Al menos 23 casos de tortura al interior de cárceles en el territorio boliviano han sido identificados por el Servicio para la Prevención de la Tortura (Sepret), entre mayo y octubre, según anunció su directora ejecutiva Nadesda Guevara. El último caso está relacionado con la muerte del interno de Chonchocoro Christopher Condori, quien falleció el 19 de octubre por golpes en la cabeza y el cuerpo.
“Desde mayo hemos identificado 23 casos de tortura y hemos denunciado ante las instancias correspondientes. Sobre la base de un informe que hemos realizado también hemos identificado varias irregularidades en los centros penitenciarios de Bolivia”, informó Guevara durante una entrevista con la red Unitel.
Según Guevara, se evidenció la existencia en el penal de Chonchocoro de un “Bus de la Tortura”, además de otros “espacios” que cumplen como sitios de castigo para los internos y “el bus era uno más de estos espacios”.
“Nosotros lo habíamos denunciado en junio de este año, y en este sentido lo habíamos hecho de manera permanente con informes, pero también habíamos solicitado ante las instituciones pertinentes como Régimen Penitenciario que puedan intervenir (…) nosotros nos hemos apersonado en 23 casos de tortura de mayo a la fecha ante el Ministerio Público”, informó.
De acuerdo con Guevara, la tortura solo puede ser aplicada por servidores públicos que la cometen en primera persona o son permisivos frente a esos sucesos. “Son los servidores públicos los únicos responsables de estos hechos”.
Entre los grupos vulnerables a sufrir torturas al interior de las cárceles están las personas con discapacidad, los adultos mayores, las trabajadoras sexuales, indígenas, y aquellas personas que tengan enfermedades crónicas.
“Tenemos 23 casos abiertos ante el Ministerio Público, uno de ellos es el último caso ocurrido en Chonchocoro”, explicó Guevara en alusión a la muerte de Condori, por el cual al menos cuatro policías fueron retirados de funciones, entre ellos el gobernador de Chonchocoro.
Condori cumplía una pena de tres años por robo agravado, y debía salir en libertad la pasada semana, sin embargo halló la muerte en una de las celdas de Chonchocoro. Su familia denunció que el interno estaba amenazado.