La expresidenta Jeanine Áñez, mediante un mensaje publicado por sus familiares en sus redes sociales, afirmó este martes que ya no quiere vivir porque sus hijos –que desde el inicio de su encarcelamiento están pendientes de ella– también necesitan hacer su vida.
“Ya no quiero vivir. Mis hijos necesitan hacer su vida. Ya no quiero más medicamentos que no sé cuáles son. Pido por favor a mis carceleros que me digan qué estoy tomando”, dijo Áñez.
Asimismo, sus familiares aseguran que Áñez sigue “muy débil” y que “cada 10 minutos ingresa alguien a su celda a espiar, a preguntar o no se sabe a qué”. Por tanto, “vive en alerta, angustia, sin descanso porque desconoce qué le van a hacer: Si sedarla, envenenarla o trasladarla sin rumbo conocido”, advirtieron.
Sin embargo, en varias oportunidades, Régimen Penitenciario negó que se esté vulnerando los derechos humanos de la exmandataria.
La madrugada del sábado, Áñez se provocó lesiones dentro de la cárcel de Miraflores, donde está recluida desde marzo pasado por el caso Golpe de Estado.
Según reveló su abogado Jorge Valda, en una entrevista con La Razón Radio, la exautoridad se causó lesiones con un clip o un alambre, no con un cuchillo.
“Sí, efectivamente, se ha realizado cortes de aproximadamente tres, cuatro o cinco centímetros de longitud, de dos milímetros de profundidad, en ambos antebrazos, en ambas muñecas. (Son heridas) con una herramienta punzante, ni siquiera cortopunzante; no ha sido con un cuchillo, ha sido con un clip, con un fierro (sic), con un alambre”, detalló el abogado.
Esta mañana fue trasladada al centro médico Unimed para un nuevo examen. Antes de su intento de suicidio, la expresidenta ya fue llevada en tres oportunidades a otros hospitales y tras uno de esos chequeos, Régimen Penitenciario informó que se ratificó que la privada de libertad “sufre de hipertensión arterial sistémica y síndrome ansioso depresivo”.