Al finalizar su entrevista en radio Kawsachun Coca, este domingo, Evo Morales dijo que ya se ganó «un enemigo más», a raíz de las últimas declaraciones de Álvaro García Linera, su vicepresidente durante 14 años.
Cuando el periodista le preguntó qué decía de las últimas declaraciones de su compañero, Morales tuvo un silencio de algunos segundos, para lanzar luego: «Yo diría, en resumen, tengo un enemigo más. Catorce años mi vicepresidente, duele mucho. Será porque soy indígena o porque soy leal, somos leales a los principios y valores que nos dejaron nuestros antepasados. Solo decir: gracias, Álvaro».
Inmediatamente, Morales cortó la entrevista; agradeció por la entrevista y se despidió; faltaba 15 minutos de programa para la hora que dura.
Cuestionamientos
Hace poco más de un mes, García había dicho a La Razón que sería bueno que dejen gobernar a Luis Arce, pero que también cesen los ataques a Evo Morales desde algunos ministerios.
En sus últimas declaraciones a la televisora Detrás de la verdad, la semana pasada, García lamentó algunos dichos de Gerardo García, vicepresidente del Movimiento Al Socialismo (MAS) y el diputado Héctor Arce.
Ambos habían descalificado al exvicepresidente. Incluso Gerardo García insinuó que García Linera era vieja. Mi respuesta “una sonrisa condescendiente” y “no hago política con el estado de ánimo de las personas”, retrucó García Linera.
Además, pidió al líder del MAS y al Presidente del Estado que «no desangren el instrumento»; que se reúnan y que el presidente Arce debe tomar la iniciativa.
Gobierno de Arce
“Quizás el problema de fondo sea aceptar que él (Arce) es el presidente”, aludió García a Morales.
García Linera dijo que el riesgo de la derrota tiene dos nombres: Evo y Luis en el sentido en que adelantara ya a La Razón hace un mes: que se está cometiendo un suicidio político, al dividir al MAS y pensar que Arce o Morales ganarían la elección de 2025 por sí solos, separados.
Desde 2006, cuando Morales llegó al poder, ambos no se separaron de la gestión del gobierno. Incluso, cuando renunciaron el 10 de noviembre de 2019, se asilaron juntos en México.