Paceño, 57 años, economista, casado con Lourdes Durán, padre de tres hijos (Camila Daniela, Rafael Ernesto y Luis Marcelo), amiguero, amante del baloncesto, arquero en sus tiempos estudiantiles… Es Luis Arce Catacora, el nuevo presidente de Bolivia, quien pasa de la gestión de la economía nacional por casi 12 años, en el mandato de Evo Morales (2005-2019), a la del país.

Su currículum muestra que fue un exitoso Ministro de Economía, artífice del llamado “milagro boliviano”, con números que colocaron a la nación en la lista de las mejores de la región por su desempeño económico. Fue elegido postulante del Movimiento Al Socialismo (MAS) en un congreso en el que también tenía posibilidades su ahora vicepresidente, David Choquehuanca, quien fue canciller del Estado.

Es un cuadro político imprescindible para Morales y su partido. Considerado un hombre de “clase media”, tuvo al principio reparos en su nominación, pero finalmente recibió la confianza de diferentes sectores sociales vinculados al MAS, sobre todo el aval de Morales. Nació el 28 de septiembre de 1963. Es economista de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), contador general, catedrático universitario y recaló en política cuando fue convocado por el MAS a trabajar su plan económico para los comicios de 2005.

Hijo de Olga Catacora y Carlos Arce Gonzales (+), la economía fue su fuerte desde colegio, en la escuela México en primaria y en el Instituto de Educación Bancaria, de donde salió bachiller. Sus inicios como funcionario público fueron en el Banco Central de Bolivia (BCB), allí construyó su carrera profesional durante 19 años ininterrumpidos, después de haber sido auxiliar de contabilidad de la industria de fiambres Stege.

Obtuvo un máster en Ciencias Económicas de la Universidad de Warwick de Inglaterra, en 1997, e incursionó en la arena política a invitación de Álvaro García Linera, un amigo que conoció durante sus tertulias sobre economía y política en la agrupación Los Duendes, junto a Carlos Villegas (+) y otros profesionales del área. Armó ese círculo en 1999, con exmilitantes del Partido Socialista 1 —su inspiración fue Marcelo Quiroga Santa Cruz, a quien iba a escuchar a la Pérez Velasco, cuando lo atendían “entre 15 y 20 personas”. Así, surgió el nexo con el MAS, con Morales.

Fue su ministro de Economía y Finanzas Públicas en dos ocasiones: la primera desde el 23 de enero de 2006 hasta el 24 de junio de 2017, y la segunda, desde el 23 de enero de 2019 hasta el 10 de noviembre de 2019, cuando Morales fue presionado para renunciar. En junio de 2017, el cáncer ocupó su tiempo y sus esfuerzos. Se alejó del cargo de ministro y se fue a Brasil, donde cumplió un tratamiento médico estricto, hasta que venció la enfermedad. Por ello, tuvo que dejar las delicias gastronómicas de su preferencia: el fricasé, el chairo, el saice tarijeño.

Aunque sus detractores señalan que su gestión fue acompañada por una bonanza económica, Arce es reconocido por su papel en la construcción de un “nuevo modelo económico”, que consistió en el aprovechamiento de los recursos naturales, la apropiación del excedente económico, la redistribución de los ingresos y la erradicación de la pobreza y las desigualdades: el modelo económico, social, comunitario y productivo, del cual lo consideran el padre.

“Claramente que sí (soy uno de los padres del modelo). Estoy orgulloso de resultados que son estudiados en universidad, en otros países”, dijo a La Razón en una entrevista de 2015. Es un aficionado a los libros sobre econometría y macroeconomía. Y se considera un autodidacta. “Muchas cosas las aprendí solo: a tocar la guitarra, el charango, la zampoña… Me gustaron las ideas de Marcelo, las contrasté con lo que se estaba dando. Así entendí qué significaba el socialismo, y lo diferencié del comunismo y otras corrientes”.

Su postulación suponía un guiño a las clases medias, aunque al inicio las bases sociales campesinas del MAS no estuvieron conformes. Eso quedo atrás. Esta vez, Arce vuelve al Palacio de Gobierno no como ministro, sino como presidente. En la campaña se mostró como el “salvador” de la crisis económica, ahora afronta ello como un “desafío intelectual”, no solo para él, sino para el partido que representa. Al final, es Superluchito.

(08/11/2020)