El alcalde de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, afirmó este lunes que no tiene una inclinación ideológica de izquierda ni de derecha y llamó a las autoridades nacionales, departamentales y municipales a trabajar por las regiones.
“Si hablamos de izquierda o derecha, las actitudes muestran cuál es tu posición (…). Trato de no ponerme en ninguna de las dos posiciones (que son) totalmente antagónicas y encontradas”, dijo el alcalde de Cochabamba en una entrevista con el programa Piedra Papel y Tinta de La Razón.
Recordó que en las elecciones subnacionales él ganó la Alcaldía de Cochabamba con más del 56% de la votación, así como Luis Arce logró la Presidencia con el 55,1% de respaldo de los votantes y aseguró que “ese porcentaje significa que hay que trabaja un poco más de lo normal”.
“Si hablamos de democracia es importante respetar esos porcentajes, no importa de qué partido sean (…). Yo siempre le digo al Gobierno: después de las elecciones pensaremos en el país, daremos la vuelta la página y pensaremos en Bolivia y trabajaremos (entre el) Gobierno nacional, gobiernos departamentales y gobiernos municipales”, explicó.
Destacó la coordinación de actividades con el gobernador de Cochabamba, Humberto Sánchez, del Movimiento Al Socialismo (MAS), de quien resaltó la predisposición para ayudar en actividades que requieren su participación.
“Aquí, el gobernador es del MAS, pero hay una interacción permanente, hay un trabajo conjunto y es una buena señal que (los ciudadanos) hayan votado cruzado”, resaltó.
Entre otros asuntos, consultado sobre el patrimonio económico de su hijo, también llamado Manfred y ahora presidente del Concejo Municipal de Cochabamba, aseguró que éste trabajaba en Boeing, vendía aviones a millonarios y “le ha ido muy bien”.
De pasado militar, Reyes Villa cuestionó que las Fuerzas Armadas sean “utilizadas” por distintos gobiernos. “Fue un orgullo estar en las Fuerzas Armadas, porque forjé la disciplina que me ayudó a dirigir la instituciones que estuvieron a mi cargo”, admitió.
Hace un mes, el alcalde estuvo a punto de perder su cargo debido a una orden de cumplimiento de sentencia, que data de 2013, sobre el llamado caso El Sillar, referido a la contratación irregular de consultorías mientras fue prefecto de Cochabamba entre 2006 y 2008. Un fallo constitucional postergó la acción judicial.