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Friday 29 Sep 2023 | Actualizado a 20:38 PM

Mesa elude dar respuestas en temas polémicos

Cuando le preguntaron si recibió dinero del MNR para ser candidato a la Vicepresidencia de la República, Mesa recalcó que no dará ninguna respuesta y explicó que eso no implica una falta de transparencia. “La guerra sucia no respondo”, aseveró.

/ 29 de septiembre de 2019 / 23:53

Durante el programa Así Decidimos, de la red Unitel, Carlos Mesa, candidato a la presidencia por Comunidad Ciudadana (CC), evitó responder preguntas sobre asuntos polémicos como el matrimonio de personas del mismo sexo, la despenalización del aborto, un posible nuevo estudio sobre el campo Incahuasi o sobre si recibió dinero del MNR para ser postulado a la Vicepresidencia en 2002.

Ante la consulta de la despenalización del aborto y el matrimonio de personas del mismo sexo, el postulante consideró que “no es relevante” dar una respuesta personal y que se debe respetar la Constitución. “Quien responde no es una persona, sino el presidente de un país; entonces se tiene que poner a consideración de la sociedad, en el respeto de los derechos humanos esa posibilidad”. Afirmó que cualquier norma debería ser planteada después de un debate abierto.

Cuando le preguntaron si recibió dinero del MNR para ser candidato a la Vicepresidencia de la República, Mesa recalcó que no dará ninguna respuesta y explicó que eso no implica una falta de transparencia. “La guerra sucia no respondo”, aseveró.

“En el momento en que haya una acusación formal, en ese momento hablamos, mientras tanto no voy a responder a la guerra sucia”, recalcó.Con referencia a la posibilidad de iniciar un nuevo estudio sobre la pertenencia del campo gasífero Incahuasi, como reclaman en Chuquisaca, el candidato aseveró que se debe acoger a las leyes. “Mi posición es el cumplimiento de la ley, lo mismo que el aborto, lo mismo que en el tema del matrimonio gay (…).

Hay una ley que establece que Incahuasi pertenece a Santa Cruz. Eso no quita el derecho a Chuquisaca de poderla impugnar”, explicó. (29/09/2019)

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Breve historia de un almanaque de 32 años

Gráfica del Tiempo es un emprendimiento cultural que cuenta, hasta el momento, con 130 artistas. Ahora se presentará en Santa Cruz

Por Marco Fernández

/ 20 de agosto de 2023 / 05:35

Todo era serigrafía. Incluso la invitación, elaborada con aquella técnica de impresión antigua, con el escudo de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) y una explicación del surgimiento de  Gráfica del Tiempo, un proyecto de elaboración de almanaques con obras artísticas, que tiene 32 años de vigencia en el país.

Enero

Lunes temprano, Hugo está sentado en una mesa de madera de tres metros de largo  en el Laboratorio de Gráfica Experimental de la Carrera de Artes y Diseño Gráfico de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA). Como parte de su estilo, toma la pluma estilográfica hecha por él mismo para continuar dibujando una de sus tantas obras de arte, como lo viene haciendo desde 1985, cuando llegó a La Paz por primera vez en su vida.

Nacido en Chuquicamata (Chile) hace casi siete décadas, el artista grabador y diseñador gráfico Hugo Salazar Alarcón sufrió el exilio en el gobierno del dictador Augusto Pinochet, por lo que radicó un tiempo en Suecia y, a mediados de los años 80, con la esperanza de retornar a un Chile democrático, llegó a la urbe paceña.

Instalado en la sede de gobierno, un día leyó en el periódico que la UMSA requería un maestro de serigrafía. Salazar se postuló y desde 1988 comenzó a dar docencia.

Febrero

En su estadía en Europa, Hugo conoció a un grupo de uruguayos, pertenecientes el Club de Grabado de Montevideo —jóvenes formados en Bellas Artes y la Facultad de Arquitectura de la Universidad de la República de Uruguay, dedicada a la producción y la promoción del grabado desde 1953—, quienes en 1977 habían elaborado calendarios con obras artísticas.

“Entiendo que el grabado artístico es una expresión de los pueblos por su cuestión de reproducción. Los que hacemos grabados siempre tenemos algo que decir, una cosa social más que todo, no es hacer por hacer arte”, explica el maestro de serigrafía.

Mariana Villarroel Fotos: Lulhy Cardozo

Influido por los jóvenes uruguayos y deseoso de emprender un nuevo proyecto, el maestro convocó a sus estudiantes para crear Gráfica del Tiempo, almanaques hechos por bolivianos que tienen obras de arte y que están elaborados completamente con serigrafía.

Marzo

Sin puntaje o dinero como retribución, Hugo consiguió que varios jóvenes se unieran al proyecto, como Fabricio Lara, Mónica Dávalos, Fernando Montes, Jhonny Quevedo y Franklin Molina, quienes se formaron en dicha casa de estudios superiores paceña y que en la actualidad son reconocidos en el ámbito cultural. Entre ellos se encontraba también Mario Yujra, entonces estudiante y auxiliar, ahora director de la Carrera de Artes Plásticas y Diseño Gráfico. El objetivo era recaudar dinero para equipar el taller de serigrafía.

Abril

“Se hacía la serigrafía de manera artesanal. Se trabajaba a través de técnicas con ciertas experimentaciones que daban resultados. Era más una búsqueda para atrevernos a hacer algo que no se podía”, recuerda Yujra de aquellos tiempos en que el naciente colectivo se reunía en los patios a falta de un aula especializada y materiales.

En un trabajo mancomunado entre docentes y estudiantes, cada uno se daba modos para aportar en la creación de los calendarios, con la idea de aprender con la práctica.

Mayo

Hugo Salazar y Mario Yujra rememoran varias anécdotas de aquellos primeros momentos, cuando la serigrafía era algo nuevo en el ámbito boliviano, cuando manejaban las técnicas de estación en papel, cliché en cera, estarceo directo y transparencias, entre otros. “Dibujábamos sobre láminas transparentes con tinta china. Fue una experiencia muy bonita. Por ejemplo, sobre la mesa insoladora echábamos aserrín de metal y sobre ello se dibujaba con imán para generar ciertas texturas”, dice Yujra.

“Nuestro espacio parecía más una pastelería que un taller de serigrafía”, sonríe Hugo refiriéndose a los materiales que usaban en ese entonces para la serigrafía, porque querían cumplir el desafío de hacer un calendario artístico.

Lulhy Cardozo

Junio

Después de días y noches de trabajo, el colectivo de docentes y estudiantes publicó 50 almanaques el año 1991, en una colección que bautizaron como Gráfica del Tiempo, con temática libre, por lo que el calendario se muestra con obras maestras únicas, pegadas en algunas paredes como lo que son: obras de arte. Para ello elaboraron invitaciones hechas completamente con serigrafía.

Julio

Gracias al éxito del proyecto, el colectivo decidió lanzar otro almanaque para el año siguiente, esta vez enfocado en la llegada de la Corona española en América Latina, por lo que las obras tienen imágenes con simbologías prehispánicas como motivo de reivindicación. Para aquella ocasión no participó el maestro Hugo, por lo que Yujra se hizo cargo del proyecto junto a estudiantes y artistas ahora de renombre como Max Aruquipa, Edgar Arandia, Mónica Dávalos, Jhonny Quevedo, Fabricio Lara, Franklin Molina, Miguel Salazar y José Tórrez, entre otros.

“No teníamos horas de trabajo, ni exigencias académicas, sino que todo era espontáneo”, asegura Yujra.

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Agosto

El tiempo se detuvo en la Gráfica del Tiempo, pues hubo una pausa de casi 10 años. En 2012 retomaron el proyecto con una nueva generación de artistas y con otras temáticas, todas acordes con el contexto de entonces.

Septiembre

Cuando el tiempo de los almanaques parecía que iba a desaparecer, el Colectivo de Grabadores Bolivianos se hizo cargo del proyecto en 2015 para continuar lo que había gestado el Club de Grabado de Montevideo. Lulhy Cardozo, como estudiante de grabado y de diseño gráfico —ahora gestora cultural—, se integró al colectivo ese mismo año, animada por las obras de serigrafía que había dejado el profesor Hugo en tapas de libros de los años 90.

Octubre

Para el año siguiente (2016), los artistas armaron el calendario para 2018. En esta ocasión como proyecto Martes de Ch’alla, para obtener 50 ejemplares de los calendarios hechos con técnicas mucho más osadas de serigrafía.

Algo similar ocurrió de 2018 en adelante, con la inclusión de más estudiantes y el apoyo de aquellos que en los inicios fueron jóvenes universitarios y se convirtieron en docentes o artistas reconocidos. “Lo que más me ha gustado de este proyecto es que se busca que el calendario forme parte del cotidiano de la gente, hacer que se conozca esta técnica, porque, queramos o no, la gráfica, el grabado y la serigrafía no son tan conocidos como la pintura y la escultura”, afirma Mariana Villarroel, diseñadora gráfica y gestora cultural, quien se adhirió al proyecto aquel año.

Noviembre

Desde 2020, Martes de Ch’alla incluyó a más mujeres y artistas de todo el país, como el colectivo Gataller,  y si bien no había apoyo institucional, siguieron la línea de la Gráfica del Tiempo, que actualmente se encuentra en exposición en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) de Santa Cruz de la Sierra, hasta el 22 de agosto, con participación solo femenina.

Diciembre

Cada año han sido impresas 13 estampas —la tapa con prólogo y los 12 meses—, con casi dos centenares de ejemplares, que reúne a 130 artistas bolivianos. Es el fruto de un maestro chileno enamorado de Bolivia, un estudiante que se convirtió en artista y luego en director de carrera, de dos gestoras culturales que siguen la posta del proyecto y mucho tiempo de trabajo para seguir haciendo una agenda de 12 meses que tiene 32 años.

Hugo Salazar

Texto: Marco Fernández

Fotos: Lulhy Cardozo

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Mujeres enfrentan juntas el problema del agua

Las líderes de Bolivia y Perú se reunieron en Mecapaca para compartir sus experiencias y soluciones respecto a la falta de agua

/ 27 de noviembre de 2022 / 00:01

Mujeres enfrentan juntas el problema del agua. En Mecapaca, las líderes de La Paz y Arequipa se reunieron, gracias a Bolivia Watch, para intercambiar experiencias sobre los problemas hídricos de sus pueblos. A pesar de ser un tema crítico no solo para sus regiones, sino para el mundo, en las mesas de diálogo hay un ambiente de charla amena. Aparentemente distintas, estas mujeres de Bolivia y Perú comparten sus vivencias sobre la falta de agua y las soluciones que han encontrado en sus comunidades.

Si bien el 70% del planeta está compuesto por agua, el 2,5% es dulce, es decir, resulta apto para el consumo humano y para la agricultura, la ganadería y la industria. Con el transcurrir de los años, la carencia del líquido se está haciendo más visible debido al crecimiento demográfico y al calentamiento global.

Este último caso se hace visible en las montañas que están perdiendo sus nevados y en la vida de las personas que cada año están sintiendo más la falta de líquido. Entre las afectadas también están las poblaciones de Bolivia y Perú.

Mujeres enfrentan

Ante este panorama han surgido varias iniciativas para paliar la disminución del recurso hídrico. Una de ellas parte del Stockholm Environment Institute (SEI, del sueco, Instituto del Ambiente de Estocolmo), que trabaja para orientar las políticas ambientales y de desarrollo sostenible en el mundo. Como parte de ese trabajo, el SEI lidera el proyecto Bolivia Watch, que trabaja con el Gobierno para implementar un Plan Nacional de Cuencas en el país, teniendo en cuenta que las cuencas son canales naturales por donde baja el agua hacia ríos o lagos, por consiguiente, también para el consumo humano.

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En esa dirección, Bolivia Watch trabajó en el departamento de Potosí (en la cuenca Tupiza, en los municipios de Tupiza, Atocha y Colchacá) y en la cuenca Pampa Huari (en los municipios de Potosí, Yocalla, Tinguipaya, Porco, Belén de Urmiri, Chaquí y Tomavi).

De acuerdo con Melina Balderrama, coordinadora nacional de Bolivia Watch, también se desarrollan actividades en la cuenca del departamento de La Paz, en los municipios de Palca, Mecapaca y Achocalla.

Como parte de esta labor es que se organizó un encuentro entre las líderes paceñas con sus similares de Arequipa en el municipio de Mecapaca, ubicado a 28,4 kilómetros al sur del centro paceño. Por el lado boliviano estaban mujeres pertenecientes a las Bartolinas, acompañadas por dirigentes arequipeñas apoyadas por el Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo del Sur (Descosur) de Perú.

Arropado por cerros cubiertos de vegetación y viviendas republicanas con balcones, el edificio de la Alcaldía luce distinto, pues se llenó de mujeres que van a hablar sobre el agua.

“Anteriormente, éramos sumisas, no podíamos contar ni con las autoridades, no podíamos comunicarnos. Pero con las capacitaciones hemos aprendido a valorarnos como mujeres y participar en diferentes actividades”, comenta Martina Choquehuayta, vecina del pueblo de Charhuanca, provincia Cailloma, de la región de Arequipa.

Martina está vestida con su traje típico, con pollera, blusa y chaqueta con bordados multicolores, además de un sombrero de ala ancha bellamente adornado. Ella, acompañada por otras arequipeñas, escucha atenta la apertura del encuentro binacional de intercambio de experiencias en gestión de cuencas.

Con el respaldo del Viceministerio de Recursos Hídricos y Riego       —dependiente del Ministerio de Medio Ambiente y Agua—,  el alcalde de Mecapaca, Enrique de la Cruz, y otros tres alcaldes peruanos, más de medio centenar de mujeres se reunieron en mesas de diálogo para contar sus vivencias respecto del agua.

“Antes no teníamos agua. Para lavar la ropa teníamos que ir a buscar vertientes de agua cristalina. Toda la gente iba allí. Incluso íbamos a bañarnos. Así vivíamos antes”, rememora Máxima Mamani, vecina de la zona Las Carreras, en Mecapaca, quien viste una pollera verde, una blusa azul, una manta de alpaca, un sombrero negro y un aguayo multicolor.

“Lo que hacemos es compartir una planificación inclusiva, con un enfoque de género, que no solo tiene variables hidroclimáticas, que podemos obtener de una estación y hacer una planificación en escritorio, sino que toma en cuenta a los actores sociales, quienes nos dicen qué problemas hay para hacer la planificación”, explica Balderrama.

Es por ello que cinco mesas de diálogo —más otra con las autoridades ediles y de Bolivia Watch— conversan acerca de cómo monitorear la calidad de agua con enfoque de género, las herramientas para hacer el relevamiento de información, posibilitar acuerdos de autoridades municipales para trabajar de manera mancomunada y la manera de sensibilizar a la población sobre el cuidado del agua.

“Para nosotros es una gran iniciativa de Bolivia Watch que reúna a dos grupos de mujeres de diferentes culturas, pero con un solo objetivo: enfrentar la falta de recursos hídricos. Hemos aprendido que (las líderes arequipeñas) no se quejan de las autoridades, ellas trabajan en la cosecha del agua y con sus propios recursos y con su propia mano de obra”, comenta Reini Callizaya, concejal de Mecapaca.

En otra mesa se encuentra Vicentina Puma, pobladora de Chipay, provincia Cailloma, de Arequipa, quien dice que  en su pueblo viven de la crianza de alpacas. “Un año hubo escasez de lluvia, todas nuestras alpacas se han muerto. Desde entonces empezamos a reservar agua y, con la capacitación que recibimos, hemos aprendido a cómo mantenerla”, dice la representante peruana.

Balderrama cuenta que las mujeres del país vecino les enseñaron cómo empezaron a emplear la cosecha de agua para no sufrir de desabastecimiento y aprendieron acerca del enfoque de género que se lleva a cabo en Bolivia. “Las mujeres tienen que tener un espacio, una voz, que sea más escuchada si tiene un argumento técnico”, afirma.

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Mujeres. Las líderes de La Paz y Arequipa compartieron sus conocimientos sobre el problema del agua.

“Recuerdo que mi mamá y mi abuelita cosechaban agua de lluvia y las guardábamos todo el año, porque no había agua potable. Con el tiempo olvidamos esta costumbre. Por los cambios climáticos ahora tenemos que volver a aprender y enseñar a nuestros hijos”, afirma Máxima.

El encuentro es amigable. No falta la comida con papa y choclo que producen en la región y las infaltables fotos para recordar la llegada de las hermanas peruanas. En ese ambiente es que se firmó un acuerdo de hermanamiento entre los municipios de Mecapaca y de Arequipa, las mujeres de ambos países coordinaron más reuniones para seguir hablando de los recursos hídricos, tomando en cuenta que, a pesar de la distancia, atraviesan por problemas similares.

Además, mediante el apoyo de Bolivia Watch, se trabajará para obtener financiamiento para sus proyectos productivos y continuar con el intercambio de saberes de ambos países, principalmente.

La tarde transcurre calurosa, por lo que las anfitrionas llevan a sus ahora amigas arequipeñas a un recorrido por sus plantaciones de flores, que lucen colores intensos, tanto como la esperanza de, en cooperación mutua, seguir liderando la lucha por dar mejores días, no solo a sus hijos, sino también al planeta.

Fotos: Juan Manuel Rada / Bolivia Watch

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Gregory, el sensei del origami

Damnificado por el megadeslizamiento de Callapa y tras perder a su madre, el joven alteño encuentra paz en este arte asiático

Gregory Aduviri con algunas de sus creaciones

Por Marco Fernández

/ 6 de noviembre de 2022 / 00:10

Gregory, el sensei del origami, su dormitorio está tapizado con pósters de personajes de anime y de Los Vengadores.

Su ropero está cubierto con sus dibujos. Encima de una mesa, como si fuera un altar, se encuentran esculturas de papel, que son una muestra de que Gregory es un sensei del origami.

El origami es un arte asiático que consiste en hacer pliegues con un pedazo de papel (sin utilizar tijeras ni pegamento) para formar esculturas pequeñas.

En especial de animales y plantas, porque tienen significado ritual.

Su origen se sitúa en el siglo VII, cuando monjes budistas chinos cultivaron las técnicas del plegado y las enseñaron en otros países.

Un siglo después, los japoneses desarrollaron el origami —del japonés ori (plegar) y kami (papel)— y lo incluyeron como un elemento de los rituales sintoístas.

El Omatsuri regresa con campaña de cuidado del Jardín Japonés

Gregory

Después, este arte se expandió por el mundo. Obviamente, también en Bolivia.

El sábado 26 de febrero de 2011 es más que una fecha, es un tatuaje en la vida de Gregory Aduviri Callisaya (25 años).

A las ocho de la noche, su mamá lo despertó para decirle que tenían que desalojar la casa, porque Callapa y las zonas circundantes se estaban deslizando.

“Cuando salí de mi cuarto todo se estaba deslizando. Ha sido impactante para mí, muy fuerte. Aquella noche, lo único que pudimos sacar fue algo de ropa, nada más”, recuerda de cuando tenía 14 años.

Hubo aproximadamente 5.000 personas damnificadas. Entre ellas, Gregory, sus dos hermanas menores y sus padres (Gregorio Aduviri y Gregoria Callisaya).

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Trabajo. El origami ha significado una suerte de terapia para Gregory Aduviri

Quienes se alojaron durante un tiempo en un colegio de Irpavi Bajo.

Cansados de vivir en un aula con otras cuatro familias, la familia emigró a El Alto, a Tilata, para cuidar una casa.

Dos años después del megadeslizamiento, la familia Aduviri Callisaya se trasladó, finalmente, a un complejo de departamentos en Alto Chijini, Distrito 12.

En ese transcurso, Gregory conoció el origami, cuando en el colegio vio a otro niño que presumía cómo armaba una grulla con una hoja de papel.

Pidió que le enseñara, pero no quería, así es que, mezclado entre los demás, llevaba papel y emulaba los movimientos del compañero.

Al poco tiempo, no solo aprendió a armar el ave, sino que les enseñó a sus amigos.

No obstante, su madre se lo prohibió, pues creía que era pérdida de tiempo.

Además, “las hojas no se rompen, solo sirven para estudiar”, afirmaba para explicar que era mucho gasto para su economía.

La prohibición, el fútbol y el básquetbol hicieron que Gregory se alejara del origami por unos años.

Hasta que vio un puesto en la Feria 16 de Julio, donde había publicaciones y figuras relacionadas con este arte.

“Veo una figura expuesta y me sorprende, porque todo eso sale de un cuadrado. Yo, que ya hago origami, quería hacerlo”, comenta.

Su padre le compró unos textos de origami y, con ellos, armó cada vez más figuras de papel.

Tantos, que no podía ocultar su afición. Empero, su vida volvió a trastocarse cuando se enteró de que su mamá tenía una enfermedad incurable.

En sus últimos días, doña Gregoria pidió a su hijo que cuidara de sus hermanas y que siempre se alimentara bien.

“Haz lo que quieras, lo que más te guste”. Esas palabras fueron el permiso implícito para que Gregory continuara armando figuras de papel.

Esta pérdida ocurrió cuando terminaba el colegio, así es que, como le “gusta modelar, dibujar y pintar”, decidió estudiar Industria de la piedra en el Instituto Tecnológico Superior Mirikiri, en Comanche.

“Lo hice también porque quería olvidar el dolor por mi mamá”, cuenta.

Volvió al departamento de Alto Chijini tres años después, con muchas más ideas y proyectos, que los plasmó gracias al Club Origami El Alto.

Este arte tiene varios niveles. Empieza con el básico, con figuras hechas hasta con siete dobleces.

Medio, que tiene 30 a 50 pasos; avanzado, hasta 300 pasos, y el nivel superior es el experto en patrones de plegado y diseño, que tiene infinidad de dobleces, según explica Gregory.

“Ahora no necesito libros, ni líneas; empecé a hacerlo solo, desde mi mente”.

“Cierro los ojos, me concentro y empiezo a generar una infinidad de figuras”, comenta el artista.

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Obra. Algunas de las piezas que ha creado el alteño Gregory Aduviri Callisaya aplicando dobleces en papel

Para encontrar paz interna, en su dormitorio necesita una mesa y hojas de papel, pues Gregory se abstrae de todo y comienza a hacer figuras complejas.

Como dragones, caballeros medievales, cancerberos, barcos pirata, sirenas e incluso una máscara de moreno.

“Solo es generar puntas. Tienes que ver la imagen o el diseño y ver cómo hacer”, dice con falsa modestia.

Quiere que la gente conozca su trabajo y que sepan que este arte puede ayudar en la vida.

“Me ha ayudado a superar la muerte de mi mamá, soy tranquilo, no tengo ningún vicio, me ayuda a que mi alma se encuentre estable, mi paciencia está en otro nivel”, asegura.

Por ahora no planea hacer del origami un negocio, sino crear textos para enseñar a los niños.

También presentar una exposición con sus mejores figuras y terminar su vida como las historias que le gustan: con un final feliz.

Texto: Maro Fernández ríos

Fotos: Salvador Saavedra

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Emprendimientos para conquistar la era digital

Un equipo de producción para redes sociales, una app de servicios de belleza y una forma de aprovechar los horarios en restaurantes

La imagen y el sonido se integran en el trabajo de postproducción de los profesionales

/ 29 de agosto de 2022 / 15:10

Todo cambió con la irrupción de la pandemia. Los negocios hoy funcionan de formas diferentes, así como la interacción misma entre nosotros. Para enfrentar estas nuevas condiciones, la tecnología ha traído diferentes herramientas que incluyen el trabajo remoto, aplicaciones para teléfonos inteligentes, modalidades de pago digital y un universo de opciones. Para no quedarse atrás, los emprendedores bolivianos encontraron la forma de capitalizar sus ideas y convertirlas no solo en una opción de vida para ellos, sino en una posibilidad de ofrecer nuevas soluciones a sus públicos.

Un equipo para producir contenidos para las redes sociales, una aplicación que concentra servicios de belleza de diferentes profesionales y una nueva sección en una aplicación para traer de regreso a los comensales a los restaurantes.  Estas tres historias muestran que el ingenio, la creatividad y la tecnología pueden convertir un futuro incierto en nuevas oportunidades.

Iniciativas. Render, Bela2Go y GanGa son emprendimientos que buscan paliar la crisis provocada por la pandemia

Luz, cámara, Render

Las gradas del Sultana Café-Arte —ubicado en la zona de Sopocachi, en La Paz— reciben a tres visitantes nuevos. Cada uno lleva maletas grandes y pesadas e ingresan al local para una jornada de producción audiovisual.

En un mundo de imágenes y videos, a través de computadoras y teléfonos celulares, los negocios necesitan publicitarse a través de producciones audiovisuales como las que ofrece Render, Productora Audiovisual y Agencia Digital.

Las maletas contienen todo el equipo que Jorge Clavijo, Marco Jáuregui y Vito Barrionuevo emplearán para hacer fotos y videos de promoción de este café. Para conseguir buenos resultados, primero llegó un grupo de avanzada para coordinar los detalles de las grabaciones con Nayra Benavides del Carpio y Erick Aguirre —propietarios de Sultana—, desde la locación hasta los requerimientos del cliente.

“Hoy todos consumen videos y fotografías, y es la mejor manera en que cualquier negocio, empresa o emprendimiento llegue al cliente final”, dice Clavijo, quien, como Jáuregui y Barrionuevo, trabajó por varios años en una empresa televisiva.

En 2020 la crisis económica llegó como consecuencia de la pandemia del COVID-19. Las empresas tuvieron que hacer ajustes como bajar sueldos, aumentar la carga laboral o el despido directo. Una cantidad significativa de personas se quedó, de un día para otro, sin empleo.

Entre ellos estaban Clavijo, Jáuregui y Barrionuevo, quienes decidieron caminar por la aventura del trabajo independiente. La noche del 15 de abril de 2021, en un costado de la plaza San Martín —en Miraflores—, cinco excompañeros de trabajo —Barrionuevo, Jáuregui y Clavijo, además de Eddy Peñaloza y Ricardo Pereira— fundaron Render (“retratar”, en inglés), que, desde el punto de vista comunicacional, muestra una imagen digital que se representa a partir de un modelo o escenario 3D hecho en computadora.

Los profesionales notaron que micro y medianos empresarios requieren publicar sus productos a través de las redes sociales. “Si bien ha sido un poco difícil empezar, hemos tenido aceptación porque nuestro trabajo ofrece más”, asegura.

Con dos cámaras réflex, estabilizadores de imagen, reflectores, micrófonos y un Osmo Pocket, se convirtió el salón superior de Sultana en un estudio de filmación.

Después de una última charla de coordinación con Nayra y Erick, Jorge coordina los contenidos y emplea una cámara Nikon para hacer las imágenes y videos. Vito, por su parte, ubica los reflectores, de tal manera que la iluminación sea perfecta.

Marco se encarga de las imágenes, ya sea con su filmadora o su Osmo Pocket, un equipo que, a pesar de ser pequeño, toma imágenes con muy buena resolución y además tiene estabilizador de imagen. Los resultados se verán en los videos.

En la cocina de Sultana, Marco, Vito y Jorge se concentran. El espacio se ha convertido en un laboratorio de imágenes, donde las manos de la chef y la comida son los personajes principales. Luego, el equipo va a los ambientes de exposiciones y presentaciones culturales, donde los cuadros, las luces y sombras forman parte importante del trabajo de Render.

“Muchas veces, una sola persona se ofrece a hacer todo el trabajo, se convierte en videógrafo, fotógrafo, editor y postproductor. Quien quiere hacer todo, al final no hace nada”, sentencia Jorge para mostrar las ventajas de tener una productora audiovisual, con los equipos y la experiencia para hacer un trabajo profesional.

El momento se vuelve mágico. Por un momento, el arte de las imágenes se funde con los aromas, los colores y sabores de las propuestas del menú de Sultana Café-Arte, que, después del trabajo de postproducción de Render, obtendrá piezas de gran calidad: un video y fotografías.

Las profesionales afiliadas a Bela2Go ofrecen su servicio a domicilio con normas de bioseguridad

El click de Bela2Go

El tiempo, el mejor regalo que cualquiera puede recibir. Poder destinarlo a cosas que realmente importan fue la preocupación que llevó a Nacira García a crear Bela2go en Santa Cruz: una aplicación para vincular a diferentes profesionales y servicios de belleza con sus cliente para atenderlos en su casa, así no tienen que ir a ningún salón y menos esperar su turno.

“La pandemia por coronavirus ha ocasionado que el sector de servicios de belleza se ajuste a esta nueva normalidad, teniendo que invertir en instalaciones que cumplan los protocolos de bioseguridad. Esta situación no ha sido sostenible para todos los profesionales porque deben cubrir costos fijos para mantener un salón, como alquileres, servicios básicos, salarios y otros”, explica la CEO de esta iniciativa.

Bela2Go no es una peluquería que atiende a domicilio, sino mucho más: es una aplicación que distribuye servicios de belleza —peluquería, maquillaje, manicura, pedicura, masajes, barbería y otros — de diferentes salones y profesionales que realizan el servicio, con todos los protocolos de seguridad, en el hogar del cliente. “Queríamos que sea inclusivo, pero con calidad. Y que se ajuste a las medidas de bioseguridad. Esto permite a salones y profesionales una forma de generar ingresos adicionales, además de ahorrarles costos fijos para que puedan continuar con su trabajo”, agrega García.

El mecanismo es sencillo: la aplicación señala la ubicación de la persona que requiere algún servicio y mediante la georreferenciación puede saber a qué distancia están los salones. Se pide el servicio en la fecha y el horario que se desee, de acuerdo a la disponibilidad del salón, así como el salón, consultando los precios y paquetes especiales. El pago se puede realizar en efectivo, por transferencia o mediante QR. La aplicación Bela2Go está disponible para iOS y Android.

Maquillistas o estilistas deben ser de confianza, pues trabajan con la imagen personal. ¿Quién garantiza la calidad de los profesionales de belleza? “La empresa tiene convenios con las escuelas de belleza Mary Lizzie y Verito Yepez, las cuales, a través de una evaluación, brinda una certificación del trabajo que realizan”, expone García.

Esto significa una gran oportunidad también para las profesionales de belleza, que en su mayoría son mujeres, para llegar a más personas. “Los profesionales o salones se pueden registrar señalando sus datos, fotos de sus servicios realizados y los horarios que están disponibles, lo que les permite ajustar sus tiempos”.

La aplicación ha hecho más llevaderas las obligaciones de la vida moderna de muchas personas: mamás que no pueden dejar a sus hijos solos en casa para cortarse el pelo, personas enfermas o de la tercera edad imposibilitadas de salir de casa y necesitan cortes de cabello o cuidado de sus pies —como en el caso de pacientes con diabetes—, mujeres que requieren que se las maquille en casa para eventos en la noche o para presentaciones de trabajo temprano en la mañana… O gente que simplemente desea optimizar su tiempo. “Por el momento solo trabajamos en Santa Cruz, pero pronto haremos el lanzamiento en nuevos mercados nacionales para llegar a mediano plazo a incursionar a mercados internacionales. E integraremos todo el rubro de la belleza”, apuesta con entusiasmo Nacira.

A través de la app Bela2Go se puede acceder a servicios de diferentes salones y profesionales.

GanGa: de vuelta al restaurante

El sector gastronómico ha sido uno de los más golpeados por la pandemia y está costando recuperar a los comensales en los restaurantes. Por ello, la aplicación boliviana Dinki ha lanzado una nueva sección denominada GanGa, que ofrece promociones para incentivar a que la gente vuelva a salir a comer.

Samuel Sejas, CEO de Dinki, explica que GanGa está basada en un sistema Ganar- Ganar. “Funciona optimizando los horarios en los que los negocios suelen tener menor afluencia de clientes, aumentando el tráfico de mesas a través de descuentos dinámicos, logrando así maximizar las ventas en horarios de baja demanda y atrayendo nuevamente a los clientes a comer en los restaurantes”.

Para esto, el cliente descarga Dinki y a través de esta aplicación entra a GanGa, donde puede ver la oferta de restaurantes y descubrir cuáles son los descuentos que se ofrecen, escoger el horario y el día, hacer la reserva, disfrutar de la comida con descuentos de hasta el 50%. GanGa cobra a cada restaurante un importe mensual por formar parte de su red.

Con más de 200.000 descargas y miles de usuarios activos, GanGa by Dinki busca impulsar y maximizar la rentabilidad de los negocios de comida que tienen atención en el local, y es ideal para el cliente que busca una nueva oferta o un descuento. Así, no solo se incrementan las ventas presenciales, sino que también logra que los restaurantes afiliados ganen visibilidad y posicionamiento en el mercado. ¿Alguien se anima a ir a cenar?

FOTOS: MARCO FERNÁNDEZ, RENDER, BELA2GO Y GANGA BY DINKI

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Mosoj Huayna, de paseo con mamá

La embarcación más grande del país retorna con los recorridos turísticos por el lago Titicaca, justo para proponer un viaje con las madres

lago. El Buque Multipropósito Mosoj Huayna navega las aguas del Titicaca

Por Marco Fernández

/ 22 de mayo de 2022 / 23:25

Cuando la bocina del Mosoj Huayna hace el primer llamado a sus pasajeros, Guaqui y todo el entorno lacustre parecen llenarse de vitalidad, ya que, nuevamente, la embarcación más grande de Bolivia volverá a apostar por el turismo, para dar la posibilidad de que más bolivianos naveguen en el lago Titicaca. El Día de la Madre es la fecha que han elegido para este regreso.

Con botes hechos a base de totora, navegantes tiwanacotas e incas surcaron el lago navegable más alto del mundo para construir lo que ahora son atractivos arqueológicos en la Isla del Sol, la Isla de la Luna y Copacabana.

“El material lítico o piedras rocosas empleadas en esa construcción, las de mayor volumen, pesan más de una tonelada, las cuales, como coinciden muchos investigadores, fueron transportadas por vía lacustre”, explica el capitán de navío Antenor Agramont, uno de los oficiales que fueron parte del Buque Multipropósito Mosoj Huayna, la embarcación que fue construida por la Armada Boliviana.

Guaqui —municipio ubicado en la provincia Ingavi, del departamento de La Paz— fue antaño un puerto próspero, desde donde transportaban alimentos y minerales hacia el territorio peruano para su exportación a todo el mundo.

De aquella época dorada quedaron un cementerio de trenes, unos galpones amplios abandonados y un puerto que iba desapareciendo de a poco. Empero, desde hace unos años, autoridades y pobladores decidieron revitalizar el pueblo lacustre.

Por ello, gracias al trabajo de todos, el cementerio de trenes se convirtió en museo, los galpones fueron transformados en repositorio cultural e histórico de la región, y el puerto fue remozado con el apoyo de la Armada Boliviana.

En esa dirección, en la década de los años 90, los jefes navales proyectaron la construcción de una embarcación que sirviera para la instrucción de cadetes, sargentos y oficiales, cuenta el teniente de navío Cristhian Doria Medina, comandante del Mosoj Huayna.

A inicios del año 2000 formaron un equipo técnico para la construcción del Buque Escuela —la primera denominación que recibió la embarcación—, que fue especializado en SIMA de Perú, en los astilleros de la Armada argentina y en la Escuela Industrial Pedro Domingo Murillo, rememora Doria Medina.

“No teníamos muchos medios, pero sobraba la capacidad; eso lo hemos demostrado y esto es la prueba, este barco de acero naval”, recalca el suboficial mayor Anastacio Apaza, quien luego desciende hacia el cuarto de máquinas para verificar el estado de los dos motores Scania —de 600 caballos de fuerza cada uno— antes de que la embarcación zarpe en el Lago Sagrado.

Lo que antaño era un Guaqui inhóspito, ahora se muestra con bríos nuevos, más aún con la presencia del Buque Multipropósito Mosoj Huayna (del quechua “Musux Wayna”, que significa “joven nuevo”).

El tercer bocinazo de la embarcación es también el último llamado para que los pasajeros la aborden. Esta vez es un numeroso grupo de estudiantes de la Universidad Central, quienes son recibidos por Doria Medina en nombre de la Armada, quien los invita a rendir honores a la bandera boliviana antes de iniciar el viaje.

“El zarpe siempre es distinto, tanto por la intensidad del viento como por la corriente de agua, en especial en el Lago Mayor”, cuenta el alférez Ernesto Araníbar, quien es el encargado de manejar el timón del Mosoj Huayna.

Para ello —según explica— tiene el apoyo de un mapa, a través del cual se marca el rumbo, un GPS que indica que están yendo por buen rumbo y una derrota, es decir, el rumbo que seguirá la embarcación.

Estos elementos son muy importantes en el momento de la navegación, pues alguna vez, cuando se internaron en el lago durante la madrugada, la neblina densa impedía la observación desde la cabina, así es que apelaron a la ayuda del GPS, que puede impedir, entre otras cosas, que la embarcación se lleve por delante a botes pescadores.

Las 300 toneladas del Mosoj Huayna se mueven a través de un canal en Guaqui, donde hay que tener cuidado por las aguas bajas. Tras un par minutos, la embarcación se mueve ágil, a ocho nudos.

Cuanto más se ingresa al Lago Sagrado, el viento se hace más fuerte. Al mismo tiempo, pareciera ser más puro, ideal para apoyar en la baranda y contemplar el horizonte de azul intenso, que por momentos se enreda con el cielo.

“Es la primera vez que estoy en esta embarcación. Me ha llamado mucho la atención el viaje y estar junto a mi familia en un lugar tan importante”, comenta Nancy Bustillos, quien confiesa que siente el movimiento del barco, pero que tiene mareos, como algunos otros.

“Es un momento muy bonito poder compartir con mi mami, estar en un lugar tan lindo y ver este atardecer”, sostiene Giovanni Altuzarra, hijo de Nancy, quien disfruta, desde la proa, aquel panorama singular del lago que fue navegado por incas y tiwanacotas.

En la parte superior, los universitarios aprovechan el tiempo benigno para bailar y tomar fotos de la travesía lacustre, en tanto que los últimos rayos solares indican que el alférez Araníbar debe llevar al Mosoj Huayna a buen puerto, al rozagante puerto de Guaqui.

LA GRÁFICA

Tripulación. El Mosoj Huayna cuenta con el trabajo de los integrantes de la Unidad Operativa de Servicios de Navegación Turística (UOS Navtur). Foto: Miguel Carrasco

Gastronomía a bordo del Mosoj Huayna. Foto: Miguel Carrasco

Confortables camarotes. Foto: Miguel Carrasco

Lugares de esparcimiento. Foto: Miguel Carrasco

Foto: Miguel Carrasco

Una travesía especial por el Día de la Madre

Por el Día de la Madre, la Unidad Operativa de Servicios de Navegación Turística (UOS Navtur) ofrece un paquete especial de dos días (sábado 28 y domingo 29 de mayo), con zarpe en el Estrecho de Tiquina, primera llegada a la Isla del Sol para disfrutar de los restos arqueológicos y arribo a Copacabana, donde habrá una noche de divertimento con la agrupación PK-2 y La Secuencia. El día siguiente, la comitiva se dirigirá a la Isla de la Luna y en la tarde será el desembarco en el Estrecho de Tiquina, para el retorno a La Paz.

Para consultas y reservas, comunicarse a los teléfonos 71732835 y 73003210, o en el muro de Navtur en Facebook.

FOTOS: MIGUEL CARRASCO

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