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Arce evoca el papel de las FFAA y la Policía en 2019 y se asegura su lealtad

Ya lo había adelantado en entrevista con La Razón el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo: Un motín policial “es algo que no puede volver a ocurrir en nuestro país”. Este lunes, el presidente Luis Arce tomó juramento a los mandos de las Fuerzas Armadas y de la Policía Boliviana con sendas reflexiones que sonaron a duras reprimendas.

Es que en ambos actos, uno en la mañana y el otro en la tarde, el mandatario recordó el papel de ambas instituciones en lo que llama “el golpe” de noviembre de 2019, cuando luego de cuestionadas acciones de parte de efectivos militares y policiales renunció el entonces presidente Evo Morales.

“No podemos tener más nunca policías que asuman acciones que vayan en contra de un gobierno democrático y legalmente constituido. Eso no debe volver a ocurrir nunca más y eso solo será posible mientras que nuestra Policía se rija bajo los principios constitucionales”, exhortó Arce.

El Presidente felicita al Alto Mando de la Policía Boliviana. Foto: Álvaro Valero

Aludió así el motín policial que estalló en el país el 8 de noviembre de 2019, dos días antes de la renuncia de Morales. En coincidencia con las protestas políticas y cívicas propiciadas por el entonces presidente del Comité pro Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, la mayoría de las unidades policiales del país se habían declarado en un motín contra el gobierno. El mismo Camacho había evocado antes la incorporación de los policías a las movilizaciones.

En su discurso de posesión, el nuevo comandante de la Policía Boliviana, coronel Jhonny Aguilera, prometió lealtad al mandatario. “La seguridad es la sensación razonada de paz, y es la sensación que usted tiene que tener con su Policía, señor Presidente”, dijo.

Luego, en un inusual acto, ordenó ponerse de pie a los jefes policiales salientes para arengar “¡subordinación y constancia!”.

Arce también reprendió a la Policía por la quema de la wiphala durante los conflictos de noviembre del año pasado y pidió a los elementos “estar siempre, pase lo que pase, al lado de su pueblo y del mandato popular expresado en las urnas”. “No podemos tener nunca más policías que quemen los símbolos patrios”, reclamó.

Horas antes, el mandatario posesionó al Alto Mando de las Fuerzas Armadas no sin antes aludir a su papel en la crisis de 2019 y demandar que deben estar “cohesionadas con el pueblo”. “Hoy tenemos el gran desafío de que el pueblo boliviano vuelva a confiar en las Fuerzas Armadas”, exigió Arce.

Luis Arce congratula a los nuevos jefes de las Fuerzas Armadas. Foto Álvaro Valero

“La seguridad y defensa son transversales a los fines esenciales del Estado, y su logro no sería posible sin una situación de paz y tranquilidad, condición imprescindible para el desarrollo de actividades económicas, políticas y sociales”, dijo el comandante de las Fuerzas Armadas, Jaime Zabala.

En la crisis de noviembre del año pasado, las Fuerzas Armadas jugaron un papel gravitante en la salida del poder de Morales. La tarde del domingo 10 de noviembre, el Alto Mando castrense, presidido por su entonces comandante Williams Kaliman, sugirió la renuncia del entonces presidente.

“Ante la escalada de conflicto que atraviesa el país, velando por la vida y la seguridad de la población, sugerimos al presidente del Estado que renuncie a su mandato presidencial permitiendo la pacificación y el mantenimiento de la estabilidad por el bien de nuestra Bolivia”, dijo Kaliman en rueda de prensa.

Una hora después, Morales renunció a sus funciones en las instalaciones del aeropuerto de Chimoré, en el Chapare, adonde había llegado junto con el entonces vicepresidente Álvaro García y la ministra Gabriela Montaño.

Williams Kaliman, quien pidió la renuncia de Evo Morales, impone la banda presidencial a Jeanine Áñez, el 14 de noviembre de 2019. Foto: Óscar Ortiz

La crisis política y social había degenerado del informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre las elecciones del 20 de octubre, en las que presuntamente halló graves irregularidades.

Dos días después se proclamó sucesora la entonces senadora de Unidad Demócrata (UD) Jeanine Áñez, a quien luego Kaliman le impuso la banda presidencial, fuera de protocolo, en una sala del Palacio Quemado.

(16/11/2020)