.
“Chonchocoro sigue siendo un recinto de máxima seguridad, sin embargo, los reos se dan modos (para alterar la seguridad)», reclamó Quiroga. (21/09/2018)