Ramiro Guerrero, ex fiscal General del Estado, asumió hace días sus nuevas funciones, esta vez como cónsul General en Chile. Lo hace en medio de una relación “congelada” y tras el fallo adverso de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) sobre la demanda marítima.

El canciller Diego Pary confirmó  que Guerrero, quien cumplió una serie de responsabilidades en la función pública, ya asumió sus funciones en el servicio exterior, aunque evitó dar mayores detalles sobre un tema que en el pasado igualmente rehusó comentar.

Reemplaza en el cargo a la historiadora Magdalena Cajías, quien a diferencia de Guerrero fue posesionada en el cargo en un acto público en el que estuvo la prensa y que se desarrolló en la Cancillería el 9 de abril de 2014. El entonces canciller David Choquehuanca juramentó a la ahora excónsul.

Guerrero asume el cargo en el marco de una relación bilateral “congelada” desde el inicio del juicio marítimo y que no varió tras la sentencia que le fue adversa a Bolivia porque los jueces internacionales determinaron que Santiago no tiene obligación de negociar, aunque determinaron que el veredicto no debe ser interpretado como impedimento para que se continúen con las conversaciones.

El presidente Evo Morales planteó a Santiago, justamente apoyado en la integridad del fallo, a retomar las conversaciones bilaterales, pero su colega chileno Sebastián Piñera hasta el momento no respondió a la propuesta.

Para el presidente de la Cámara de Diputados, el oficialista Víctor Borda, el perfil de Guerrero responde al nuevo escenario que se presenta, que aparte del diálogo, pone también en agenda temas como la lucha contra el contrabando y contra el narcotráfico.

“Creo que es un hombre muy hábil y va a intentar buscar acuerdos importantes en esos temas (narcotráfico y contrabando). Hay un impulso fundamental por parte de Bolivia, pero necesitamos el apoyo de Chile”.

El contrabando es uno de los problemas centrales en la frontera  entre ambos Estados. La administración boliviana fortaleció el combate a ese ilícito y en reiteradas ocasiones advirtió que no hay un compromiso chileno; la Zona Franca de Iquique es el principal punto desde donde se interna gran parte de la mercadería ilegal, y también están los vehículos chutos.

El 4 de febrero ya circulaba la información de que Guerrero fue designado cónsul y el 26 de ese mismo mes se hizo pública su declaración jurada de bienes y rentas, como funcionario de la Cancillería. “Generalmente en los cargos de representación de una embajada o un consulado siempre se ve personas que tengan una trayectoria jurídica, política, diplomática, de manera que la representación sea una de las mejores para el país”, explicó Pary en ese entonces, sin confirmar la designación.

La oposición cuestionó el nombramiento de Guerrero. El diputado Wilson Santamaría (UD) fue uno de los legisladores que dijo que Guerrero “desinstitucionalizó” la Fiscalía General y protegió a autoridades del Gobierno.

El ministro de Gobierno, Carlos Romero, evitó ayer comentar sobre el tema. “No tuve nada que ver en esa designación, aunque considero que se tomó en cuenta su experiencia como jurista”.

Borda insistió en que el nuevo cónsul tiene “idoneidad, capacidad y experiencia” para realizar una buena gestión. “Naturalmente necesitamos gente con alto perfil en ese cargo, más cuando se trata de las relaciones con Chile”, destacó el legislador. Guerrero no hizo hasta el momento ninguna declaración.