Ocho de cada 10 mujeres han sufrido acoso y violencia política
Un informe sobre paridad política, que será presentado el miércoles 19, analiza y actualiza datos necesarios para la reflexión y debate.
Una protesta de mujeres contra la violencia y el patriarcado. Foto: La Razón
La participación de las mujeres en la arena política se ha disparado en los últimos 40 años y a la par el acoso y violencia política contra ellas. Ocho de cada 10 mujeres que están en espacios de decisión han sufrido estos hechos en su contra.
En 38 años, la elección de mujeres en la Asamblea Legislativa se disparó de 0,8% a 46% en la cámara de Diputados y de 7% a 55% en la de Senadores, lo que demuestra, sin duda, que su participación política ha dado un salto importante a lo largo del tiempo.
Sin embargo, en 41 años, por cada 108 candidatos que se postularon a la presidencia del país, apenas dos mujeres lo hicieron.
El mismo panorama se ve en las postulaciones a vicepresidente en el mismo lapso de tiempo. Hubo 96 candidatos hombres y 14 mujeres que se presentaron en las contiendas electorales.
Asimismo, desde 1994 hasta 2018 hubo al menos nueve leyes que impulsaron la participación paritaria de las mujeres en la arena política boliviana.
La principal incidencia en el tema fue la que estableció la nueva Constitución Política del Estado aprobada en 2009, que instituyó que la democracia debe ser ejercida con “equivalencia de condiciones entre hombres y mujeres garantizando la presencia de ellas en la conformación de los poderes públicos”.
Estas y otras relaciones numéricas fueron establecidas en el informe Participación política de las mujeres en el largo camino hacia la democracia paritaria intercultural que será presentado públicamente este miércoles 19.
Dificultades
La investigación también ha identificado cuáles son los principales obstáculos que atraviesan las mujeres en la política. La manipulación de hombres hacia mujeres es una de las principales trabas, además, los cuidados de la familia y las tareas del hogar están a su cargo, lo que les quita tiempo frente a otras responsabilidades.
Asimismo, se han manejado afirmaciones sentenciadoras en el mundo político masculino, tales como “las mujeres no son buenas líderes porque son sensibles”, “en política las mujeres no tienen experiencia”, “las mujeres son enemigas entre ellas” o “no hay mujeres para ponerlas de candidatas”.
La investigación referida fue desarrollada en el marco del proyecto Fortalecimiento de la democracia paritaria al interior de los partidos políticos en Bolivia – #ParidadEsDemocracia, impulsado de manera conjunta por Oxfam-Bolivia, la Coordinadora de la Mujer y el Centro de Estudios Superiores Universitarios (CESU-UMSS), con financiamiento de la Unión Europea.
La presentación de la investigación, que será en la Cinemateca Boliviana, estará acompañada del estreno del documental Historias más allá de la paridad, que recoge las experiencias de tres mujeres políticas bolivianas. Ambos materiales serán difundidos a nivel nacional en versiones digitales a través de las redes sociales de Oxfam-Bolivia desde el 19 de enero.
“Al menos ocho de cada 10 mujeres que entran a política sufren constantemente violencia psicológica y política y son amedrentadas de cumplir la función para la que han ganado un mandato. Es casi la norma el hecho de que las mujeres que sufran acoso y violencia sea por parte de sus pares, de gente entre sus organizaciones políticas, medios de comunicación, y de sus familias”, afirmó una de las investigadoras del citado informe.
La paridad política evolucionó de lo que se conocía como “cuotas” dentro de los partidos y nació como una demanda de movimientos de mujeres que fueron perfilando la necesidad de incrementar su participación política en el país y en el mundo.
Luego, el término se concibió como algo más grande: la democracia paritaria.
“La democracia paritaria busca que la igualdad sea plena y sustantiva, superar el límite numérico de la paridad y entender que se busca la participación política de las mujeres en igualdad numérica, sí, pero que sea cualitativa y sustantiva para ir cambiando contenidos, prácticas y sujetos que se mueven dentro del ámbito político”, dijo la investigadora.