El presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Salvador Romero, anunció este miércoles que presentará su renuncia al cargo que asumió en noviembre de 2019 para encaminar las elecciones tras la anulación de las justas de octubre que dieron como ganador a Evo Morales.
“Al presentar mañana a la renuncia a la presidencia y vocalía cierro una etapa personal y concluyo una fase institucional con un tribunal presto para encarar nuevos desafíos. Parto como llegué, hombre libre de ataduras, independiente de fuerzas políticas o intereses de grupo”, sostuvo.
En una conferencia de prensa, destacó que un acuerdo político en 2019 determinó “anular las elecciones de 2019 cuyo desenlace no aceptaron ni los competidores ni la comunidad internacional” y recordó que asumió el cargo en un momento de una “quebrada confianza de la ciudadanía” en el ente electoral.
Romero fue designado vocal por la expresidenta Jeanine Áñez en noviembre, junto a la elección del resto de los vocales en el Legislativo para llevar adelante las elecciones tras haberse anulado las justas de 2019 y renunciado Morales en medio de denuncias de fraude electoral, una protesta cívica, un motín policial y la “sugerencia” militar de dejar el cargo.
“Octubre y noviembre de 2019 mostró cuán indispensable es la elección limpia para el régimen democrático y cuán frágil resulta la coexistencia sin ella. Como país nos jugábamos la democracia y la paz, de ese tamaño era el desafío, sin duda el reto era colectivo y como país lo resolvimos con la férrea voluntad del Órgano Electoral en la primera línea”, destacó.
Romero estuvo al frente de las elecciones generales de 2020 que dieron la victoria a Luis Arce del MAS y de las subnacionales de marzo.
Junto a Romero fueron elegidos en la Asamblea Legislativa Plurinacional, en medio de un acuerdo político, Daniel Atauichi, Oscar Hassenteufel, Francisco Vargas, Nancy Gutiérrez, Angélica Ruiz Vaca Diez y Rosario Baptista Canedo.
Tras la dimisión de Morales, en noviembre de 2019, la Fiscalía de oficio abrió causa y detuvo a los entonces vocales nacionales y departamentales por la denuncia de fraude electoral. A más de un año de ese hecho, la Fiscalía archivó las denuncias contra los exvocales departamentales por falta de pruebas y no avance el proceso contra los exvocales nacionales.
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Romero recordó que la institución y el proceso electoral nacional “fueron golpeados con saña por doquier, amenazas, hostigamiento desde todo o casi desde todo los frentes políticos”, incluido sectores sociales y corporativos.
“He escucha acusaciones disparatadas, temerarias y tantas veces antagónicas como si no ser de un campo me convirtiera en miembro del otro campo, en vez de acumular rencor opte por no responder y olvidar en el acto el nombre de los detractores y las mil noticias falsas o el contenido de los anónimos mensajes que han circulado por redes sociales para concentrarme en la tarea que importaba (las elecciones)”, destacó.
La pandemia por el COVID-19 hizo aplazar por dos veces las elecciones que finalmente se realizaron en octubre de 2020.