Morales cuenta que luego de pedir su renuncia en 2019, Huarachi no quiso hablar con él
Evo Morales cuenta en su libro de memorias que la mañana del domingo 10 de noviembre de 2019 acordó con la COB movilizaciones “para recuperar el Palacio”.
En coincidencia con la “sugerencia” de renuncia planteada por las Fuerzas Armadas al presidente Evo Morales en 2019, el secretario ejecutivo de la Central Obrera Boliviana (COB), Juan Carlos Huarachi, también se sumó a la iniciativa.
Entonces, la declaración del líder de los trabajadores resultó una estocada clave. La decisión causó un quiebre entre el dirigente, que antes de esa petición era aliado del mandatario, y el expresidente.
Entonces, Huarachi declaró ante los periodistas: “Compañero presidente (Morales), le llamamos a la reflexión de que pueda asumir esta responsabilidad. Si hay la necesidad de renunciar, por pacificar al pueblo, lo hacemos, lo decimos desde la COB para pacificar al país”.
En su libro de memorias Volveremos y seremos millones, Morales recuerda ese pasaje de su salida del poder el 10 de noviembre de 2019. Expresa su desazón con la decisión de Huarachi y devela que la conferencia del dirigente era para avisar de la convocatoria de una movilización para “recuperar el Palacio”.
“La última reunión con la COB había sido la mañana del domingo, de desayuno, y quedamos así: que ellos iban a convocar que al día siguiente salgan en movilización para recuperar el Palacio”, recuerda Morales.
Para entonces, la movilización contra el gobierno de Morales había copado el centro de la ciudad de La Paz. Incluso Adriana Salvatierra, entonces presidenta de la Cámara de Senadores, recordó a La Razón que el sábado previo no se podía ingresar a la plaza Murillo, donde está asentado el Palacio de Gobierno y la Asamblea Legislativa.
Morales dice que le sorprendió la respuesta de Huarachi a un periodista: “Debe renunciar Evo”. Y dice “que venía bien la conferencia, como planificamos”, hasta que el dirigente pidió la renuncia del mandatario.
Estaba “coincidiendo con algunos dirigentes de la COB, con las Fuerzas Armadas, con la Policía y la derecha fascista, racista”, lamenta el expresidente en sus memorias.
Cuenta que luego intentó comunicarse con Huarachi. “No me contestó”, dice.
Entonces tuvo que hablar con otro dirigente, que no menciona, “pero no se quiso comunicar”.
“¿Cómo es esto de renuncia?”, digo, según cita.
“Entonces se quedó callado”. “¿Es decisión orgánica a institucional, su comité podía aprobar?”, dice que insistió.
“No dijo nada tampoco”, recuerda.
Incluso afirma que había sugerido a su interlocutor hacer una conferencia de prensa conjunta. “Claro, la decisión orgánica de comunicar, pues. Se calló ahí”, relata.
En otro pasaje del libro, Morales recuerda que incluso el entonces presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), Luis Barbery, lo respaldaba. “Había llamado a Adriana Salvatierra y le había dicho: ‘Tienen nuestro apoyo”.
“Y aquí, mira, la CEPB apoyándonos contra el golpe y la COB; ciertos liderazgos de la COB; contra nosotros. Entonces viene la renuncia”, rememora el exmandatario.
Morales y el vicepresidente Álvaro García renunciaron horas después, a las 16.50, en Chimoré, presionados por un paro sostenido desde el 21 de octubre, por las denuncias de presunto fraude en las elecciones del 20 de octubre, un motín policial y la “sugerencia” de renuncia de parte de las Fuerzas Armadas planteada por el entonces comandante de la institución castrense, Williams Kaliman, acompañado de su Alto Mando.
Huarachi es aún el secretario ejecutivo de la COB.