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Romero calcula que la demanda legal de coca llega a 18.000 ha y que el saldo va a actividades ilícitas

La actual demanda legal de coca en Bolivia es de unas 18.000 hectáreas, por lo que el saldo tiene un destino ilícito, afirmó el ministro de Gobierno, Carlos Romero, al comentar el informe del Departamento de Estado de Estados Unidos sobre la lucha contra el narcotráfico. Dijo que se debe trabajar en fijar una relación equilibrada entre el consumo legal y la producción.

La Ley de la Coca legaliza una extensión de 22.000 hectáreas, distribuidas en la región de Yungas, en La Paz, y del Chapare, en Cochabamba. Para Romero ese es un “tope máximo” sostenido en el crecimiento de la población y la demanda que en algún momento se llegará, pero por ahora se calcula que la demanda llega a 18.000 hectáreas.

“Tenemos que trabajar para establecer una relación absolutamente equilibrada entre la demanda interna y la producción de hoja de coca, en este momento hay indudablemente una cifra deficitaria, digamos, en el sentido de que el consumo tradicional, de acuerdo a la proyección de crecimiento poblacional, debe estar por las 18 mil hectáreas y hay un saldo de que absolutamente se desvía con fines de fomento a actividad ilícitas”, explicó el lunes durante una entrevista en el programa AM de Fides.

En 2017, la cantidad de cultivos de hoja de coca en Bolivia subió en 6% en comparación con el año anterior, según el último informe de Cultivo de Coca presentado en La Paz por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen (UNODC) y el gobierno de Bolivia. En este período, la superficie cultivada aumentó en 1.400 hectáreas (ha), de 23.100 hectáreas en 2016 a 24.500 hectáreas en 2017.

Romero informó que la reducción de cultivos excedentarios e ilegales superó las 11.000 hectáreas en 2018, aunque la reducción neta está entre 1.500 y 2.000 hectáreas, es decir, el ritmo crecimiento de la extensión es mayor a la reducción.

Justamente los datos de reducción de cultivos de coca y de combate al narcotráfico son destacados en el informe estadounidense, pero concluye con una evaluación negativa como ocurre en el último tiempo.

“Siempre hay un sesgo político, lamentablemente siempre hay un sesgo político. El informe reconoce muchos avances y concluye que Bolivia no ha cumplido sus tareas, siempre hay el sesgo político”, insistió. (02/04/2019)