Ledebur dice que EEUU estuvo resentido con la corrupción en el gobierno de Áñez
Entre noviembre de 2019 y junio de 2020, los ministros Arturo Murillo y Luis Fernando López, de Gobierno y Defensa, respectivamente, desviaron $us 2,3 millones.
Jeanine Áñez saluda al Bruce Williamson, en 2020. Foto: AFP
Según la especialista en Derechos Humanos Kathryn Ledebur, los múltiples hechos de corrupción en la gestión de Jeanine Áñez molestaron a la administración de Donald Trump.
En 2019, la administración estadounidense había sido una de las primeras en felicitar a Áñez, que se proclamó presidenta el 12 de noviembre.
En reciprocidad, la mandataria transitoria ya había anunciado sus intenciones de restituir las relaciones diplomáticas con ese país, que estaban rotas desde 2008.
De acuerdo con Ledebur, la idea de Trump, con colaboración de Áñez, era “disimular” el “golpe de Estado” perpetrado contra Evo Morales.
‘Tapar todo’
“La idea era poder tapar todo; no es chiste que atacaron a periodistas de izquierda y progresistas, que la televisión no cubría (lo que sucedía en Bolivia) y que Estados Unidos financiaba a la Asociación Nacional de la Prensa (ANP)”, dijo a Piedra, Papel y Tinta, de La Razón.
Sin embargo, esta idea de disimular el golpe “se salió” de las manos cuando salieron a la luz los distintos hechos de corrupción de los colaboradores de Áñez.
“Había un resentimiento de la derecha norteamericana por la torpeza del gobierno de Áñez”, acotó la especialista.
En su criterio, el gobierno de Trump “nunca imaginó” los casos de corrupción, como la compra de material antidisturbios con sobreprecio, cuyo principal implicado es Arturo Murillo.
Relaciones
Estos hechos desportillaron la relación entre Estados Unidos y Áñez.
“Hay resentimiento con (Arturo) Murillo, por haber roto el pacto de ‘un golpe civilizado’”, complementó.
Entre noviembre de 2019 y junio de 2020, los ministros Arturo Murillo y Luis Fernando López, de Gobierno y Defensa, respectivamente, desviaron $us 2,3 millones.
Soborno
Con ayuda de sus cómplices, pactaron sobornos a fin de que la empresa Bravo Táctical Solutions (BTS) se adjudique la compra de material antidisturbios y gases lacrimógenos de la brasileña Cóndor.
BTS pagó $us 3,3 millones a Cóndor por ese lote de material antidisturbios y luego lo vendió al gobierno de Jeanine Añez en $us 5,6 millones.
Posteriormente, esos $us 5,6 millones fueron enviados a bancos estadounidenses mediante el Banco Central de Bolivia.
“Son fondos del Banco Central; no se sueltan así nomás porque se requiere una serie de firmas”, cuestionó Ledebur.
‘Clan mafioso’
Todo ese dinero se usó para pagar a Cóndor y para repartirlo entre los componentes del “clan mafioso”.
Cuando este caso se conoció, a principios de 2020, Murillo y López aseguraron que eran inocentes y que las acusaciones en su contra eran parte de una persecución política.
Puede leer: Arturo Murillo puede recibir hasta 10 años de prisión
Sin embargo, ambos huyeron en noviembre de ese año para evitar a la justicia boliviana.
A pesar de haberse fugado, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) estaba tras sus pasos, es así que en mayo de 2021 Murillo fue aprehendido en Estados Unidos.
Culpable
Un año y cinco meses detenido en ese país, el jueves 20 de octubre se declaró culpable de los delitos de soborno y lavado de dinero.
Conspiración premeditada
“Cuando una lee la confesión de Murillo se da cuenta que era una cosa premeditada”, dijo la especialista este viernes.
En su análisis, ese delito de conspiración no comenzó en el gobierno de Añez, sino que ya estaba planificado desde octubre de 2019, cuando aún era presidente Evo Morales.
Planificación
Ledebur aseguró que ese hecho de corrupción cometido por Murillo y López no fue una acción suelta, sino parte de una planificación antes del “golpe de Estado” de 2019.
“No son acciones sueltas, todo ha sido coordinado y consensuado. Fue torpe y descarado (la corrupción) por quienes pensaron que iban a permanecer en el poder con ayuda del gobierno de Trump”, reiteró.
Oposición
Para Armando Ortuño, el saldo político para la oposición, por la corrupción en la gestión de Añez, marca una señal muy difícil de que se alejen de ella.
Y la percepción es que ese gobierno fue ineficaz y corrupto, “una impronta” que les sigue persiguiendo.
“En la medida en que estos sectores no asuman esa realidad y hagan su mea culpa, será un lastre”, dijo a Piedra, Papel y Tinta.
Para el también colaborador de La Razón Manuel Mercado, esas acciones, para el concierto internacional, son una muestra “de lo que significa la oposición boliviana”.