Elecciones subnacionales: La oposición se juega más y el MAS busca ratificar su arrastre
Dos analistas plantean que luego se debe debatir cambios a la ley electoral
¿Qué está en juego en los comicios de hoy? Dos analistas señalan que los opositores al MAS son los que se juegan más en esta reconfiguración del poder local, y el oficialismo tiene el reto de ratificar su arrastre electoral de 2020 y mejorar su votación de 2015.
Esta cita es histórica porque se podrá llenar hasta tres papeletas de sufragio y marcar hasta nueve casillas (en la provincia Gran Chaco de Tarija), y también porque se elegirá al mayor número de autoridades en el país, en total 4.962: son 583 en el plano departamental, 27 en el regional y 4.352 en el municipal, entre titulares y suplentes.
“Fundamentalmente está en juego el reposicionamiento político territorial que va a tener la oposición al Movimiento Al Socialismo (MAS), qué actores van a jugar y en qué espacios territoriales. Reconfiguración en cuanto a ver quiénes terminan hoy por ocupar algunas alcaldías y gobernaciones que son importantes”, remarca el politólogo Marcelo Arequipa.
RATIFICACIÓN
Si bien los comicios nacionales no son comparables con los subnacionales en cuanto a la votación, el MAS tiene la intención de que su predominio nacional expresado en las elecciones presidenciales del 18 de octubre de 2020, en las cuales Luis Arce ganó con 55,10%, se repita y pinte de azul la mayoría de las nueve gobernaciones y 339 municipios.
La mayoría absoluta conseguida por Arce —tras los comicios anulados de octubre de 2019 por denuncias de fraude ante la victoria del entonces presidente Evo Morales (MAS) —, se tradujo, por ejemplo, en victoria en 98 de las 112 provincias o en casi 300 de los municipios. Sin embargo, el punto débil del MAS sigue presente en la mayoría de las ciudades capitales.
En los comicios subnacionales de 2015, el oficialismo consiguió cinco de las nueve gobernaciones (Cochabamba, Oruro, Potosí, Chuquisaca y Pando), y la oposición se asentó en La Paz, Santa Cruz, Tarija y Beni. En los municipios capitales, más El Alto, el MAS solamente pudo vencer en Potosí y Sucre. Y ahora tiene el reto de mejorar los números de hace seis años.
“Esta elección está atada a la reciente elección nacional. En estos comicios pesan otros elementos que tienen que ver con el peso de los liderazgos de candidatos, los problemas de cada región y la capacidad de responder a esas necesidades. Lo que va a suceder es que la oposición va a tener muchas más ventajas que el MAS, sobre todo en las ciudades grandes y en algunas gobernaciones”, plantea la socióloga María Teresa Zegada.
Si bien el MAS prevé un buen horizonte apoyado en su “voto duro”, la pelota se encuentra más en la cancha de sus opositores, que ponen toda la carne al asador para sumar o al menos mantener sus “bastiones” contra el oficialismo. Y además se proyecta un cambio de protagonistas ante la emergencia de nuevos liderazgos y de organizaciones políticas.
O sea, se perfila el surgimiento de nuevos rostros opositores al MAS desde gobernaciones y municipios, lo cual también está signado por lo sucedido en los comicios nacionales del año pasado, que por ejemplo marcaron la irrupción del exdirigente cívico Luis Fernando Camacho, sobre todo en Santa Cruz con su sigla Creemos.
CICLO
Para Zegada, estas elecciones culminan todo un ciclo que desde 2016 sumergió a la población en un referéndum, comicios judiciales y dos elecciones nacionales. Al respecto, Arequipa postula que este ciclo es mucho más amplio y que empezó en 2014, cuando hubo una cita electoral nacional, más los comicios subnacionales de un año después.
Estas elecciones “se dan en un momento de pacificación política en Bolivia y para que las autoridades se dediquen a hacer gestión, a responder a las necesidades de la gente, porque desde 2016 hemos estado enfrascados en una serie de protestas, de confrontaciones. Todos estos procesos han estado llenos de conflictos político-electorales”, afirma Zegada.
Mientras que Arequipa opina que con el cierre de este ciclo de eventos electorales se abre un reto clave, que tiene que ver con la discusión y la aprobación de reformas a la Ley de Régimen Electoral y la Ley de Organizaciones Políticas. Por ejemplo, uno de los puntos álgidos en este proceso preelectoral fue el tema de la residencia permanente de dos años para los candidatos de una región.
Zegada va por el mismo camino. “El otro desafío es habernos dado cuenta de que nuestras leyes tienen muchos defectos, entonces es necesario hacer un gran acuerdo entre las fuerzas políticas para empezar un proceso de reforma política, incluso en aspectos de la propia Constitución y las leyes electorales. Pero para eso tenemos que esperar la voluntad de los políticos y la capacidad de trabajar juntos por un objetivo común”.
Con este marco, hoy, 7.131.075 ciudadanos del país están habilitados para emitir su voto, en medio de medidas de seguridad por la pandemia del COVID-19.
(07/03/2021)