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Mitos y verdades de la Guerra del Pacífico a 140 años de la invasión

Hoy se cumplen 140 años de la invasión de Chile a Antofagasta y resurgen mitos, como que el impuesto al salitre que asignó el presidente Hilarión Daza (1876-1879) a la Compañía de Salitres de capitales ingleses y chilenos fue la causa de la Guerra del Pacífico.

El 14 de febrero de 1879, Chile invadió territorio boliviano. ¿Por qué lo hizo? El general en retiro e historiador Luis Fernando Alcázar aseguró que el impuesto de 10 centavos por quintal de salitre exportado no fue la causa del conflicto bélico, sino un “pretexto”. Sin embargo, el país vecino ratifica que Bolivia incumplió el Tratado de Límites de 1874 luego de haber impuesto ese tributo.

“Nada más falso, el impuesto nunca fue el motivo de la invasión”, afirmó el catedrático universitario.

Alcázar explicó que Inglaterra estaba en un proceso de exportación de capitales y apuntó a Sudamérica porque se había descubierto el beneficio a la producción agrícola del guano como fertilizante. Entonces, “la intención de chilenos e ingleses de monopolizar el comercio salitral incentivó la ambición por las costas de Atacama, en Bolivia, y las provincias de Arica y Tarapacá, en Perú”.

Para el militar, otro de los mitos es la premisa de que Bolivia provocó la guerra. “Esa idea es tan falsa como afirmar que Inglaterra no tuvo nada que ver en el conflicto”, puntualizó Alcázar y luego recordó que Inglaterra tenía un gran interés en la Guerra del Pacífico porque en su territorio se vivían las consecuencias de una sequía, la hambruna, además de los efectos de un terremoto y maremoto.

Entonces, el enfrentamiento se inició el 14 de febrero, cuando la minera anglo-chilena se negó a pagar y Bolivia confiscó sus bienes. El día que los iba a subastar, un contingente militar que llegó desde Santiago ocupó Antofagasta sin disparar un tiro, bajo el justificativo de que recuperaba un territorio al que había renunciado antes.

Perú se ofreció a mediar, pero terminó envuelto en esa guerra que dejó unos 23.000 muertos, pues tenía desde 1873 un tratado secreto de alianza militar con Bolivia, de acuerdo con un análisis publicado ayer por la agencia AFP.

La guerra, que estalló en Antofagasta, se expandió hasta Lima, que fue ocupada por fuerzas chilenas, mientras remanentes peruanos hostigaban a las tropas de ocupación usando tácticas guerrilleras, hasta que en 1883 se firmó un pacto transitorio de paz. Bolivia, siendo ya aliada de Perú, enfrentó varias batallas en el transcurso de la guerra, incluida la resistencia de Pisagua. Bolivia y Chile firmaron en 1884 un Pacto de Tregua que puso fin a la guerra y en 1904 un Tratado de Paz y Amistad que dio a Santiago el “dominio absoluto y perpetuo” de Antofagasta, dejando a los bolivianos sin un acceso soberano al mar. Allí, Chile se obligó, también a perpetuidad, a otorgar un sistema de libre tránsito en favor de Bolivia hacia el mar.

Alcázar señaló que los antecedentes de esta guerra se activaron el 31 octubre de 1842 con una progresiva ocupación en la antigua provincia de Litoral. “La invasión militar naval se inició el 7 de enero de 1879 en aguas bolivianas y el 14 de febrero de 1879 nuestro territorio ya estaba invadido de chilenos. Chile ya se había apoderado de las covaderas de Atacama y la explotación artesanal se había convertido en industrial”, detalló.

Rememoró que ese entonces no se tenía una fuerza militar que garantice la soberanía de Antofagasta y tampoco había la intención de utilizar la fuerza militar en la solución del conflicto, pese a que ya se sabía de la invasión inevitable. “Fue un gravísimo error”, afirmó el militar e historiador.

Pero el mito más difundido fue el ocultamiento de la noticia de la invasión chilena por el presidente boliviano Hilarión Daza, supuestamente para que no interrumpiera el Carnaval de 1879. El suplemento Animal Político de La Razón publicó el 28 de febrero de 2014 que la idea se originó en Chile en el principio del conflicto. El historiador chileno Benjamín Vicuña Mackena fue el primero que divulgó este mito.

La versión fue secundada por bolivianos ligados a la facción de Narciso Campero (quien dio un golpe de Estado a Daza cuando éste se encontraba en el campo de batalla en Perú) y luego perpetrada por los intelectuales bolivianos posteriores a la guerra. Gabriel René Moreno, que es uno de éstos: “Guardando el Presidente de Bolivia (Daza) en los bolsillos de su disfraz la noticia por tres días, reservó su sorpresa para después de los carnavales”.

Sin embargo, Daza dispuso la organización de la Guardia Nacional para enfrentar a Chile, con base en 39 unidades militares de infantería, caballería y artillería del Ejército. La disposición está contenida en la circular del 28 de febrero de 1879.

DEFENSA. Previamente, el 26 de febrero, promulgó el decreto a través del cual declaró a “la patria en peligro y en estado de sitio, a consecuencia de la invasión chilena en el Litoral”.

Pese a más de un siglo de esos hechos bélicos, la relación entre Chile y Bolivia no es óptima. “Las batallas se libran ahora en la Corte Internacional de Justicia (CIJ)”, afirmó a la AFP el escritor chileno Carlos Tromben, autor de novelas sobre la guerra.

Bolivia inició la demanda marítima en 2013 para solicitar que declare que Santiago está obligado a negociar “de buena fe” una salida soberana al mar. Pero, el 1 de octubre de 2018, la CIJ dictaminó que Chile no tenía obligación de negociar un acceso soberano al Pacífico para Bolivia. El tribunal también aconsejó que entre ambas naciones dialoguen sobre los avances logrados respecto al acceso del país al mar.

En la CIJ también se ventila el caso de las aguas del Silala. Santiago demandó a La Paz en junio de 2016 para reclamar derechos “compartidos y el uso equitativo” sobre esos recursos hídricos. El proceso aún está en la fase de los alegatos escritos.