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Adriana Salvatierra: ‘Combatir el acoso con mayor presencia de la mujer en política’

El 18 de enero, Adriana Salvatierra juró como presidenta del Senado. Se trata de la mujer más joven en la historia del país en asumir esa investidura. Desde ese cargo, la legisladora busca “empoderar” a las mujeres, sobre todo en el ámbito político, desde donde —aseguró— se debe fortalecer la lucha contra el acoso y todo tipo de violencia de género y político, además de las desigualdades. Afirmó que será un “retroceso” preocupante si es que en 2020, cuando se inicie un nuevo periodo de gobierno, las mujeres no ocupan al menos la mitad de las curules en la Asamblea Legislativa; en ese marco, dijo que se debe garantizar las condiciones de participación política femenina en todas las organizaciones políticas, lo que supondrá, en un momento determinado, una “reflexión” de la Ley de Organizaciones Políticas (LOP).

— ¿Qué desafíos se proyecta en la presidencia del Senado?

— Es un desafío enorme, no solo en términos profesionales y laborales, sino también en términos de militancia y de posibilidad de proyectar y abrir nuevos espacios para las nuevas generaciones (…); creo que esto es la expresión poblacional de una Bolivia que vive un bono demográfico, la expresión de un partido político que abre las puertas de la participación a los jóvenes, que ha constitucionalizado los principios de paridad y la equidad de género, y que además expresa un compromiso de la consecución de este proceso de cambio.

— ¿Qué dificultades y retos le han implicado el hecho de ser mujer y joven política?

— Este es un país que después de 180 años recién le dio a los jóvenes, que votan y que eligen, la posibilidad de ser elegidos con la Constitución Política del Estado; entonces, es una sociedad que se construyó sobre la base de diferencia y prejuicios, de subestimar a sectores de la población y de discriminar a sectores de la población: mujeres, indígenas, campesinos, indígenas, trabajadores que estuvieron durante más de 180 años al margen de la participación política directa.

— ¿Ha sido víctima de acoso de género o acoso político?

— Por supuesto que lo sentí, en una sociedad en la que existen todavía prejuicios y formas de discriminación: de clase, de identidad, de género y generacionales. Mi partido tiene una posición altamente progresista en materia de derechos humanos; te mentiría si te dijera que dentro de mi partido he sido víctima de acoso y violencia, pero sé que existe, sé que no se manifiesta en esta Asamblea Legislativa, pero por ahí se manifiesta en un concejo municipal, sí se manifiesta en una asamblea departamental.

— ¿Y cómo se lucha con esto?

— Bolivia es el país que más ha avanzado con normativas de protección referidas a la lucha contra la violencia política a la mujer y en general de violencia contra la mujer: violencia económica, física, psicológica, etc.; de hecho somos el país que tiene una normativa más progresista al respecto, el único país en América Latina con una normativa contra el acoso y la violencia política.

— Desde su cargo, ¿qué propone para desterrar el acoso y la violencia política?

— Yo no soy partidaria de victimizarme, muchas de las mujeres que hemos llegado al Legislativo, sino la gran mayoría que participamos (…) nos caracterizamos por ser mujeres fuertes, a mí no me vas a ver victimizándose por el acoso y la violencia (…). Creo que el enfoque es combatirlo, para abrir las puertas a nuevas compañeras, creo que esta Asamblea no puede en 2020 retroceder a tener menos de la mitad de las mujeres en el Parlamento, eso sería un retroceso imperdonable para todas las fuerzas políticas.

— ¿Cómo evitar eso?

— Puede suceder. Puede ser que, por ejemplo, en las circunscripciones uninominales triunfen más varones que mujeres y todavía falta ajustar la normativa para establecer eso (…); creo que tenemos que realizar un proceso de empoderamiento y garantizar condiciones de militancia a las mujeres, garantizar condiciones de participación a las mujeres y eso pasa por una profunda reflexión que se puede dar, incluso, de la Ley de Organizaciones Políticas.

— ¿Cómo garantizar este empoderamiento y la presencia de mujeres en el Legislativo?

— Lo que pasa es que las mujeres también debemos empoderarnos y alzar nuestras banderas, que seamos mujeres no quiere decir que vamos a reivindicar las banderas del movimiento feminista —aunque Allende decía ‘ser joven y no ser revolucionario es una contradicción biológica’— pero, hay jóvenes que son sumamente conservadores e incluso regresivos en torno a derechos humanos. Entonces, que haya una Asamblea paritaria no necesariamente se expresa en que haya mujeres que defiendan las banderas de las mujeres.

— Entonces ¿cuáles son las acciones que se deben seguir?

— Se ha iniciado un proceso de despatriarcalización, pero es un proceso del cual somos portadoras también y obviamente los varones, pero la sociedad aún es patriarcal; patriarcal, entendido como un sistema que reproduce privilegios en condición de género; entonces, tenemos una sociedad que continúa reproduciendo privilegios para los varones. Hay trabajos en los cuales una mujer, por las mismas actividades que realiza un hombre, le pagan un menor salario menor y eso subsiste todavía; entonces, hay que ir desmontando eso a través de un proceso educativo, es un proceso que involucra el activismo de los movimientos de las mujeres y que, por supuesto, debe involucrar a varones comprometidos con la eliminación de todo tipo de inequidades.

Perfil

Nombre: Adriana Salvatierra Arriaza

Profesión: Politóloga

Cargo: Presidenta del Senado

Carrera

Es licenciada en Ciencias Políticas y Administración Pública; además es militante de Columna Sur, una agrupación de Santa Cruz, y fungió como representante de las juventudes del MAS. En enero de este año fue elegida como presidenta del Senado.