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En 2019, O’Reilly cabildeó en Bolivia el aislamiento de Venezuela

Venezuela

Kevin O’Reilly, subsecretario de Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos en 2019, durante su visita a La Paz. Foto: Archivo.

En 2019, el entonces subsecretario de Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, Kevin O’Reilly, cabildeó con varios embajadores en Bolivia el aislamiento de Venezuela. Entonces, esa potencia buscaba posicionar a Juan Guaidó en el mando del país sudamericano.

El fin de semana, el expresidente estadounidense Donald Trumpo admitió que la presión de su país sobre el gobierno de Nicolás Maduro perdió impulso cuando él dejó el gobierno. “Cuando me fui, Venezuela estaba a punto de colapsar. Nos hubiéramos apoderado de ella, nos hubiéramos quedado con todo ese petróleo”, dijo en una concentración política.

La obsesión de Trump sobre Venezuela fue evidente a finales de enero de 2019, cuando se decantó por la “histórica asunción” de Juan Guaidó, entonces titular de la Asamblea Nacional de Venezuela, como “presidente encargado” de la nación caribeña.

A partir de entonces, una cincuentena de gobiernos respaldó en sus nuevas funcionales al líder de la oposición venezolana. Bolivia, presidido por Evo Morales, no se avino a la corriente. Sin embargo, hubo un intento de convencerlo.

Cable diplomático

Un cable diplomático al que accedió La Razón cuenta detalles del periplo del funcionario de Trump en La Paz, cuyos objetivos específicos fueron las elecciones en Bolivia de ese año y la cuestión Venezuela.

O’Reilly había llegado el 24 de julio de 2019. A la noche siguiente asistió a una cena ofrecida en su honor por el entonces encargado de Negocios de su país, Bruce Williamson. Al convite asistieron los embajadores de Brasil, Perú y Argentina, además de los representantes de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de la Unión Europea (UE).

Firmado el cable por el entonces embajador de Argentina en Bolivia, Normando Álvarez, el documento cuenta inicialmente la preocupación de Estados Unidos sobre los comicios del 20 de octubre de ese año. Entonces, O’Reilly preveía una victoria de Evo Morales, “sea porque se dará el escenario que indican las encuestas o porque, si fuera necesario, podría configurarse un escenario de fraude”.

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Grupo de Lima

Para el funcionario “(…) resultaba clave que los países citados para la ocasión levantaran, al tiempo que bajan la agenda, la voz respecto de la transparencia del acto electoral en ciernes, ya que los Estados Unidos, en este momento en Bolivia, carece de recursos eficaces como los de los países de la región”, describe el cable.

Sin embargo, consciente de la posición de Bolivia respecto de Venezuela, ratificada en la reunión que horas antes sostuvo con el entonces canciller Diego Pary, O’Reilly confió en los embajadores de los tres países. Sugirió que “recurrieran a los múltiples recursos que poseen” con el fin de “atraer a Bolivia de forma tal de concretar el total aislamiento venezolano en el subcontinente sudamericano”.

Había contado que Estados Unidos ofreció “el total apoyo” al Grupo de Lima, aunque reconoció la “pérdida de impulso de Guaidó en los últimos tres meses”. En el análisis de O’Reilly descrito en el cable, eso “se debía básicamente a la dispersión de esfuerzos en favor de la salida democrática venezolana y algunos miembros de la oposición”.

Acentuar el aislamiento de Venezuela

Dijo que su país “sigue apostando a la fractura en las Fuerzas Armadas”. Contó que “en los últimos tiempos, 22 altos mandos castrenses han pasado por Washington”. “Los conocemos a todos y sabemos cuánto pueden decir y cuánto no, visto que muchos familiares permanecen en Venezuela”, dijo O’Reilly, citado por el cable.

El subsecretario consideraba “importante la participación de los tres países como parte de un mecanismo de presión” para Bolivia. “Hay múltiples herramientas, dijo, para que Bolivia, dentro de lo que elogió como el pragmatismo de Evo Morales, se aleje de Venezuela ante el temor de resentir las relaciones con sus vecinos y, de esa manera, seguir el camino del aislamiento internacional”, cita el documento.

“Sobre la posibilidad de alejar a Bolivia de Venezuela para acentuar el aislamiento venezolano, mencionó también, arrastrar a Uruguay, que utiliza la cuestión venezolana para resolver las posiciones internas en el Frente Amplio”, complementa el texto.

Tanto el gobierno de Morales como el de Luis Arce mantuvieron una relación estrecha con el gobierno de Maduro. En abril de este año, Arce y Maduro firmaron 13 acuerdos, y antes de volver a Bolivia, el mandatario boliviano afirmó que “hay mucha química con el gobierno del hermano Nicolás Maduro.

Dos días después de su autoproclamación, ocurrida el 12 de noviembre de 2019, Jeanine Áñez reconoció el mandato de Guaidó y rompió las relaciones de Bolivia con Maduro. Así lo hizo saber entonces la ministra de Comunicación, Roxana Lizárraga.

Guaidó había dicho que sintió “un fresquito de libertad” con la caída, entonces, de Morales.