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Shirley Franco: Obvio, vamos a segunda vuelta con el MAS

Sonriente, segura de sus palabras e insistente con sus premisas, Shirley Franco no tiene reparos en ir a la montaña en vez de que ésta vaya por ella. A pesar de su leve resfrío y su voz atónita, está dispuesta a hablar de su candidatura a la vicepresidencia del Estado Plurinacional por Bolivia Dice No.

No cree que el puesto que persigue sea una “quinta rueda del carro”, protesta por el carácter hegemónico del oficialismo y apuesta porque su organización política alcance la segunda vuelta en las elecciones del 20 de octubre.

¿Por encima de Comunidad Ciudadana (CC) de Carlos Mesa? “Obviamente, vamos a ir a segunda vuelta con el MAS”, expresa.

“Estamos convencidos de que en esta recta final vamos a lograr un cruce respecto de aquellos que están en segundo puesto en las encuestas. Estamos convencidos de que para ganar a Evo Morales en segunda vuelta se lo tiene que hacer con honestidad”, aclara la joven cochabambina.

Compañera de fórmula de Óscar Ortiz y amiga de Samuel Doria Medina, dice que no comparte la decisión del líder de Unidad Nacional (UN) de haber resignado su candidatura a la presidencia del Estado Plurinacional.

El frío arrecia en la redacción de La Razón y Franco no se amilana ante las preguntas en una conversación interesante.

—Al final, ¿dejó UN para postularse?

—No. Yo soy jefa de bancada de UD. Hemos conformado esta unidad en 2014, es la misma unidad que estamos preservando en 2019 y nos hemos mantenido en esa lógica. Creemos que en el 21F (referéndum del 21 de febrero de 2016) los bolivianos han pedido tres cosas: no al Evo, renovación y unidad.

—¿Por qué no se animó Samuel Doria Medina a ser candidato?

—Habría que preguntarle a Samuel.

—Usted ha sido su concejala y diputada de UN.

—Yo respeto la decisión que ha tomado, no la comparto. Me anoticié de su decisión de salirse de Bolivia Dice No por los medios de comunicación y muchos también notarán que los mejores elementos de UN nos encontramos respaldando la alianza Bolivia Dice No.

—Puede crear eso celos en Doria Medina.

—No sé. Nosotros nos debemos a una oferta electoral: la unidad. Es lo que tenemos que preservar.

—¿Cuál fue su reacción cuando Rodríguez renunció a la candidatura?

—Yo me admiré. Cuando uno escucha de una traición, con todas estas características, es algo que no sucede con frecuencia, y uno no esperaría eso de alguien fundador. Fue algo que me decepcionó, pero ya es un episodio cerrado.

—¿Qué hacía usted en ese momento? ¿Presumía que pudiera ser la sustituta?

—No, yo soy parte de la alianza Bolivia Dice No en Cochabamba. Tú recordarás que esos eran momentos previos a la presentación de las listas de candidatos a diputaciones y senadurías; estábamos en ese proceso de selección . Lo primero que decidimos hacer como alianza fue ver los mecanismos legales, cuáles podrían haber sido las complicaciones y continuar con el trabajo que desarrollábamos para presentar las listas.

—¿Imaginó ser la sustituta?

—No. Nunca fue algo que me lo haya planteado. Nunca puse en mi cabeza ser sustituta de nadie. En este caso, fue una decisión que tomamos en consenso. Yo entiendo que ellos (sus correligionarios) han depositado su confianza no solo en Shirley Franco, sino en el trabajo que desarrollamos miles de jóvenes y mujeres.

—La vicepresidencia tiene una importancia muy fuerte… Encontramos en sus antecedentes muchas ausencias a las sesiones de la Cámara de Diputados. Su colega Ximena Costa hizo un estudio: de 117 sesiones, usted solo asistió a 87; tiene 30 licencias. 74% de asistencia.

—Sí, todas las ausencias son debidamente justificadas con el presidente o la presidenta de la Asamblea Legislativa. Yo soy parlamentaria electa por Cochabamba y muchas de mis actuaciones están registradas en los medios de comunicación: he realizado reconocimientos a diferentes instituciones, foros debates, socialización de leyes. Si son actividades de carácter institucional, podemos acceder a este tipo de permisos.

—¿Con licencias? ¡30 licencias!

—Claro, cumpliendo mis labores de fiscalización; he participado de una serie de actividades dentro de la brigada parlamentaria de Cochabamba. En Cochabamba está mi fuerza, porque trabajo allí. Debe ser muy sencillo para algunos parlamentarios que viven en La Paz y se la pasan viajando; eso es injustificable. Lo correcto hubiera sido mostrar cuáles han sido los motivos por los cuales no hemos estado en la Asamblea.

—¿Cómo percibe el rol del vicepresidente o la vicepresidenta?

—Es un rol muy importante, de la conexión entre los órganos Legislativo y Ejecutivo. Estamos hablando de la máxima conducción política de la Asamblea Legislativa Plurinacional. Además, es aquella persona que debe establecer la agenda parlamentaria anual en el marco del ejercicio del gobierno.

Por tanto, siendo un sistema presidencialista, el vicepresidente cumple funciones muy importantes en el Órgano Legislativo.

—Solía decirse antes que el vicepresidente es la “quinta rueda del carro”.

—Solía decirse antes.

—¿No lo percibe así?

—En absoluto. Cumple esta función de ser un nexo entre dos órganos. Este nexo se constituye en un espacio de generación de gobernabilidad de una gestión gubernamental.

—En el programa de gobierno de Bolivia Dice No de 65 páginas hay unos porcentajes, pero no una cifra exacta. ¿Cómo hicieron el diagnóstico para su propuesta programática?

—Lo hicimos a través de 100 diálogos ciudadanos con diferentes sectores de la población y esa ha sido la raíz de nuestra propuesta de gobierno. Todos los datos los manejamos fuera del plan de gobierno, como una propuesta de cambio para los bolivianos. Queremos que ellos accedan a este documento y vean cuáles son las propuestas.

—Plantean la “federalización de las autonomías”. ¿Cómo se entiende eso en facilito?

—En facilito: queremos implementar el federalismo; es profundizar la descentralización, garantizar el ejercicio pleno de la autonomía en el país. Hoy tenemos un Estado descentralizado con autonomías, así lo explica la Constitución, pero lamentablemente las gobernaciones y las alcaldías, si bien tienen la capacidad de legislarse, no tienen la capacidad de administrarse.

La autonomía se ejerce plenamente en tanto y en cuanto se los puede dotar no solo de competencias, sino asignación presupuestaria, recursos.

—¿Y no existe ese mecanismo?

—Lamentablemente, no existe. Planteamos que en los primeros 100 días de nuestro gobierno vamos a discutir el pacto fiscal, que va a ser el nuevo consenso para redistribuir los recursos económicos de manera más democrática.

Actualmente, lo que existe es una concentración de poder y recursos económicos en un 85% en el nivel central del Estado y tan solo 15% entre nueve gobernaciones más de 337 municipios (340) municipios del país y las universidades del sistema público.

—¿En números ese porcentaje?

—No tengo ese dato.

—No es suficiente…

—No lo es. Los porcentajes ya lo explican. En términos sencillos, tenemos un presidente que está compitiendo en cuanto a competencias con las alcaldías, que está entregando unidades educativas y canchitas de fútbol en municipios. Deberían ser los municipios los que administren y prioricen los proyectos.

Quien está jugando ser el “alcalde mayor” es el Presidente, y eso no debería suceder. Los alcaldes y los gobernadores, que son finalmente entes del Estado que están más cerca de la gente, deberían decidir con base en las necesidades de la población.

¿Qué es más importante? ¿Una canchita de fútbol o una escuela? ¿Un centro de salud? ¿Una posta policial? Eso se tiene que decidir, por algo los ciudadanos elegimos a nuestros alcaldes; por algo en la Constitución se han distribuido estas competencias.

—¿Con ese argumento plantean la “recuperación de instituciones republicanas”?

—Planteamos devolverle y asignarle presupuesto a las gobernaciones y a las alcaldías.

—Está en la propuesta de Bolivia Dice No la recuperación de la institucionalidad republicana.

—Recuperar el “republicanismo” en el sentido de devolverle la institucionalidad que no tiene este país. Hoy no podemos decir que gozamos de una independencia de poderes del Estado y ese es el enfoque que tenemos: recuperar la democracia y la institucionalidad.

¿Cómo le devolvemos la institucionalidad a este país? Lamentablemente, la Asamblea Legislativa no se ha convertido en un escenario de discusión ni de deliberación entre los parlamentarios. Los dos tercios (de escaños) han sido un cheque en blanco que el MAS ha usado de manera abusiva; una confianza que la ha distorsionado, porque con esos dos tercios han designado a las autoridades del Órgano Ejecutivo, a los candidatos de las elecciones judiciales, al cargo en la Fiscalía General, en la Contraloría y con la máxima instancia a la que acudimos los bolivianos en busca de garantizar el ejercicio de nuestros derechos, como es la Defensoría del Pueblo.

—¿No es consecuencia de la debilidad de los partidos de oposición?

—No, en todo caso éste es un manejo abusivo. No existe un escenario de debate.

—¿Por qué tiene dos tercios el oficialismo?

—Por la manera de distribución de los escaños, cuando los bolivianos le dieron una oportunidad de confianza, y esa confianza ha sido defraudada; ha sido utilizada de manera abusiva porque (por ejemplo) le han arrebatado a los bolivianos la Defensoría del Pueblo, la Justicia y otras instituciones que debieran  constituirse en balances y contrapesos en una democracia que lamentablemente no tiene esos controles hoy.

—¿Cómo es posible revertir esa situación?

—Estableciendo procedimientos, leyes e instituciones que sean fuertes. ¿Cómo? En los momentos previos a las elecciones hemos planteado que el proceso de selección, si bien corresponde a la Asamblea la selección de candidatos, lo podamos derivar a una comisión independiente. Esa comisión puede estar conformada por el Colegio de Abogados, por el sistema público universitario, y que sea esa comisión independiente que realice la evaluación de méritos, de experiencia y de trayectoria de los postulantes a los altos cargos judiciales.

Después de esa calificación, que debiera ser vinculante, la Asamblea Legislativa homologaría ese proceso de calificación para designar a los postulantes. ¿Por qué proponemos eso? Porque si buscamos eliminar el voto popular, como dicen otras opciones políticas, eso pasa por una reforma constitucional y, por tanto, por un referéndum. Nosotros entendemos que podemos encontrar estos otros procedimientos que podrían encontrar algún tipo de salvedad para darle mayor independencia a la Justicia. Además, proponemos quitarle ese proceso de evaluación al Parlamento porque éste es un escenario altamente político, con intereses ideológicos y partidarios.

—Todo ese proceso requiere de una mayoría parlamentaria. ¿Está en condiciones Bolivia Dice No de conseguir algo sin medrar apoyo de otras fuerzas políticas?

—Vivimos en una democracia tan sui géneris, que lamentablemente se está entendiendo que llevar adelante consensos y pactos son una mala palabra, como si eso fuera a generarnos complejos. La democracia es justamente eso: la construcción de un pacto, de un consenso; el reconocimiento del disenso y de una minoría.

Hoy, lamentablemente, con un gobierno que ha cooptado la Asamblea Legislativa durante prácticamente una década, no se está comprendiendo y se está quitando (a esa institución) ese rol de deliberación. En caso de ser elegida vicepresidenta, lo que quiero generar es un escenario de discusión y construcción, donde de verdad sean las organizaciones políticas las que planteen sus posiciones y propuestas, y en que entre todos podamos construir mejores procedimientos para devolverle la institucionalidad a este país.

—Sigue siendo una mala palabra un pacto político, considerando, por ejemplo, que UN tenía un pacto con Demócratas. ¿Me puede decir qué parlamentarios apoyan a Ortiz y quiénes no?

—Estamos todas las personas que nos hemos mantenido en la misma línea de unidad, consecuentes con esa confianza del electorado que tuvimos en 2014 y la estamos ratificando en 2019.

—No todos.

—Continuamos trabajando. Habrá que preguntar a esas personas por qué no actuaron y no actúan en consecuencia a la confianza del voto ciudadano.

—Me refiero a que los pactos siempre se hacen en función de intereses.

—Es que los pactos no se hacen en función de intereses. La Asamblea Legislativa Plurinacional tiene que ser un escenario de discusión, donde no todos tengamos que estar necesariamente de acuerdo, donde tengamos que discutir, encontrar una solución y un punto intermedio, un equilibrio, para construir una Bolivia en la que todos nos sintamos incluidos.