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David Choquehuanca: El militante del ‘vivir bien’ con la ‘revolución’ en las venas

David Choquehuanca Céspedes siempre se consideró un “revolucionario”, un militante del “vivir bien”, más allá del socialismo, del marxismo. Un líder campesino que vio el crecimiento sindical y político de Evo Morales. Se puede decir que fue uno de sus mentores. Hoy, el excanciller de 59 años es el nuevo vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia.

Nació el 7 de mayo de 1961 en la comunidad Cotacota Baja, del cantón Huarina de la provincia Omasuyos. Terminó sus estudios en el colegio General José Lanza, en 1980. Fue postulante a la carrera de Filosofía en el Instituto Normal Superior Simón Bolívar. Desde 1980 trabajó en el programa Nina, espacio de formación y capacitación para campesinos e indígenas. Fue su coordinador nacional.

Recuerda que en su niñez, criado por sus padres en medio de la agricultura y la crianza de conejos y de toros, le gustaba jugar con autos de barro, o al ajedrez y las damas con su progenitor, Nicolás Choquehuanca. Fue parte de la promoción de 1980, una de las “más rebeldes”, según él. Fue entonces cuando un profesor socialista de Filosofía lo “conflictuó”.

“Nos habló de metafísica, dialéctica y del problema fundamental del ser y el pensar”. Así, despertó su curiosidad por esa rama del conocimiento. El primer texto que leyó fue el de materialismo histórico de Martha Heidegger. “Y empezamos a cuestionar si Dios existe”, algo difícil porque sus papás eran bautistas. “En mi curso nos rebelamos, queríamos ser revolucionarios”.

Ello le costó varias expulsiones de su colegio, incluso sus profesores manejaron la opción de retirarlo definitivamente. Pero las dotes políticas de David le salvaron el pellejo. “Tenía muchos contactos en la dirigencia campesina. Así empecé mi carrera política”.

Al llegar a la ciudad de La Paz, intentó con mecanografía, estudió Filosofía, y en la Normal formó el movimiento Tendencia Revolucionaria de Estudiantes Normalistas. Y ganó una beca a Cuba, don por seis meses pasó cursos de Economía Política. Así, conoció a Morales, en 1984, en el primer encuentro de jóvenes aymaras en La Paz.

Con el proyecto Nina, se hizo conocer no solo en el país, sino en el ámbito internacional. Fue parte de los primeros destellos del Movimiento Al Socialismo-Instrumento por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP). “Con Víctor Hugo Cárdenas comenzamos a construir el instrumento político, que tuvo como primer nombre Movimiento de Mayorías Sociales, Plurinacionales y del Pueblo”.

Luego, afirma que fueron “traicionados” por Cárdenas, quien se pasó al Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR). “Pasó de ser katarista a ‘cataclista’. Es que fue un cataclismo para nosotros su salida. Incluso Evo se hizo dar ataque: fue operado por la bilis en su vesícula a los tres días del adiós de Cárdenas. Los partidos de izquieda igual nos traicionaron, eso nos llevó a conformar nuestro instrumento: el MAS”, rememora.

Fue asesor de Morales en todo el trayecto del líder cocalero, desde su formación como legislador hasta su paso a presidente. Nunca quiso figurar hasta que llegó la victoria electoral del MAS en 2004. “Él me ofreció muchas veces ser candidato y por no aceptar me peleé con mi familia. Yo le decía: ‘Mi cabeza acepta, pero mi corazón no’. Y Evo me decía: ‘Qué es eso’. Y le respondía: ‘Mi cabeza acepta porque está colonizada, pero mi corazón no está colonizado”. 

Pero eso hasta 2005, cuando fue designado canciller, ya que se buscaba un perfil indígena para asumir el cargo. Tiene como libro preferido a Los Tupamaros uruguayos, es un amante del pescado en el menú, está casado con Lidia Gutiérrez, le gustan Los Ángeles Negros y The Wall, de Pink Floyd, aparte de bailar, cantar y compartir. Así es David.