Se prevé que la CIJ diga que Bolivia tiene soberanía sobre el Silala y Chile, derecho a seguir usufructuando sus aguas
A las 10.00 de este jueves, la Corte Internacional de Justicia (CIJ), en La Haya, los jueces leerán la sentencia sobre el litigio entre Bolivia y Chile radicado en 2016.
Una comisión visitó al manantial Silala hace tres años. Foto: La Razón
El fallo de este jueves de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) va a considerar, sobre bases científicas, que el Silala es manantial de soberanía de Bolivia y que Chile puede seguir usufructuando sus aguas.
Así explicó a Piedra, Papel y Tinta, de La Razón, uno de los voceros de la causa, el embajador de Bolivia en Venezuela, Sebastián Michel.
El fallo será “en gran medida a lo que la ciencia nos ha obligado a los dos países a reconocer y a entender; no podíamos mantener tesis que vayan en contra a los estudios de ambas partes”, justificó el funcionario.
Sentencia a las 10.00
En otras palabras, afirmó que la sentencia, que se dictará a las 10.00 de este jueves, sí será salomónica, como consultó el periodista.
“Sí, salomónico porque las dos partes hemos reconocido que nuestras posiciones dogmáticas no coincidían con la ciencia”.
En su criterio, “los halcones de extrema derecha de Chile” pensaban que las aguas del Silala provenían de un “deshiele y una lluvia” y que “la ciencia también ha tumbado nuestra hipótesis de que eso no bajaba”.
Puede leer: Silala: Bolivia responde a Chile que siempre estarán abiertas las puertas del diálogo
Michel explicó que el Silala “es un manantial de aguas fósiles” en territorio boliviano, que Chile ha reconocido, y que “sí existe un curso natural de siempre y que eso también hemos reconocido”.
Fallo
Entonces, el fallo de la CIJ va a ser así: “Es un manantial que está en soberanía territorial boliviana —que podemos darle uso pleno si queremos, siempre y cuando no contaminemos ni desviemos el curso natural— y le va a dar la razón a Chile (sobre) que tiene el derecho de seguir usufructuando de esas aguas”.
Michel adelantó que la “única sorpresa” que pueda conocerse este jueves con el fallo de la CIJ será la relativa al porcentaje del flujo de agua que cursa artificialmente hacia Chile.
“Este volumen adicional va a estar sujeto a una entrega según un acuerdo bilateral o una compensación (…), vinculado a un 15% del curso de agua en general”, explicó.
Expectativa
El fallo, luego de seis años de proceso, ha causado expectativa en ambos países. “Creemos que el fallo va a ser bueno, bueno para ambas partes, no solo para Chile”; dijo esta semana la canciller trasandina, Antonia Urrejola.
“Éste es el último litigio pendiente que tiene Chile ante La Haya y esperamos que, a partir del fallo, se abra una oportunidad para seguir trabajando con Bolivia en una agenda positiva”, insistió.
Michel coincidió con la necesidad de abrir un “cambió de época” entre ambos países, para que “las partes reconvengan sus demandas ante la evidencia científica”.
Demanda de Chile
El 6 de junio de 2016, el gobierno de Michelle Bachelet denunció a Bolivia ante la CIJ en el afán de reivindicar sus “derechos” sobre el recurso hídrico de «curso internacional» que nace en Quetena, en la provincia Sud Lípez de Potosí.
A finales de agosto de 2018, al filo del plazo para la presentación de su contramemoria del caso, Bolivia presentó una contrademanda para hacer valer sus derechos plenos sobre el acuífero.
Le puede interesar: Chile justifica demanda en la CIJ por el Silala porque Bolivia desde 1999 empieza a negar que sea un río
Hicimos estudios que “confirman que el caudal considerable de las aguas de los manantiales del Silala fluyen artificialmente hacia el territorio chileno”, dijo entonces el presidente Evo Morales.
Ambos países presentaron sus alegatos orales finales en una serie de audiencias en abril de este año.
Será un segundo caso que la CIJ resuelva en los diferendos entre Bolivia y Chile. El 1 de octubre de 2018 es corte concluyó que Chile no contrajo la obligación de negociar un acceso soberano al mar para Bolivia.
Sin embargo, la CIJ consideró que el fallo no impide a las partes continuar con el diálogo en relación a la mediterraneidad de Bolivia en “un espíritu de buena vecindad”.