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Serrate viaja a Washington en pos de embajadores permanentes; observa resultados de la DEA

El embajador en Misión Especial en Estados Unidos, Walter Serrate, parte este viernes a Washington para activar una “misión de buena vecindad” con el fin de preparar la ruta para que la Casa Blanca y Palacio Quemado designen embajadores permanentes, ausentes desde 2008. Asimismo, observó los resultados de la DEA.

“Es parte de misión preparar el camino para un embajador permanente, hacer un acercamiento, construir puentes y los puentes se hacen a través de relaciones de buena vecindad, uno quiere que el buen vecino crezca”, señaló el diplomático designado por la administración de Jeanine Áñez en marco del nuevo escenario de la política exterior del país.

Bolivia y Estados Unidos mantienen relaciones bilaterales a nivel de Encargados de Negocios desde que el entonces presidente Evo Morales expulsara en 2008 al embajador Philip Goldberg por denuncias de injerencia en asuntos internos del país.

Serrate, declarado “admirador del pueblo norteamericano”, trazó en una entrevista con la red Unitel las metas de su misión, entre ellas encarar “gestiones efectivas” para “ir mejorando algo que se iba deteriorando”, aunque sin “intervención externa”.

Pero además reveló que conversó con la presidenta Áñez y la canciller Karen Longaric sobre un posible retorno de la Agencia para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) y, en ese marco, detalló que la primera etapa de su misión será “tratar de deslegitimizar la droga”.

“La primera etapa va a ser tratar de deslegitimizar la droga, la coca es un valor simbólico importante, pueden leer los discurso que hice en Naciones Unidas defendiendo la hoja de coca,  pero en el momento que entra la industrialización, la mafia, los carteles y los gobiernos se  someten a ese gran dominio, a ese gran narcoimperialismo, entonces viene una serie de consecuencias”.

Consideró urgente impulsar campañas sobre el flagelo de la droga “que hemos aceptado como si fuera parte del Estado y de nuestra cultura”, algo que, afirmó, no es así porque “nosotros somos grandes víctimas de la cocaína”.

Se trata primero de “empoderar a la sociedad” y luego dar paso a la acción de la fuerzas de control armado.

“Pitita por pitita (en alusión a la protesta de los cívicos) los podemos ir arrinconando (a los narcos) y si necesitan fuerzas del orden ahora tenemos una Policía que se ha ido mejorando y que tiene ahora una gran autoridad moral”, dijo, aunque admitió que “necesita equipos, información y medios tecnológicos”.

Así, consideró que el papel de la DEA, cuya salida del país se produjo en enero de 2009, no tuvo los resultados esperados.

“No creemos nosotros que la DEA por lo menos hubiera tenido una actuación con resultados que pueda demostrar, no es el enfoque correcto, más bien hay que fortalecer” a las fuerzas nacionales.

A su juicio, “cualquier agente externo que venga a ayudar, entre comillas, no necesariamente nos va a dar una solución sostenible porque los que vienen, vienen y se van. Nosotros necesitamos una solución permanente y sostenible”. (29/11/2019)