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Bolivia es otro caso en el que la OEA no respondió como se debe

María Fernanda Espinosa fue presidenta de la Asamblea General de las Naciones Unidas y ahora apuesta a ser la primera Secretaria General de la Organización de Estados Americanos (OEA). Crítica a Luis Almagro, quien busca la reelección y pretendía, contra viento y marea, que la elección se realice este viernes en Washington, pese a la amenaza del coronavirus. Para Espinosa hay dos caminos: el statu quo y la profundización de la confrontación con Almagro, o la renovación, el diálogo y un mandato imparcial, a lo cual apunta ella. La ecuatoriana dio una entrevista exclusiva a La Razón.

— Puede ser la primera mujer que dirija la OEA, ¿cómo se dio su nominación?

— Fue una invitación de primeros ministros del Caribe, a la que se fueron sumando otros países. La acepté porque estoy convencida que la OEA precisa un cambio de rumbo y un nuevo liderazgo; aparte, me pareció un honor ser considerada por países del Caribe para representarlos, eso me hizo pensar que esto de la ciudadanía va mucho más allá de la nación de origen, que es una ciudadanía e identidad hemisférica; también porque pensé en las mujeres, ya que es la primera vez que hay una candidata mujer, puede haber una secretaria general después de 71 años de historia de la OEA, y creo que es tiempo de un homenaje a las mujeres; y por mis credenciales y experiencia, que me permiten haber dicho que se puede transformar esta organización.

— ¿Por qué la OEA precisa un giro de timón?

— Porque lamentablemente lo que hemos visto en estos años es una gerencia que deja mucho que desear. Hay una crisis financiera crónica, estilos de gobierno interno que requieren modernización. Desde el punto de vista político, hemos visto a un secretario general profundizando la polarización, las divisiones, exacerbando los conflictos, cuando su rol es lo opuesto. Se requiere una secretaria general que sea imparcial, que convoque al diálogo con su rol mediador, de impulsar la agenda por los Estados. Creo que es necesario un redireccionamiento total, una renovación de la agenda, y el propio rol de la secretaría debe estar enmarcado en lo que dice la Carta, que en su artículo 118 habla de no seguir instrucciones de ningún gobierno y no representar ningún interés personal, particular o de organizaciones políticas y sociales determinadas. Y eso hay que respetar.

Este viernes la entrevista completa en la edición impresa de La Razon…