En su aniversario, Añez destaca el rol de las FFAA en noviembre de 2019 y en la pandemia
La Mandataria afirma que en noviembre, uno de los más conflictivos en el cambio de gobierno de 2019, la institución castrense defendió la democracia.
En el 195 aniversario de las Fuerzas Armadas (FFAA), la presidenta del gobierno transitorio, Jeanine Añez, destacó el rol que jugó la institución en noviembre de 2019 y por la “defensa de la salud” en los meses de la presencia del COVID-19 en el país.
“Quiero rendir un homenaje histórico a las Fuerzas Armadas de nuestros días, las Fuerzas Armadas que han salido a la calle con dos misiones, la misión de defender la democracia en noviembre del 2019, y la misión de defender la salud del pueblo boliviano en los últimos meses”; le rindo mi homenaje y le expreso mi agradecimiento”, afirmó este viernes en el acto, en el Círculo de Oficiales del Ejército, en la zona Sur de La Paz.
Noviembre de 2019 fue el mes más conflictivo en el cambio de gobierno, con la renuncia del presidente Evo Morales (10 de noviembre, tras la sugerencia de las FFAA para que tome esa decisión) y la posesión de Añez (12 de noviembre).
Entre el 15 de y 19 de noviembre, en lo que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) llamó “masacres”, la represión militar-policial en Sacaba (Cochabamba) y Senkata (El Alto) registró al menos 22 muertos y más de 200 civiles heridos.
En esa oportunidad, el ministro de Gobierno, Arturo Murillo, aseveró que los fallecidos fueron victimados por los propios marchistas y bloqueadores, deslindando cualquier responsabilidad de los uniformados. El Ejecutivo negó el uso de armamento letal en los operativos.
En el Informe preliminar sobre la situación de derechos humanos en Bolivia, emitido el 11 de diciembre de 2019 por la CIDH, este organismo condenó “de manera enfática las masacres de Sacaba y de Senkata, en las que se habría incurrido en graves violaciones de los derechos humanos. En criterio de la Comisión, estos hechos pueden caracterizarse como masacres dado el número de personas que perdieron la vida en un mismo modo, tiempo y lugar, y a que se cometieron en contra de un grupo específico de personas”.
Este informe preliminar fue rechazado por el Gobierno, que lo calificó de unilateral y sesgado. En ese entonces, el ministro Murillo dijo: “Recibimos con mucho dolor el informe de la CIDH, porque lo ha hecho unilateralmente. Nos parece un informe totalmente sesgado, que no refleja la realidad. Un informe que está favoreciendo solamente al narcoterrorismo; no está favoreciendo al pueblo de Bolivia».
El lunes 27 de julio, la Clínica Internacional de Derechos Humanos (IHRC, por sus siglas en inglés) de la Facultad de Derecho de la Universidad de Harvard y la Red Universitaria por los Derechos Humanos (UNHR) publicaron el informe “Nos dispararon como animales” Noviembre Negro y el Gobierno Interino de Bolivia.
Un reporte que “documenta uno de los periodos más letales y represivos de las últimas décadas en Bolivia, así como el miedo creciente de comunidades indígenas y personas críticas del gobierno de que sus vidas y su seguridad están en peligro”, remarca un comunicado de prensa de la Clínica Internacional.
Uno de los investigadores del informe de la Universidad de Harvard, el abogado estadounidense Thomas Becker, en una entrevista con radio Éxito el miércoles, señaló que si bien octubre de 2003 es considerado, incluso por estadísticas, el mes más violento y trágico de la historia democrática del país, noviembre de 2019 ocupa el segundo lugar.
El informe de Harvard también fue rechazado por el Gobierno. Esta vez fue el Ministerio de Justicia, que mediante un comunicado calificó a dicho reporte de “tendencioso”, “poco serio”, que carece de imparcialidad y objetividad y que adolece de “varios errores”.
Tanto la CIDH como la Clínica demandan del Gobierno interino una urgente investigación independiente de los hechos de noviembre de 2019, especialmente.
La CIDH cuestionó en su momento el decreto 4078, del 14 de noviembre de 2019, que en su artículo 3 establecía que “el personal de las FFAA que participe en los operativos para el restablecimiento del orden interno y estabilidad pública estará exento de responsabilidad penal cuando en cumplimiento de sus funciones constitucionales actúen en legítima defensa o estado de necesidad y proporcionalidad”.
En su informe preliminar de diciembre remarcó: “La CIDH recuerda al Estado que, bajo los estándares interamericanos de derechos humanos, el Decreto 4.078 es jurídicamente inoponible en virtud de su invalidez, por lo cual los actos de violencia que se hayan cometido durante los días en que estuvo vigente no pueden quedar amparados por ningún tipo de amnistía o exención de responsabilidad para los agentes del Estado”.
El polémico decreto fue derogado el 28 de noviembre, cuando la presidenta Añez dijo que el país había “logrado la ansiada pacificación”.
Una vez que Añez asumió el cargo, según registra la Gaceta Oficial, su primer decreto presidencial, el 4076, del miércoles 13 de noviembre de 2019, fue para designar el nuevo alto mando de las Fuerzas Armadas (del Comandante en Jefe de las FFAA, del Jefe de Estado Mayor, y de los comandantes del Ejército, de la Fuerza Aérea y de la Armada); solo en un segundo decreto designó a su gabinete.
También fue significativo que quien le impusiera la banda presidencial por sucesión fuera un militar. “No es posible entender a nuestro país y a la sociedad boliviana sin nuestras Fuerzas Armadas”, dijo este viernes en su homenaje la Mandataria.
En lo relativo al papel jugado por las Fuerzas Armadas en la contención de la pandemia, hay que recordar que los uniformados, junto con la Policía, fueron quienes realizaron el control diario en diferentes lugares del país para hacer cumplir la cuarentena rígida dispuesta por el Gobierno.
Hasta el jueve, según información oficial del Ministerio de Defensa, 1.261 uniformados de esa institución se infectaron de COVID-19 y 24 perdieron la vida por esta causa.
(07/08/2020)