Elecciones y pandemia
La pandemia ya no sirve como argumento para seguir prorrogando el mandato de las autoridades provisorias.
Este domingo, las y los bolivianos podríamos estar votando para elegir en las urnas al binomio presidencial y a quienes integrarán la Asamblea Legislativa por un nuevo período constitucional. Tendremos que esperar seis semanas más. La pandemia del coronavirus, además de razones político-institucionales y organizativas, forzaron la postergación de los comicios hasta el definitivo 18 de octubre.
A principios de junio pasado, como resultado de una serie de conversas y gestiones con diferentes fuerzas políticas, el TSE anunció al país que se había logrado un acuerdo para la realización de las elecciones generales el 6 de septiembre. “Es una fecha cerrada”, aseguró entonces el presidente del Órgano Electoral, Salvador Romero. Se ponía fin así a la disputa e incertidumbre sobre la fecha de los comicios originalmente convocados para el 3 de mayo, y que ya habían sido aplazados para fines de julio.
Como señal de compromiso con la nueva fecha, en el acto público organizado por el TSE para enviar a la Asamblea el proyecto de ley correspondiente, estuvieron presentes los candidatos presidenciales del MAS, de Comunidad Ciudadana y de Libre 21, además de líderes de otras organizaciones políticas. La alianza Juntos, de la candidata-presidenta, no envió a nadie, pero emitió un comunicado aceptando la decisión. Solo Creemos se apartó del acuerdo político logrado con facilitación de la comunidad internacional.
La tercera semana de julio, en lugar de retomar el calendario electoral, el TSE decidió de manera unilateral un nuevo aplazamiento de los comicios. Lo hizo sin acuerdo político y omitiendo la necesidad de una ley. Alegó “consideraciones de orden científico, legal y sociopolítico”. Asumía en realidad su cualidad de órgano del poder público y diferentes presiones en curso para mover la fecha. Lo explícito fue el balance sobre la pandemia, que en septiembre estaría en fase crítica de contagios.
El desenlace es conocido. Luego de varios días de movilización y conflicto, in extremis, se logró blindar por ley el 18 de octubre como fecha “definitiva, inamovible e impostergable” de los comicios. Claro que algunas voces, que en realidad no quieren elecciones, siguieron diciendo que la votación debía aplazarse “hasta que pase la pandemia” (sic). Pues resulta que el temible “pico” del coronavirus en el país se había ido moviendo desde el oficialismo de acuerdo a la temporalidad electoral, y no al revés.
Este domingo no habrá votación, entonces, aunque estemos en pleno desconfinamiento y tentando la “nueva normalidad”. Será dentro de seis semanas, con la promesa por parte del TSE, protocolo mediante, de una jornada electoral con todas las medidas de bioseguridad requeridas. La pandemia ya no sirve como argumento para seguir prorrogando el mandato de las autoridades provisorias. En su lugar, hoy se inicia formalmente la campaña electoral en cuenta regresiva para el anhelado 18 de octubre.