En un nuevo Día Nacional del Acullico, este 11 de enero, 20 empresas expondrán en La Paz las formas de industrialización de la hoja de coca.
«Como Viceminsterio de Coca, nosotros tenemos 20 empresas registradas que producen o industrializan hoja de coca», informó a través de sus redes sociales la encargada de Industrialización de la Coca, del Viceminsterio de Coca y Desarrollo de Integral, Brígida Tintaya.
El Viceministerio de la Coca es parte del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras.
Las referidas empresas expondrán su producción de harina de coca, dulce de coca, gaseosas, refrescos, energizantes, mates, ungüentos, entre otros, en instalaciones de la Casa Grande del Pueblo destacó Tintaya.
El Día Nacional del Acullico fue instituido por la Ley 286 del 11 de enero de 2016, en homenaje a que en esa fecha, en 2013, Bolivia se adhirió nuevamente a la «Convención Única de las Naciones Unidas sobre Estupefacientes de 1961, enmendada por el Protocolo de 1972» (su nombre oficial), pero con la reserva de permitir la masticación tradicional de hoja de coca en todo el territorio nacional.
Como se sabe, la hoja de coca sigue incluida en la primera lista de estupefacientes prohibidos. Tiene que pasar un largo proceso por el que se pueda retirarla de esa lista, para ver su mayor uso legal.
En entrevista con La Razón, en diciembre de 2021, el exrepresentante en Bolivia de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC) Thierry Rostan al respecto decía que los únicos que pueden retirar la hoja de coca de la lista prohibida son los mismos países miembros de Naciones Unidas.
De modo que se trata, también, de hacer un lobby internacional que el país debe hacer para generar el consenso de que la Hoja Sagrada es un bien en su estado natural.
En este sentido, los expertos hablan lo beneficioso que para la despenalización de la coca son los avances que hay en cuanto al uso reglamentado de la marihuana.
La reserva también permite que el cultivo de la hoja sea legal (algo que no ocurre ni en Perú ni en Colombia, los otros dos productores), en el marco del compromiso internacional del Estado boliviano de no dejar que dicho cultivo sobrepase las 22.000 hectáreas.
Hay que recordar, además, que la protección de la hoja de coca está constitucionalizada, como «patrimonio cultural, recurso natural renovable de la biodiversidad de Bolivia, y cómo factor de cohesión social; en su estado natural no es estupefaciente».
La Ley 286 dispone que cada 11 de enero el Estado promueva actividades de reivindicación del uso tradicional de hoja de coca.