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Ven ‘indiferencia’ de los políticos y policías por el triple asesinato en Porongo

Los periodistas Grover Yapura y Junior Arias en una entrevista con la Razón Radio

Hay una total “indiferencia” de los políticos y policías del triple asesinato en el municipio de Porongo, según el análisis de los periodistas Grover Yapura y Junior Arias durante el programa virtual Piedra, Papel y Tinta, dirigido por la directora de La Razón, Claudia Benavente.

El martes de la semana pasada, tras un operativo de rutina para evitar que un grupo de personas consuman bebidas alcohólicas en un espacio público, dos sargentos y un voluntario de la Policía Boliviana fueron ejecutados cuando estaban arrodillados y con las manos en el suelo. El hecho, en el que están involucrados ciudadanos colombianos, consternó al país.

Benavente consultó a los periodistas si ese crimen revela una crisis de presencia del narcotráfico, al igual que Colombia y México o si es una apreciación “exagerada”.

“Hemos llegado a un nivel de indiferencia brutal en el país en el que a la ejecución de tres bolivianos no le damos la debida atención”, afirmó Yapura, director de la revista Oxígeno y del semanario El Compadre. En su criterio, en un “país que se respeta, tendría que haber provocado un sismo institucional sísmico”.

Comentó los actos por el aniversario de la Policía Boliviana, en el que hubo desfiles y discursos de las autoridades, ayer, a una semana después de la ejecución, en la que la investigación aún no se abre por narcotráfico pese a los indicios de vínculos de este ilícito con el principal sospechoso del asesinato, Misael Nállar. “Es grave la indiferencia, no reaccionar es una llamada de atención muy severa”, afirmó.

“Llama la atención de la indiferencia política y judicial, no de la ciudadanía, porque ellos sí reaccionaron”, señaló Arias. Recordó que Gigavisión, el medio de comunicación que dirige, con sede en la región cruceña, develó varios detalles de la ejecución a los dos sargentos y el voluntario del Gacip.

Cuestionó que hasta la fecha no se conozca los vínculos de policías con Nállar, la triangulación de llamadas del día del crimen y que no exista una destitución de la cúpula de la fuerza de seguridad o el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo. El titular de esa cartera de Estaba en Paraguay la semana que pasó el triple asesinato y se limitó a informar sobre el caso a través de sus redes sociales.

En esa línea, Benavente sostuvo que es primordial persistir, desde los medios de comunicación, con el esclarecimiento de la ejecución. Comentó que quizá haya una pesquisa “rigorosa” de parte de la Policía y que aún no es revelada por los uniformados.

“¿Por qué la Policía tiene que investigarse a sí misma?”, se preguntó Yapura. Mencionó que el presidente Luis Arce habló de una reforma policial, premisa a la que el periodista paceño se sumó, para lo cual dijo que se deben “tomar medidas urgentes y estructurales”, como el cambio del comandante Jhonny Aguilera.

Respecto a un posible remezón entre los jefes policiales, Benavente objetó. “¿Poner en cuidado el queso con el ratón?”, consultó, aunque rememoró los audios revelados por el expresidente Evo Morales, donde denunció que exjefes policiales detuvieron un operativo de destrucción de una fábrica de cocaína en Valle Sacta del Trópico de Cochabamba, hecho que aún se investiga.

Y los casos de también exjefes policiales involucrados en la posesión e ingreso de vehículos “chutos” o reportados como robados desde Chile a Bolivia.

Arias también coincidió con la necesidad de cambios en la institución de seguridad. “Algo está pasando. El Ministro de Gobierno ha perdido el control de la Policía o no sabe por dónde empezar, no cualquiera puede llegar a ese cargo”, afirmó.

Benavente recordó que exministros de Gobierno, como Hugo Moldiz y Sacha Llorenti, que estuvieron en el programa Piedra, Papel y Tinta, admitieron que intentaron una reforma policial, pero fallaron en el intento. Calificó de “macabra” la corrupción en la estructura de esa entidad, aunque dijo que “hay algunos” uniformados que cumplen sus cargos con responsabilidad.