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El Canciller minimiza el reporte de EEUU sobre comicios de 2019

Rogelio Mayta, jefe de la diplomacia boliviana, en conferencia de prensa en la Cancillería.

El canciller Rogelio Mayta afirmó ayer que el reporte que el Departamento de Estado envió al Congreso de Estados Unidos sobre el informe de la OEA en torno a las elecciones generales de 2019 “no tiene trascendencia ni en Bolivia ni en ningún país del mundo”.

Señaló, además, que dicha postura es una cuestión interna de ese país, pues, en su criterio, pasó del Departamento de Estado al Congreso.

“El Departamento de Estado remitió sus criterios al Congreso de los Estados Unidos, y esas consideraciones no tienen ninguna trascendencia ni en Bolivia ni en el mundo; son consideraciones que nos parecen impertinentes”, dijo Mayta en conferencia de prensa.

Asimismo, el Canciller sostuvo que dicho reporte corresponde a un debate interno y que “resulta inapropiado que en un país ajeno se discuta las cuestiones de otro de una forma alegre; no corresponde, es impertinente”, reiteró.

“Hay que poner las cosas en su lugar. Ese documento no tiene valor para Bolivia ni para el mundo”.

Ese informe, que fue solicitado por el Congreso estadounidense, sistematiza información de la misión de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre las elecciones generales de 2019 en las que, supuestamente, halló “manipulación informática dolosa”.

Al respecto, el expresidente y jefe de Comunidad Ciudadana (CC), Carlos Mesa, aseveró ayer que, tras el informe del Congreso de EEUU que avaló el reporte de la OEA en las que se detectó “irregularidades graves” que imposibilitaban validar los resultados de los comicios 2019, “no queda duda” sobre estas irregularidades cometidas en el país.

“El Informe de la OEA —pedido por Morales y que demostró el fraude monumental de 2019— que ya fue respaldado por la UE, hoy lo es por EEUU. No queda ninguna duda en Bolivia y el mundo que el MAS hizo fraude y que hoy busca impunidad y olvido con persecución y mentiras”, escribió en su cuenta de Twitter.

En tanto, el expresidente Evo Morales consideró que el apoyo de Estados Unidos al informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) es un “nuevo ataque” y asegura que ese país respaldó “el golpe de Estado” y los “delitos de lesa humanidad” en 2019.

“No nos sorprende este nuevo ataque de EEUU. Nos preocuparía que el país que financió magnicidios, golpes de Estado, invasiones y delitos de lesa humanidad nos apoye”, publicó el titular del MAS en su cuenta de Twitter.

En las elecciones del 20 de octubre de 2019, Evo Morales resultó ganador, pero el postulante de Comunidad Ciudadana (CC), Carlos Mesa, cuestionó los resultados.

Entonces denunció supuesto fraude por la suspensión del sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP), que por unas horas dejó de actualizar en tiempo real el conteo extraoficial de los votos.

Eso derivó en movilizaciones de varios sectores en el país. Al día siguiente de los comicios, Mesa llamó a vigilias en los tribunales electorales departamentales, que derivó en la quema de cinco de estas entidades en el país.

El entonces presidente del Comité pro Santa Cruz y hoy gobernador, Luis Fernando Camacho, llamó a un paro que terminó en 21 días con el derrocamiento de Morales, el 10 de noviembre de 2019.

En medio de las protestas, un motín policial decantó la crisis en el Gobierno y las Fuerzas Armadas dieron el batacazo final al pedir la renuncia del mandatario.

Dos días después, la entonces senadora Jeanine Áñez se declaró, primero, titular del Senado y, luego, presidenta del Estado, para atribuirse una “sucesión constitucional”.

Lo hizo en sendos actos en la Asamblea Legislativa, sin quorum reglamentario ni la presencia de la bancada mayoritaria del Movimiento Al Socialismo (MAS).

El 15 de noviembre, la mandataria transitoria emitió el Decreto Supremo 4078, que liberaba de delitos penales a militares y policías, para blindar la represión de las fuerzas de seguridad. Al día siguiente, una movilización de campesinos y cocaleros fue neutralizada a través de una represión policial-militar.