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Comandante de la Policía: ‘Para unos, héroes; para otros, villanos’

Rodolfo Montero fue posesionado como Comandante de la Policía el 14 de noviembre del año pasado, a cuatro días de la renuncia del presidente Evo Morales y en reemplazo de Yuri Calderón. Respondió por escrito a un cuestionario de La Razón. En la entrevista habla del papel de la Policía en los conflictos de entonces y de los estigmas que arrastra la entidad, que este miércoles está de aniversario.

—La Policía cumple 194 años, ¿cómo está en lo institucional?

—Tengo el orgullo de pertenecer a una gloriosa institución, bastión y baluarte de la democracia, que ha demostrado a lo largo de su historia su fidelidad con los altos intereses de nuestra Patria y la sociedad en su conjunto. Hoy no es la excepción, estamos demostrando la vocación y valentía de valerosos hombres y mujeres, dispuestos a ofrendar sus vidas y trabajar por el bienestar integral de nuestros compatriotas y el engrandecimiento de nuestra Bolivia. Siempre estuvimos y estaremos al lado de nuestra gente, puesto que en las grandes reivindicaciones históricas de nuestro país, la Policía fue un actor fundamental para alcanzar las aspiraciones nobles de un pueblo que quiere mejores días para sus hijos. Las actuales circunstancias, por ahora, no nos permiten festejar, sino más bien trabajar redoblando nuestras capacidades operativas, preventivas y de control, para preservar y proteger la salud y la vida de nuestros compatriotas, frente a la mortal amenaza de esta pandemia agresiva.

—Usted es el primer comandante en esta nueva etapa, se podría decir; ¿cómo está pensando o perfilando al policía y a la Policía?

—Estoy consciente de que el país requiere de instituciones fuertes y está claro que nuestra Policía, para responder con mayor efectividad a las necesidades del Estado y las demandas de la sociedad, debe fortalecerse de manera integral y multidimensional, buscando la confianza de nuestra sociedad, a través de un servicio policial mucho más efectivo, amable, transparente, innovador, humano y de cercanía al ciudadano, porque solo así podremos dignificar y cualificar la labor policial. Es mi máxima aspiración ver a mi camarada policía respetado por su labor, con medios adecuados para su servicio, con infraestructura apropiada, tecnología de punta, capacitación académica actualizada y logística, pero fundamentalmente con calidad de vida para sus familias, con acceso a servicios de salud, vivienda y una justa remuneración para un verdadero proceso de modernización y transformación institucional.

—¿Lo ocurrido en octubre y noviembre pasado, cómo afectó a la Policía?

—Sin lugar a dudas que los acontecimientos de octubre y noviembre fueron fatídicos, momentos duros en los que la Policía Boliviana, junto a las Fuerzas Armadas, actuaron racional y tácticamente en el marco de las atribuciones y las responsabilidades institucionales. Solo Dios sabe lo que pudo haber acontecido en nuestro país; sin nuestra actuación decidida y firme por preservar el orden y resguardar la vida de los bolivianos habría tomado otro rumbo. Lamentablemente por la naturaleza de nuestra labor, tenemos que lidiar en una delgada línea que se divide entre el bien y el mal, lo legal y lo ilegal, el agresor y el agredido, la violencia y el diálogo, lo que genera un comprensible desgaste institucional, puesto que, mientras para unos somos héroes, para otros somos villanos, cuando nuestra labor está simplemente abocada a establecer el orden y la convivencia pacífica, en el marco de lo que establece la normativa y la Ley. Estoy convencido de que frente al actual contexto de extrema complejidad política, social, económica y de salud, en la que estamos viviendo, definitivamente el camino es la racionalidad, el equilibrio y la responsabilidad, para generar escenarios de diálogo y concertación con el único propósito de que no sea otro que el velar por los intereses sagrados de la Patria y la sociedad. No quisiéramos volver a vernos enfrentados entre bolivianos, somos hermanos y lo correcto es que juntos luchemos por la grandeza y el bienestar de su gente.

—Pasaron ocho meses de esos sucesos, ¿cómo ve la relación de los uniformados con la población?

—Con optimismo, con grandeza y esperanza, ya que pese a los estigmas despectivos e históricos, con los que algunos malos ciudadanos nos refieren, como “jachus”, “pacos” y últimamente “motines”, nosotros seguiremos cumpliendo nuestra misión, sin discriminación ni privilegios para nadie. Eso sí, podemos contener, podemos aguantar, podemos entender; sin embargo cuando transgreden y vulneran la ley, saben lo que les espera.

—Había reclamos por la incorporación de la wiphala en los uniformes, ¿ahora se la retiró?

—Nunca hemos retirado la wiphala de nuestros uniformes, el artículo 7 de nuestro Reglamento de Uniformes de la Policía Boliviana establece la insignia institucional de identificación a nivel nacional e internacional, compuesta por la tricolor boliviana y la wiphala.

—A la Policía se le retiró Identificaciones-Licencias, ¿esperan retomar Identificaciones en esta nueva etapa?

—Las autoridades, en el marco de sus competencias establecidas por ley y bajo sus atribuciones, tienen la potestad de definir y decidir lineamientos estratégicos que mejoren el funcionamiento, organización y estructura de las instituciones bajo su tuición, previo análisis y evaluación. Nosotros no estamos en pugna por abarcar la administración o control de ninguna repartición pública, sin embargo en este caso —por la sensibilidad de la información en la emisión de cédulas de identidad y licencias de conducir, pero fundamentalmente porque en los últimos meses se ha visto la alteración y falsificación de estos documentos— es pertinente evaluar y reforzar los sistemas de seguridad que llevan, puesto que ante esta debilidad los delincuentes aprovechan para delinquir con identidades falsas. No sería nuevo para nosotros tener esta responsabilidad, puesto que contamos con el personal calificado y competente, si así lo decidieran en las instancias pertinentes.

—Se les asignó nuevamente la protección presidencial con el mandato de guardar “secreto”, ¿qué opinión tiene?

—Lo de secreto, creo que debe entenderse como confidencial y es algo lógico y necesario. Tratándose de autoridades de alta investidura y con mucha responsabilidad bajo sus espaldas, y por el manejo de información sensible o reservada, es natural que se demande mucha cautela.

Perfil

Nombre: Rodolfo Montero

Cargo: Comandante de la Policía Boliviana

General desde enero

Asumió el mando de la institución del orden en noviembre del año pasado, cuando tenía el grado de coronel. El Senado aprobó los ascensos en la Policía en enero y lo ascendió al grado de general. A lo largo de su carrera cumplió diferentes destinos en funciones operativas y administrativas.