A través de un comunicado oficial, el Ministerio de Relaciones Exteriores expresó su “profunda molestia” por las acusaciones que el relator Especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Diego García-Sayán, hizo en contra del Gobierno boliviano en sentido de que ejerce “persecución política” contra militantes del MAS y que actúa con “falta de neutralidad” frente a los futuros comicios nacionales.

La Cancillería emitió dicho pronunciamiento bajo el título “A personajes como García-Sayán habría que preguntarles ¿dónde estuvieron durante los últimos 14 años que duró el gobierno del MAS?”; La reacción surge a raíz de la publicación de la columna de opinión que escribió el representante de la ONU en el periódico El País de España titulada “Bolivia: Tortuosa transición”. En ésta, García-Sayán dijo que dos asuntos despiertan preocupación: la postulación de Jeanine Áñez a la Presidencia, cuando era la llamada a “guardar neutralidad y distancia”, y la “sucesión de denuncias sobre atropellos a los derechos democráticos” a los exoficialistas.

El Ejecutivo de Bolivia respondió que “el señor García-Sayán se equivocó de gobierno. Dichas denuncias debió plantearlas durante la gestión de Evo Morales, un gobierno de profesionales de la política totalitaria que organizaron un sistema donde los jueces y los fiscales, elegidos por una asamblea nacional bajo su control, fueron el instrumento para silenciar, intimidar, perseguir y asesinar a los opositores políticos”. Y además cuestionó su moral: ¿Qué credenciales morales y qué autoridad tiene el señor García-Sayán para decirle a los bolivianos cómo conducirse frente a un dictador que cometió fraude electoral y amenazó a la población con cercar las ciudades y asfixiarlos o para juzgar a un pueblo que luchó por su libertad?

En la parte final del comunicado, el Gobierno boliviano refiere una frase del Director de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco y sostiene: “García-Sayán debe renunciar a su cargo de Relator por dignidad, pues acaba de destruir el poco prestigio que le quedaba. Al permitir que la ideología prevalezca sobre la decencia, la democracia y la libertad, García-Sayán se ha descalificado a sí mismo. Así lo afirmó el Director de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, cuando García-Sayán estaba en la Corte Interamericana, al señalar: “Es muy triste que la Corte de García-Sayán haya tirado por la borda la jurisprudencia construida con el sacrificio de muchos que se han arriesgado para limitar los abusos de las autoridades y de quienes manejan asuntos de interés público(…) La Corte ha privado a la región de una herramienta clave para luchar contra el abuso de poder y la corrupción, una batalla que seguimos perdiendo”. 

(08/02/2020)