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Thomas Becker considera que Amparo Carvajal politiza Derechos Humanos

Derechos Humanos

La directora de La Razón, Claudia Benavente, conversa con el abogado Thomas Becker

El abogado estadounidense Thomas Becker consideró este miércoles que Amparo Carvajal “politiza” las actividades de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos en Bolivia (APDHB) para deslegitimar movimientos que no comulgan con ella.

Según el jurista, Carvajal se dedicó a calificar de “masista” a diferentes personas y organizaciones, entre ellas, Édgar Salazar, con quien se disputa la presidencia de la APDHB. A él lo considera afín al partido de Gobierno.

Pero, además, habló del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), Organización de Naciones Unidas (ONU) y hasta la Defensoría del Pueblo, y su intención de vincularlos con el partido de Gobierno.

“Usan esto para deslegitimizar a los que critiquen su apoyo a grupos ilegales como los motoqueros o los militares (implicados en la violencia de 2019…). Han politizado los derechos humanos”, dijo en una entrevista con el programa Piedra, Papel y Tinta, de La Razón.

Incluso, alertó de una preocupación de la comunidad internacional por “su papel apoyando los violadores de las víctimas, en alusión a lo ocurrido en 2019.

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Derechos Humanos

Becker relató que, en 2019, un periodista europeo “fue a la oficina de la APDHB, para conseguir información”, sobre la situación de derechos en los conflictos poselectorales de 2019. Pero un grupo de personas lo amenazó: “si piensa que aquí hubo golpe (de Estado) te vamos a sacar”.

“En su oficina (la APDHB) se organizaba un grupo de resistencia, los cascos blancos, (que son) grupos de choque. Éste debe ser un espacio totalmente imparcial, no político”, reclamó Becker.

Los conflictos a los que se refiere Becker tienen que ver con las protestas que derivaron luego de las elecciones generales de 2019. Acuñando un discurso de “fraude” movimientos ciudadanos realizaron movilizaciones en varias regiones del país.

A eso se sumó la sugerencia militar de dimisión a la Presidencia y un motín policial. Ambas medidas fortalecieron las movilizaciones que, vieron cumplido su objetivo el 10 de noviembre de ese año.

Luego de la renuncia de Morales, la entonces senadora Jeanine Áñez se declaró, primero, titular de la cámara de Senadores y, luego, presidenta del Estado, en sendos actos en la Asamblea Legislativa, sin presencia de la bancada mayoritaria del MAS.