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Torres dice que es ‘mejor elección judicial’ que cuoteo político de jueces

El presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Ricardo Torres, dijo a La Razón Radio que la elección de autoridades judiciales por voto popular es mejor que el cuoteo partidario de magistrados típico en el pasado.

Consideró que, en el afán de plantear una reforma judicial en el país, muchos quieren arrastrar al Órgano Judicial a su lado.

—¿Es efectiva la elección de autoridades judiciales por voto popular? Han surgido cuestionamientos incluso de parte de quienes en su momento la han promovido.

—Yo sostengo que al momento es lo mejor que se tiene en comparación con las designaciones partidarias y políticas que regían antes de la elección de magistrados. Recordemos que los ministros de la Corte Suprema eran designados directamente por el Congreso de entonces, hoy la Asamblea Legislativa, y los titulares al día siguiente de la designación de los ministros decían: ‘Cuatro ministros responden al Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), otros cuatro a Acción Democrática Nacionalista (ADN) y otros tres al Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (MIR)’ y periféricamente algún otro partido que lograba entrar en el cuoteo político de la Corte Suprema, y la prensa del momento nos señalaba con nombre y apellido quiénes pertenecían a qué partido.

No conozco que en ese momento haya habido un líder político que se haya desgarrado las vestiduras porque cuatro eran del MNR, otros cuatro de ADN y otros dos o tres de algún partido periférico. Por lo tanto, hoy los magistrados del TSJ, del Tribunal Constitucional, del Agroambiental o el Consejo de la Magistratura han superado ese defecto histórico de origen, de génesis, bajo el cual nacían los operadores de justicia en los altos tribunales.

Hoy, quien les habla y quienes nos acompañan en los máximos tribunales venimos de la decisión del soberano, que mediante el voto nos dio legitimidad e hizo posible que accedamos a los altos cargos de los tribunales de justicia del país. Si esto no está funcionando, obviamente puede ser perfectible en cuanto a meritocracia y filtros para mejorar el perfil de los profesionales.

Pero yo creo que la elección que realiza el soberano frente a la designación pura, política y marcada por consignas políticas, es la mejor que tenemos en este momento. En gran parte de los tribunales de administración de justicia, hablo de los máximos tribunales, en este momento tenemos como magistrados gente de carrera, exvocales, expresidentes de tribunales departamentales, exrepresentantes del Consejo de la Magistratura. Por lo tanto, si se cataloga el sistema meritocrático, tenemos gente meritocrática, calificada, con trayectoria y experiencia que administra justicia.

Por lo tanto, si nos preguntan cuál ha sido nuestro trabajo efectivo en el TSJ podemos decir ‘cero mora y cero retardación de justicia’, lo que no ocurría supuestamente con los notables que administraron justicia en décadas pasadas, donde un recurso de casación en materia social se definía en tres o cuatro años; hoy se define en tres meses y no tenemos mora ni retardación de justicia en el TSJ, por lo menos en sus salas especializadas.

Tanto cualitativa como cuantitativamente estamos mejor en relación a la Corte Suprema de Justicia que administraba también justicia. Críticas pueden haber, reconocemos; representamos al conjunto de la administración de justicia y en esa medida muchas veces tenemos que asumir responsabilidades que no nos tocan por ser la máxima expresión de la justicia como TSJ.

—Considerando las recomendaciones del GIEI, que ha planteado la reparación de daños a las víctimas de la violación de derechos humanos y violencia de 2019, ¿es posible antes una reforma judicial?

—Disculpe, en el planteamiento de la pregunta hay algún equívoco. Me está hablando de la reparación del daño. Inicialmente, la reparación de daños para las víctimas de noviembre y diciembre de 2019, de Senkata y Sacaba, y otros lugares donde lamentablemente hubo víctimas, daños irreversibles a las personas, incluso la muerte de algunos conciudadanos bolivianos.

La justicia boliviana reconoce que debe haber reparación de daños a las víctimas y eso, junto al proceso principal, de manera paralela también se puede iniciar. Por lo tanto, el Estado boliviano, mediante su Órgano Judicial y la administración de justicia, garantiza este tipo de reivindicaciones y procedimientos para que las víctimas puedan reclamar la reparación del daño y esto hago que se haga efectiva en favor de los hijos, las viudas o hermanas de quienes perdieron la vida.

Obviamente, la reforma judicial es a mediano y largo plazo; quien nos hable de lo contrario nos está mintiendo o está cayendo en un ámbito estrictamente demagógico. La construcción de una verdadera reforma judicial tiene que abarcar sus tiempos y tienen que ser agotados debidamente esos tiempos; lo peor que podemos hacer es contaminarlos con visiones estrictamente políticas y partidarias.

La reforma judicial tiene que ser construida naturalmente por quienes administramos justicia y no excluye a instituciones y actores políticos que con propuestas técnicas y jurídicas puedan incorporarse en esta construcción de la reforma judicial. Pero si nos arrastran estrictamente a   un escenario político partidario, en un país altamente polarizado, obviamente los buenos de la película querrán llevarnos con ellos y los malos, también, sin mencionar quiénes son malos o buenos. Pero nosotros no estamos en ese papel de jugar a ser malos o buenos; lo que queremos es contribuir y reconocer la necesidad de una reforma judicial, trabajar de manera coordinada con los actores que administran justicia, y las organizaciones sociales, civiles y académicas para construir una plataforma de verdadera reforma judicial, Y, finalmente, hacer que estos planteamientos sean recogidos por los actores políticos para que sean convertidos en normas y leyes, y reformas que debidamente deben ser tramitadas y aprobadas por la Asamblea Legislativa. Cada uno debe jugar su rol preponderante para conseguir este objetivo; de lo contrario, si confundimos roles, si los del escenario político van a venir a pretender administrar justicia y quienes administramos vamos a volcarnos al escenario político, prácticamente vamos a desnaturalizar algo que considero es la oportunidad para poder construir. Tenemos oportunidad histórica, tenemos oportunidad para diseñar el Órgano Judicial, y trabajemos por ese propósito.