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Resultado incierto

A pocos días de las elecciones generales 2020, el resultado es incierto. Igual que el año pasado, ningún candidato obtendría mayoría absoluta de votos. Según las encuestas que cuentan, pocos puntos pueden definir si Arce gana en primera vuelta o disputará la presidencia en segunda vuelta con Mesa. En tal escenario, es fundamental que todos se comprometan a reconocer el resultado.

Dicen que la democracia electoral se caracteriza por la combinación de certeza en las reglas e incertidumbre sobre el resultado. El supuesto son comicios transparentes, plurales y competitivos. Pese a las tensiones y declaraciones de desconfianza en torno al proceso y al organismo electoral, las y los bolivianos iremos a votar este domingo con la esperanza de una elección incuestionable cuyos resultados sean aceptados sin impugnaciones. Esperamos, pues, que las diferencias se expresen libremente en las urnas.

Varios factores pueden incidir en el resultado de la votación cuando la diferencia es tan estrecha. Se habla del “voto oculto”, que no se revelará sino el día del sufragio; del todavía importante porcentaje de indecisos; de la campaña político-mediática por el “voto útil”, con centro en Santa Cruz; del limitado, pero no desdeñable, voto en el exterior; en fin, del voto rural no siempre captado en las encuestas. A estas alturas, parece muy improbable que un evento de campaña pueda modificar las tendencias.

En ese marco, preocupan algunas voces que insisten en la narrativa del “fraude”, en algunos casos asociada a escenarios de confrontación y violencia. Es crítico en especial que el propio Gobierno provisorio, hoy sin candidata presidencial, abone discursos orientados a generar desconfianza en el proceso electoral, tal como hizo el Ministro de Gobierno en su reunión con el Secretario General de la OEA: ambos hablaron de fraude. Y el propio Murillo amenaza con el uso de la fuerza pública.

Más allá de la disputa político-electoral, más allá de los deseos y expectativas sobre la intención de voto de la ciudadanía, es fundamental que todas las voces democráticas en el país confluyan en la necesidad de cuidar los comicios de este domingo y, en especial, respetar la voluntad ciudadana. Sea que haya ganador en primera vuelta, sea que debamos ir a una segunda vuelta, debe preservarse el mecanismo electoral como la forma pacífica y democrática de formar gobierno y elegir representantes.

Este miércoles concluye el plazo para la propaganda electoral y los actos públicos de campaña. Desde mañana debemos esperar que las organizaciones políticas, las candidaturas, los medios de comunicación, en fin, todos respetemos el silencio electoral a fin de que la ciudadanía participe con su voto libre de presiones, consignas y amenazas. Que haya reafirmación democrática este domingo y que el resultado oficial de los comicios, independientemente de quién gane y quiénes pierdan, sea reconocido por todos.