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Áñez gobierna desde Palacio Quemado y vuelven la Biblia y la cruz a actos de posesión

Palacio Quemado volvió a recuperar el protagonismo que le quitó la denominada Casa Grande del Pueblo, desde donde gobernaba Evo Morales. Jeanine Áñez decidió gobernar desde el viejo Palacio, pero no solo eso, sino también devolvió la Biblia y la cruz a los actos de posesión, como se pudo evidenciar en el juramento del Alto Mando Militar.

Áñez, ni bien se declaró Presidenta de Bolivia la noche del martes en el Legislativo acudió hasta el histórico edificio que había sido dejado como museo. Entró acompañado por su gente de confianza y en uno de sus ambientes sostuvo sus primeras reuniones al mando del país, con el mando policial y el saliente Alto Mando de las Fuerzas Armadas.

No solo eso marca el inicio del Gobierno de Áñez, una beniana que tiene la misión de conducir el Estado a unas elecciones para elegir al nuevo Gobierno. En la posesión del Alto Mando Militar volvió a aparecer, como no ocurría en la gestión de Morales, que superó los 13 años, la Biblia, la cruz y dos velas.

La Casa Grande del Pueblo, desde donde gobernada Morales, es vista como un símbolo de lo que rechazan y cuestionan los que ahora están en el poder. En agosto de 2018, las actividades presidenciales y de varios ministerios empezaron a desarrollarse en el imponente edificio de 29 pisos y un presupuesto de 34 millones de dólares.

Morales veía a Palacio Quemado como un vestigio del colonialismo y un símbolo de los gobiernos neoliberales, del que quería distanciarse hasta en lo simbólico. Un pasado que ahora vuelve y tiene como símbolo, justamente aquel edificio que se remonta a 1845 y que fue testigo de gran parte de la historia, incluida sus convulsiones.

Durante las protestas lideradas por cívicos se decía, justamente que debe volver la Biblia a Palacio de Gobierno. Los cívicos Luis Fernando Camacho y Marco Pumari, quienes lideraron la movilización para la dimisión de Morales, llevaron y dejaron en el Hall de Palacio una Biblia y una carta de renuncia que redactaron para Morales.

Áñez estuvo con la Biblia en la mano en varios momentos desde que tomó el poder, como cuando salió a saludar a sus seguidores desde el balcón de Palacio Quemado, que hoy vuelve a recuperar su protagonismo.

Durante la gestión de Morales, las autoridades a ser posesionadas juraban ante la Constitución Política de Estado que declaró laico al Estado boliviano.