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La marcha de Senkata se dirige a La Paz; el Gobierno dice que su recorrido está garantizado

Al menos tres de los cuerpos de los fallecidos el martes durante el operativo policial-militar en la zona de Senkata, en el Distrito 8 de El Alto, se encuentran al frente de la marcha que partió la mañana de este jueves con destino a la ciudad de La Paz.

Una extensa fila de marchistas acompaña los ataúdes en los que se encuentran los fallecidos, que forman parte de los ocho que perdieron la vida ese día y que, según la Defensoría del Pueblo, recibieron impactos de armas de fuego.

Mujeres cubiertas con mantas negras y familiares de las víctimas lideran la movilización.

Sus dos consignas principales están marcadas ahora por el llanto y el dolor: Justicia para que se esclarezcan las muertes de los ocho alteños y la renuncia de la presidenta Jeanine Áñez, a quien responsabilizan de ese trágico fin.

Minutos antes de las 12.00 la movilización llegó a la estación de la Línea Morada del teleférico, donde otro numeroso grupo los esperaba.

A lo largo de la avenida 6 de Marzo había gente que portaba en manos estandartes con crespones negros, escolta el cortejo fúnebre. Otro tanto se concentraba en el cruce a Viacha, donde los asistentes a otra concentración con las mismas características arengaban consignas contra el Gobierno.

Desde otros puntos de la urbe también partieron otras marchas con dirección a la Ceja, donde se concentró otro grupo.

Mientras el gentío se dirigía a ese punto, el viceministro de Seguridad Ciudadana, Wilson Santamaría, anunció: “vamos a garantizar su recorrido por todas las arterias, confiamos en que no se genere vandalismo, entendemos la dura situación que se vive porque realmente es tenso lo que hay”.

Horas después de las refriegas del martes, el ministro de Defensa, Luis Fernando López, aseguró que de los uniformados militares, pertrechados ese día con sus armas de guerra bajo el amparo de un decreto presidencial, no salió un solo disparo en Senkata.

Denunció el “carácter de terrorismo de estado” de las movilizaciones y bloqueos que impulsan sectores alteños y campesinos en esa urbe y acusó a sus promotores de, “en estado inconveniente”, es decir ebrios, pretender “ingresar a la planta de Senkata con cachorros de dinamita y voltear paredes, quemar vehículos y robar garrafas de gas”.

Santamaría pidió “cordura” en las protestas, aunque cuestionó el financiamiento de la compra de explosivos, hospedaje y otros aprestos.

No obstante, reiteró que “vamos a asistir al diálogo para resolver el conflicto “donde ellos digan, cuando ellos digan, con quienes se dispongan para discutir inclusive con los pequeños sectores radicales que quieren impedir promover terror en la ciudad de El Alto”, señaló el Viceministro de Seguridad Ciudadana. (21/11/2019)