Mientras Comunidad Ciudadana (CC) identifica a “la calle” como el “lugar de lucha política más determinante” en rechazo a la reformulación de los dos tercios en el Legislativo, el Movimiento Al Socialismo (MAS) califica a las movilizaciones de “prácticas poco democráticas” y observa que iniciaron antes de la modificación al reglamento de la Cámara Senadores y de Diputados.
La exsenadora del MAS Adriana Salvatierra y el excandidato a la vicepresidencia por CC Gustavo Pedraza expusieron este martes su postura frente a la polarización que continúa vigente en el país, tras las elecciones del 18 de octubre. El escenario del encuentro fue el programa Piedra, Papel y Tinta, de La Razón y Extra, donde también participaron los columnistas Fernando Molina y Lourdes Montero.
“Nosotros somos una representación, la más importante representación de la oposición democrática y tenemos el derecho de hacerlo, de luchar en las calles también, porque si nos quedamos en el campo institucional nos van a prácticamente maniatar”, afirmó Pedraza en relación a las movilizaciones que se van gestando en rechazo al resultado de las elecciones, con mayor fuerza en Santa Cruz.
Señaló que “lastimosamente no se están haciendo esfuerzos” por cerrar las brechas que tiene el país en el ámbito político y aseguró que la modificación de los dos tercios en la Asamblea ha “disparado mayor protesta, y con legítima razón”, ya que esa determinación —a su criterio— significa “restringirle el derecho a la oposición democrática a la fiscalización”.
Aclaró que “en ningún momento” CC puso en duda los resultados de las elecciones del 18 de octubre y, en el marco de su “vocación democrática”, reconocieron la victoria de Arce. Sin embargo, dejó en claro que no se oponen a una auditoría al proceso electoral porque respetan el “derecho de las instituciones o de las personas que pueden interponer recursos jurídicos”.
“Este tipo de figuras están permitidas por la norma, entonces ¿quiénes son los que tienen que resolver estos temas?, cada una de las autoridades competentes, tanto el Tribunal Supremo Electoral como, en este caso, un juez o un tribunal donde se haya planteado un recurso de amparo constitucional”, acotó.
Sobre la decisión del excandidato a la presidencia Carlos Mesa de no asistir a la posesión de Luis Arce, indicó que ésta es una forma de protestar democráticamente a la “devaluación del voto” del 45% de ciudadanos que apoyaron a la otra opción política.
“Independiente de los dos tercios, la demanda de tocar las puertas de los cuarteles se dio antes de la modificación a los reglamentos”, refrendó a su turno Adriana Salvatierra.
Afirmó que esas protestas “contrastan lo nacional, popular, campesino, trabajador y el proyecto progresista con proyectos conservadores que se arraigan territorialmente en el departamento de Santa Cruz y algunas pequeñas células en otros departamentos”.
Alertó que, pese a la evaluación positiva de las misiones de observadores que llegaron al país para acompañar el proceso electoral, “hay una voz que solicita nuevamente un golpe de Estado, que acude a golpear las puertas de los cuarteles demandando intervención militar”.
“El Movimiento Al Socialismo, quien además en su composición en la Asamblea Legislativa, tiene absoluta legalidad y legitimidad para realizar las modificaciones que considere, independiente del criterio de oportunidad que se pueda tener entorno a las mismas”, acotó.
También indicó que la “oposición arraigada en el departamento de Santa Cruz” está “construyendo detrás un proyecto político conservador con muy serios y preocupantes matices poco democráticos”.
“Hoy, el cimiento de la movilización son grupos abiertamente conservadores que tratan de romper las reglas del juego democrático para consolidarse y poner en jaque al Gobierno nacional”, insistió; no obstante, reconoció que ahora el desafío del MAS es construir un proyecto político que represente “legítimamente las aspiraciones” de Santa Cruz.
A su turno, Lourdes Montero cuestionó la “señal” que dio la determinación de prescindir de los dos tercios, ya que en la Asamblea se deben buscar consensos. “No es una buena señal, es una señal torpe en este momento, pero yo creo que no justifica la no presencia del candidato en la posesión del Presidente”, afirmó.
Acotó que en este momento se requiere legitimidad en el sistema político, y tanto opositores como no opositores deberían tratar de construir un diálogo para recobrar la confianza en la ciudadanía.
De forma coincidente, Molina señaló que “los radicales no tenían ningún argumento válido para desconocer a Arce, y el MAS se lo dio”. Dijo que ahora hay una “confusión” que está arrastrando a otros sectores hacia una actitud que termina “socavando la legitimidad y la gobernabilidad” del presidente electo.
“La decisión de no aceptar las elecciones se debe a una emoción que yo he calificado de señorial, de parte de grupos radicales de extrema derecha que no desean un país en el cual la mayoría se pronuncie contra sus deseos y contra sus formas de actuación”, sostuvo.
(03/11/2020)